Desde cortes intempestivos hasta obras paralizadas a pesar de los recurrentes tarifazos, durante los últimos años el servicio prestado por Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA) fue un creciente blanco de quejas y denuncias por parte de un sinnúmero de usuarios distribuidos en los 52 municipios en los que opera la empresa, sobre la cual el Estado provincial posee el 90% de su paquete accionario. De esto da cuenta el titular de la empresa, Germán Ciucci, quien, en diálogo con Letra P, subraya: “Debemos redireccionar la empresa y que deje de ser un dolor de cabeza para los usuarios”.
Contador, con experiencia previa en empresas estatales (pasó por Buenos Aires Gas S.A. y Centrales de la Costa), Ciucci fue designado hace dos meses por el gobierno de Axel Kicillof al frente de ABSA, en reemplazo de quien estuvo al mando durante los años de vidalismo, Raffaele Sardella, un ejecutivo del Grupo Macri. De esa herencia, el actual presidente de Aguas Bonaerenses retrata un estado “de colapso financiero y operativo”, con más de $1.000 millones de deuda. Con ese cuadro, no ilustra grandes ambiciones, se concentra en brindar el servicio y revertir “el deterioro de la infraestructura” en la concesión, apelando a una gestión “que esté ordenada y que sea sustentable”.
Con la pandemia agudizando el diagnóstico de por sí crítico, ilustra una merma –al momento– del 35% en la recaudación. Para suplir esa caída, habla de “austeridad”, “creatividad” en optimizar recursos y pedido de fondos a la Provincia. Pero estima que “no habrá espacio durante este año” para discutir revisiones tarifarias.
Ciucci (Centro) junto a Julio Castro, titular del gremio SOSBA (que posee el 10% del paquete accionario de ABSA) y al ministro de Infraestructura bonaerense, Agustín Simone.
-¿Qué modelo de gestión pretende impulsar en ABSA?
-Es el momento de corregir lo que está mal y dar paso a una estructura colaborativa y dinámica. Ya dimos de baja el organigrama de personal que estaba compuesto por 23 gerencias. Tenemos seis, de las cuales cuatro están afectadas a lo operativo. La idea es revalorizar el espíritu sanitarista poniendo manos a la obra. En cuanto a lo financiero, tenemos que salir del ahogo y acordar con los proveedores. Debemos ser austeros. Era inadmisible que la gestión anterior condujera vehículos de lujo cuando un tercio de la flota de la empresa se la considera chatarra y el resto tiene 11 años de antigüedad promedio. Las cuadrillas no tenían la movilidad ni el equipamiento que corresponde para salir a trabajar.
“Era inadmisible que la gestión anterior condujera vehículos de lujo mientras un tercio de la flota de la empresa era considera chatarra.”
-Cambiemos ponderó el avance en obras de agua y cloaca durante su gestión. ¿Fue así?
-De ninguna manera. Nunca estuvo en su agenda de prioridades. Fueron los trabajadores sanitaristas quienes, en medio de la adversidad, sostuvieron la operatoria con su esfuerzo y compromiso. Ni siquiera se contemplaron acciones preventivas y correctivas en la red. Junto con el Ministerio de Infraestructura buscamos financiamiento para cumplir con metas primarias. Hoy nuestra prioridad es revertir el deterioro de la infraestructura en toda la concesión. Diagramamos un plan de emergencia a cortísimo, mediano y largo plazo. Sin eso, hoy La Plata estaría en una situación casi irreversible en relación al agua potable.
-¿Con qué cuadro de situación se encontró al llegar a ABSA?
-En estado de colapso financiero y operativo. Nos encontramos con una deuda superior a los 1.000 millones de pesos y un servicio con severas deficiencias. Mientras auditamos, vamos encontrando cosas increíbles. Dejaron agua arrasada. Todo a partir de una gestión perversa que abandonó al usuario. Son los mismos que criticaban al Estado y que cuando fueron parte durante cuatro años lo exprimieron al máximo para su beneficio.
