“Recibimos un municipio desarticulado, desfinanciado, disfuncional, orientado a hacer campaña y que no resolvía los problemas a la gente”, sintetizó ante Letra P el intendente Pilar, el peronista Federico Achaval, al hacer un diagnóstico de la administración conducida hasta diciembre pasado por el macrista Nicolás Ducoté.
En línea con el discurso del presidente Alberto Fernández y del gobernador Axel Kicillof, señaló que el objetivo es “cambiar prioridades” en pos de acortar la brecha entre ricos y pobres de uno de los principales distritos del norte del conurbano.
“Soy parte de una generación que cree en la política como una herramienta de transformación”, dijo, y destacó la necesidad de recorrer los barrios porque asegura que “la calle es el termómetro” de las decisiones adoptadas a nivel provincial y nacional.
Con cuatro años de gestión municipal por delante, descarta que el distrito sea un trampolín para cumplir con otras aspiraciones. “Tenemos el eje puesto en los 400 mil habitantes que tiene el distrito de Pilar”, dice, tras lo cual desglosó los objetivos a corto plazo.
BIO. Es abogado penalista y tiene 39 años. Fue asesor en el Congreso de la nación y, hasta diciembre pasado, representante de Unidad Ciudadana en el Concejo Deliberante, banca que ocupó alternativamente desde 2011. No es la primera vez que conduce el municipio. En 2014 asumió como interino luego de que el intendente Humberto Zúccaro se alejara de la función pública por problemas de salud.
-¿Cómo han sido estos primeros meses al frente de la administración municipal?
-Fueron dos meses intensos, con toma permanente de decisiones. En línea con las definiciones del presidente Alberto Fernández, cambiamos las prioridades y la primera fue zanjar la herida del hambre. Mi primer decreto fue la creación del Consejo de Argentina y Pilar contra el hambre que significó la convocatoria de todos los sectores para abordar la problemática. A partir de ahí duplicamos asistencia a merenderos, creamos el programa Fiestas Solidarias, para que a ningún pilarense le falte un plato de comida y tenga la oportunidad de festejar la Navidad; decidimos que las escuelas abiertas de verano sean un lugar de contención abierto para los pibes y triplicamos la cantidad de chicos que asistieron al programa garantizando desayuno y almuerzo. En 2019 tuvieron 2.200 chicos inscritos y ahora terminamos arriba de 7.500. Entre el 17 y el 20 de febrero vamos a estar entregando 12.760 tarjetas alimentarias que dispararán otras acciones. Cambiamos las prioridades para avanzar hacia un Pilar con menos desigualdad.
“Recibimos un municipio desarticulado, desfinanciado, disfuncional, orientado a hacer campaña y que no resolvía los problemas a la gente.”
-¿Qué diagnóstico hace del estado de la administración de Nicolás Ducoté?
-Recibimos un municipio desarticulado, desfinanciado, disfuncional, orientado a hacer campaña y que no resolvía los problemas a la gente. Pilar tiene 352 kilómetros cuadrados, 400 mil habitantes y la complejidad que los fines de semana recibe más o menos 150 mil visitantes que vienen a casas de fin de semana. Esta densidad poblacional implica un esfuerzo muy grande de la gestión para tratar de llegar a todos los puntos del distrito. En el sistema de salud no había diálogo entre la atención primaria y el sistema hospitalario.
Eso hacía que, en muchos casos, la salud fuera inaccesible. Nos encontramos con una secretaría de Seguridad que era un lugar de política orientada a perseguir opositores, sin articulación entre Defensa Civil, Same, las patrullas municipales y el centro de comando de la provincia de Buenos Aires. Me reuní con el Consejo Escolar y en tres años no se había promovido un solo cargo de auxiliar docente. En cuatro años no cambiaron el mobiliario de ninguna escuela. Dejaron 20 obras desfinanciadas y paralizadas. Poner todo eso en funcionamiento fue complicado. Nosotros llegamos a la política para transformar y esa transformación se da en las políticas públicas implementadas en el territorio.
-Usted ya había estado en la administración municipal durante el gobierno de Humberto Zúccaro, ¿cómo fue la transición de esa gestión al Concejo Deliberante y, ahora, a este rol como conductor?
-Como todo en la vida hay proceso de aprendizaje. Lo primero que uno tiene que entender es cómo funciona el Estado para que ese Estado tenga la capacidad de transformar vidas. El proceso de haber sido parte de una gestión, de haber estado de asesor en el Congreso de la Nación, de haber sido concejal, me hicieron entender las implicancias de las decisiones que se toman en el Estado y cómo se puede orientar la energía que tiene el Estado. Llegamos como proyecto político con la claridad de entender que el Estado tiene que estar para garantizar derechos y que las decisiones tienen que estar orientadas a ese objetivo. Somos parte de un proyecto político nacional, provincial y municipal que realmente tiene vocación de transformación y de resolver problemas estructurales de la Argentina. Creo en la forma de hacer política que ponga en el centro a las personas y eso se ve cuando vas a un barrio. Con esa dinámica los intendentes tenemos la sensación térmica de lo que está pasando en la calle. Si cae el consumo nos damos en cuenta enseguida porque nos cierra el comercio de la esquina. No necesitamos ver la planilla, la realidad enseguida aparece.
