Buena parte del oficialismo y de la oposición decidió tender un puente sobre la histórica grieta que los separaba. La crisis por el coronavirus empujó a mandatarios y otros dirigentes de distintas expresiones políticas a priorizar puntos de contacto. Los primeros en caminar hacia el centro fueron el presidente Alberto Fernández y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Le siguieron otros y los bonaerenses no fueron la excepción: el senador por el Frente de Todos Francisco Durañona y el diputado por Juntos por el Cambio Daniel Lipovetzky muestran sintonía. Juntos, conversaron con Letra P sobre esta suerte de nuevo paradigma que vive la política en épocas de pandemia.
“No tenemos tiempo para especulaciones partidarias”, resumieron ambos en una entrevista por videoconferencia con este medio. Cuentan que trabajaron en un proyecto en común que pretende otorgar facultades a los intendentes para inspeccionar y sancionar abusos en los precios a consumidores. La iniciativa, que cosecha consensos en distintos bloques, tiene un obstáculo: tanto la Cámara de Diputados como la de Senadores está en un stand-by. Ambos se muestran a favor de sesionar de manera virtual. Pero no todo es estabilidad en la pasarela por la que transitan. El análisis que hacen sobre el sello Axel Kicillof en la gestión provincial los vuelve a separar.
-¿Cómo surgió la idea de presentar un proyecto conjunto?
Lipovetzky: -Del diálogo que venimos sosteniendo. La clave de la política es la construcción de los consensos y encontrar puntos que nos unan. Acá no hay tiempo para especulaciones partidarias.
Durañona: -Argentina ha vivido históricamente profundas grietas. Desde unitarios y federales, hasta peronismo y antiperonismo, las que no nos permitieron ponernos de acuerdo en los puntos fundamentales para poner en rumbo el país.
Previo a la pandemia, la grieta estaba más vigente que nunca. Qué autocrítica hacen, preguntó Letra P. “Uno de los problemas que tuvo Mauricio Macri fue no haber ampliado su gobierno con otros espacios políticos. Eso fue un error. Y no lo digo ahora, sino desde hace tiempo, en sintonía con lo que también dijeron otros líderes de nuestro espacio como Emilio Monzó”, apuntó el diputado, mientras que el senador agregó: “Estuvimos más preocupados en ver cómo disminuir al adversario político que en buscar puntos para lograr salidas inteligentes”.
Durañona: -Estamos en un momento extraordinario. Hemos tenido el post 2001, el regreso de la democracia, la posguerra… pero situaciones como estas hacen que podamos lograr consensos no sólo para salir de esta crisis sino para resolver los problemas estructurales del país.
Lipovetzky: -Cada vez que votó, la sociedad demostró que quiere terminar con esta división. En 2015 y en 2019 los que apostaron por la polarización perdieron. La mayoría de la sociedad busca otra cosa.
Las lecturas políticas sobre el trabajo conjunto de ambos legisladores avanzan persistentes con cada nuevo gesto. Desde un artículo de opinión a doble firma hasta un retuit o un like en sus redes sociales. Por ahora descartan, insistentes, llevar esta comunión al terreno partidario.
-¿Cómo avanzan con esa iniciativa conjunta? ¿Están de acuerdo con sesionar de manera virtual?
Lipovetzky: -Falta que la Legislatura empiece a funcionar con herramientas tecnológicas, como lo hacen otros legislativos provinciales. Una alternativa es la sesión virutal; o una mesa de representación en la que participen otros actores.
Durañona: -Coincido. Esto va a generar un cambio a futuro y es un tema para profundizar. La Legislatura tiene que estar en movimiento.
-¿Cómo evalúan el trabajo de Axel Kicillof?
Lipovetzky: -Lo que el gobernador tiene que hacer es trabajar en conjunto con todos los sectores. El camino que marcó el Presidente no lo veo claro en la provincia de Buenos Aires. (Kicillof) debería hacer exactamente lo mismo. Desde que Axel empezó la gestión tiene una tendencia a centralizar todas las discusiones y debería sumar a un sector como es Juntos por el Cambio que hoy está dispuesto a aportar.
Durañona: -Axel se enfocó principalmente en las urgencias que surgieron apenas asumió. Son problemas que no se resuelven fácilmente y menos ahora que se sumó la pandemia. Me deja tranquilo ver al gobernador como un militante permanente, caminando hospitales y escuelas, buscando la manera de garantizar la continuidad de las políticas públicas y acompañando a los intendentes, además de coordinar con el Presidente y otros gobernadores. Es un trabajo infernal. Lo que sí pretendemos, desde el legislativo, es tener mayor participación, porque somos militantes políticos y dirigentes y todos queremos aportar. Algunos no tienen tiempo porque se los come la crisis, y otros tenemos tiempo de sobra.