Tras la difusión del comunicado en el que el Fondo Monetario Internacional (FMI) admitió que la deuda argentina "no es sostenible", tres economistas coincidieron en que el documento ejerce una clara presión a los bonistas privados para que acepten una quita a sus acreencias.
“El comunicado es un espaldarazo y un reconocimiento que ayudan a la Argentina en la renegociación de la deuda con los tenedores de bonos. El mensaje a los bonistas es ´renegocien la deuda para poder cobrar´”, analizó Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en diálogo con Letra P.
Además, destacó que la posición del Fondo es “distinta” a la que tenía la gestión anterior del organismo crediticio. “Para (la exdirectora ejecutiva Christine) Lagarde, la responsabilidad fiscal se basaba en el ajuste. En cambio, (la actual, Kristalina) Giorgieva cree que responsabilidad fiscal puede alcanzarse reduciendo el déficit fiscal, pero con la posibilidad de mejorar ingresos”, explicó.
En este sentido, Letcher afirmó que, “aunque el comunicado no lo diga, hay una crítica a la conducción anterior del Fondo”, y remarcó que, en el texto, el organismo, “no revela cuál será su propuesta” a la hora de sentarse a negociar con el gobierno argentino.
En el mismo sentido, el economista Miguel Ponce evaluó que el documento de la misión del Fondo es “una señal muy positiva” para la Casa Rosada porque “reconoce una situación compleja” y reafirma que “la deuda es insostenible”.
“El comunicado no debería sorprender a los acreedores de bonos, porque dice algo que ya se sabía: la deuda es más insostenible ahora que antes de la devaluación. De hecho, la relación de la deuda con el PBI es mucho mayor”, marcó el director del Centro para el Comercio Exterior del Siglo XXI.
Ponce también valoró el “cambio de actitud” del Fondo respecto a la deuda argentina y dijo que esa mutación se debe al cambio de autoridades del organismo. “Que no se hable de ajuste y de reformas estructurales es muy importante”, señaló.
“El equipo anterior del FMI adoptó decisiones que solo son explicables desde la política, desde la intervención directa de (el persidente de Estados Undos, Donald) Trump y de su vínculo con el gobierno de (Mauricio) Macri”, agregó.
Fabio Rodríguez, economista de M&R Asociados, coincidió en que el documento es un “espaldarazo” a la gestión del ministro de Economía, Martín Guzmán, y un mensaje directo a los acreedores: “Si no aceptan una quita, no van a cobrar”, interpretó.
“El mensaje también fue una autocrítica implícita de lo actuado por la gestión anterior del FMI con las revisiones del stand by que tuvo la Argentina. En cada revisión, el gobierno de Macri tuvo que hacer malabares para decir que la deuda era sustentable”, evaluó.
Rodríguez consideró que los técnicos de la misión del Fondo se fueron de la Argentina sabiendo cuál es el plan del Gobierno a corto y largo plazos y opinó que “la palabra default quedó enterrada”.
Los economistas también coincidieron en que el Ministerio de Economía debería negociar con el Fondo Monetario el cronograma de pago de vencimientos de capital para poder trazar un horizonte de “sostenibilidad” de la deuda.