-¿Cómo se relaciona con los intendentes de la región?
-Con Escobar, con Malvinas Argentinas, con José C. Paz, con Moreno, tenemos límites que son una calle y los vecinos van y vienen de un distrito a otro. Por lo tanto, planteamos temas comunes como las problemáticas relativas al medio ambiente, residuos, seguridad. En nuestro hospital nacen bebés de madres de José C. Paz. En los hospitales de ahí se atienden vecinos de Presidente Derqui. Hablamos mucho entre los intendentes porque somos los que todos los días recibimos a los vecinos de la provincia como primera ventanilla de soluciones. A mí me sirve, además, porque muchos de ellos ya tienen experiencia en la gestión municipal. Así como hablamos con los intendentes, hablo con el gobernador, con los funcionarios nacionales de los ministerios que bajan programas que tienen injerencia en el territorio. Hay muchas dinámicas comunes entre los intendentes, más entre los que estamos en el conurbano.
-¿Qué vínculo tiene con la oposición?
-Iniciamos el proceso con 12 concejales. Recientemente mandamos un proyecto de modificación de la ordenanza tarifaria que lo sacamos con unanimidad de los presentes. Nos acompañaron unibloques que eran parte de la estructura de Cambiemos y que entendieron que las prioridades están puestas en resolver los problemas de la gente. Mandamos una tarifaria que corrige impuestos distorsivos, tasas distorsivas, que afectaban a más del 80% de los pilarenses. Los que solamente hacen una defensa partidaria decidieron no dar el debate. El respaldo de todos los presentes en el Concejo Deliberante es un mensaje político que demuestra que cuando las decisiones están tomadas en favor de grandes mayorías podemos lograr consensos, aún con aquellos que hasta hace un mes no estaban dentro de nuestro proyecto político. La gente nos está pidiendo que haya diálogo, que haya búsqueda de consenso entre los que pensamos que la prioridad de la Argentina es su gente. Probablemente tengamos diferencias con aquellos que sigan creyendo que Argentina tiene que ser un país para pocos.
-Hubo algunos planteos en torno al equipo de ministros del gobernador y sobre la ausencia de intendentes en la mesa chica. ¿Qué opina del gabinete elegido por Kicillof?
-Cada uno quiere conformar el gabinete de acuerdo a su dinámica de trabajo. Es lógico que ante el desafío de hacer frente a una provincia terriblemente endeudada Kicillof elija un equipo que haya funcionado, que tenga dinámica y trayectoria con él, porque había que tomar decisiones importantes. Entendemos porque estamos en el mismo proceso y en eso hay que ser generoso, comprensivo. Quizá muchos tienen expectativas siempre de participar porque se entiende que cuanta más participación tengamos más se puede aportar a dar soluciones. Pero también creo que hay que respetar tiempos y lógicas de funcionamiento de aquel que ganó con más del 50% de los votos, que dio un aporte fundamental para que la Argentina vuelva a tener un presidente como Alberto Fernández y que nos permita reorientar las prioridades de la política.
-¿Qué objetivos tiene para la gestión?
-Transformar la realidad de los pilarenses. Echar por tierra la profunda desigualdad que existe en nuestro distrito, tomar decisiones para llegar a ese objetivo. Tuvimos la agilidad de hacernos cargo de los temas prioritarios y estamos logrando poner en funcionamiento muchas áreas del municipio para mostrar que hay gestión municipal en cada uno de los barrios de Pilar. Buscamos mejoras estructurales en materia educativa. De los 110 establecimientos educativos, vamos a estar haciendo intervenciones en 80. Pintaremos más de 30 escuelas, cambiaremos el mobiliario en todos los primeros grados porque hace cinco años que no se hace en ninguno. Este año se cumple el 200 aniversario de la firma del Tratado de Pilar, que es fundacional para nosotros y que tiene que ver con nuestra identidad.
"Es lógico que Kicillof elija un equipo que haya funcionado (…) hay que respetar tiempos y lógicas de aquel que ganó con más del 50% de los votos."
-¿Cuál es su proyección política?
-Mucha gente acelera los procesos y dice “yo estoy acá porque quiero ir a tal lado”. Nosotros somos parte de un proyecto político enmarcado en uno provincial y nacional, pero tenemos el eje puesto en los 400 mil habitantes de Pilar. Es un desafío enorme llegar a un municipio con esa densidad poblacional, que tiene solo 20% agua corriente y cloacas, que tiene más de 7 mil cuadras sin asfaltar, que de 37 escuelas secundarias 10 no tienen edificio y eso genera deserción en los jóvenes. Sabemos que necesitamos el Estado nacional con política pública, que necesitamos una provincia que resuelva el salario de los docentes, que resuelva cuestiones de seguridad estructural, pero también tenemos herramientas para lograr que eso se vea en los territorios. Soy parte de una generación que cree en la política como herramienta de transformación.