“Dejaron agua arrasada. Todo a partir de una gestión perversa que abandonó al usuario.”
-¿Están en pie los créditos de organismos internacionales para grandes obras?
-El ministro de Infraestructura, Agustín Simone, es experto en financiamiento internacional y tiene vínculos con organismos externos. Ya está agendado avanzar en obras fundamentales. Para La Plata, desde la Subsecretaría de Recursos Hídricos se está desarrollando la licitación de la nueva Planta Potabilizadora en Punta Lara que proveerá agua a la Región Capital. Los fondos provienen del Banco de Desarrollo para América Latina, un crédito de 90 millones de dólares que estaba sin utilizar y que ha sido recuperado. Para complementar esa obra, se proyecta un nuevo acueducto y un anillo distribuidor de agua con fondos kuwaitíes, por 60 millones de dólares, otro desembolso externo que se había conseguido en 2014 y estaba a punto de perderse. Incluye el reacondicionamiento de la Usina Bosque y la ampliación de la Planta Depuradora Cloacal de Berisso.
-¿Qué sucederá con el acueducto Río Colorado-Bahía Blanca, uno de los proyectos más ambiciosos de la pasada gestión que no se ejecutó?
-Se está buscando financiamiento para licitar el nuevo proyecto de acueducto desde el Río Negro (en vez del Río Colorado) hasta Bahía Blanca, lo que permitirá contar con una fuente alternativa de agua, ya que hoy día la única fuente es el agua proveniente del Dique Paso de las Piedras. Se estima que la obra del acueducto va a demandar unos 300 millones de dólares.
"Tenemos confianza en que los programas previstos se puedan llevar adelante. Quizá tengamos que rever el alcance y la magnitud de cada uno."
-¿Cómo piensa abordar la problemática por el nivel de arsénico en agua en varias localidades del interior bonaerense?
-Se está en la búsqueda de financiamiento para la construcción del acueducto noroeste que permitirá dar agua segura a más de 20 localidades.
-¿Tienen que reprogramar la estrategia de financiamiento de esas obras a partir de la actual crisis que impacta a nivel global?
-Habrá que seguir el día a día, la evolución de la pandemia en el mundo y la reacción de los mercados. Tenemos confianza en que los programas previstos se puedan llevar adelante. Quizá tengamos que rever el alcance y la magnitud de cada uno.
-¿Cuánto impacta en la recaudación la crisis por coronavirus?
-Hicimos un corrimiento de la fecha de vencimiento de las facturas para darle mayor plazo a la gente. Con las sucursales cerradas al público, habilitamos la oficina virtual y todos los medios electrónicos de pago. Ofrecimos la adhesión a la factura digital para mayor comodidad del usuario; además, para que no se caigan los planes de pago existentes, gestionamos los mismos para que no se perdieran los beneficios. Somos conscientes de las dificultades, pero también del compromiso de pago del usuario.
“Registramos una merma en la recaudación del orden del 35% hasta el momento.”
La empresa presta un servicio esencial y hoy más que nunca necesitamos de ese aporte a sabiendas de que adherimos al Decreto 311/2020 (abstención del corte del servicio por falta de pago), dirigido a la población más vulnerable en el marco de la emergencia sanitaria. En ese sentido, aún estamos midiendo, pero registramos una merma en la recaudación del orden del 35% hasta el momento.
-¿Qué mecanismos evalúan implementar para suplir esa caída? ¿Se va a requerir alguna asistencia para sostener la prestación del servicio?
-Austeridad, como primera medida. Y creatividad para optimizar los recursos es el pedido que le hice llegar al cuerpo gerencial. Asimismo, se están requiriendo fondos al Ejecutivo provincial para complementar al presupuesto general y poder hacer frente a urgencias y emergencias.
-¿Cómo van a abordar la política tarifaria en este contexto?
-No es el momento indicado de plantearlo, pero entiendo que no habrá espacio durante este año para discutir revisiones ante el contexto actual.