Horas cruciales para la definición del destino de la deuda bonaerense. Pasado el mediodía, fuentes del grupo que representa a un porcentaje significativo de los tenedores de títulos señalaron a Letra P que "por ahora" no hubo comunicación ni avances en la negociación con el Ejecutivo bonaerense, por lo que ratifican su posicionamiento de rechazo a la propuesta realizada a finales de abril por la administración de Axel Kicillof, desde donde se mantiene el hermetismo y se recuerda que la recepción de ofertas finaliza a las 17 de este lunes y que el gobierno tiene tiempo hasta mañana para anunciar los resultados del canje ofertado.
De persistir este escenario, el margen de acción del Ejecutivo ronda en torno a pagar los bonos par que vencen este lunes, prorrogar los plazos de negociación o bien avanzar hacia un default selectivo. Por supuesto, la estrategia provincial está atada a la nacional, por lo que cualquier decisión bonaerense será previamente abordada con el Ministerio de Economía a cargo de Martín Guzmán. Mientras, el gobierno bonaerense dio cuenta del respaldo unánime de los 135 intendentes bonaerenses al proceso de reestructuración.
Por lo pronto, los bonos que tiene que afrontar Kicillof en lo inmediato no son los más pesados –ni mucho menos- que tiene en el paquete de reestructuración. El lastre fuerte arranca en junio, por lo que hay quienes deslizan que hay margen de algunas semanas para prorrogar plazos de negociación para el canje pretendido.
BONO POR BONO. Son dos los bonos que expiran este lunes, uno par a mediano plazo en dólares (resta pagar el último tramo, por USD 11.943.446) y otro en euros (también queda pagar el último tramo, por EUR 99.211.801). Ambos fueron emitidos en diciembre de 2005 por la gestión de Felipe Solá, junto con otros dos bonos par largo (por más de EUR 578 millones y otro por más de USD 488 millones, con vencimiento en 2035) y que también forma parte del paquete de bonos que el Ejecutivo bonaerense busca reestructurar.
En la propuesta a los acreedores externos aparece un quinto bono emitido durante la gestión del actual canciller, por 400 millones de dólares, a una tasa del 9,625%, pagadero en tres tramos a partir de 2026 hasta 2028.
Por otro lado, existen dos bonos emitidos durante la gestión de Daniel Scioli que forman parte del paquete de oferta de reestructuración presentado por Kicillof a los bonistas.
Uno es el ya conocido BP21 que, al filo del default, Kicillof no logró aplazar su pago para mayo a partir de la negativa de Fidelity, el fondo de inversión que se mostró intransigente a la oferta bonaerense. Tras el pago del segundo tramo de amortización que se efectivizó finalmente en febrero pasado, solo queda un pago de intereses en julio y el último tramo de amortización en enero de 2021, por USD 250 millones.
El segundo bono emitido por Scioli que Kicillof pretende refinanciar es por caso USD 900 millones (a una tasa del 9,95%) y vence en junio de 2021 pero tiene su primer tramo de amortización en junio de este año, siendo el compromiso en moneda extranjera más pesado del calendario de pagos 2020: poco más de 494 millones de dólares.
ADN VIDAL. El grueso de la reestructuración propuesta por la actual administración bonaerense corresponde a deuda emitida durante los primeros dos años del gobierno de María Eugenia Vidal. Se trata de cuatro bonos (tres en dólares y uno en euros) por un total de más de 4.200 millones de dólares.
Desmenuzando estos títulos, el primero de ellos, por USD 1.250 millones fue emitido por Vidal a solo tres meses de asumir (marzo de 2016) a una tasa del 9,125% y vence en 2024. Con el pago a los buitres mediante por parte del gobierno macrista, Vidal aceleró el proceso de endeudamiento. Tres meses después de su primera emisión, realizó una segunda (junio de 2016) por 1.750 millones de dólares con vencimiento en 2027 y a una tasa del 7,875%.
Luego, existen otros dos títulos de deuda de la era Vidal: uno por 750 millones de dólares y otro por 500 millones de euros (ambos con vencimiento en 2023). Para toda esta mochila de deuda, Kicillof ofrece nuevos bonos en dólares y euros con dos plazos de vencimiento: 2032 (con límites de emisión por 2.340 millones de dólares y 540 millones de euros, respectivamente) y 2040 (sin límite de emisión).
Esto tuvo el rechazo del grueso de los bonistas que consideraron que los términos de esa propuesta "no reflejan la verdadera capacidad de pago de la provincia".