La victimización, el delito y sus números en Rosario

Aun en el contexto de pandemia que estamos atravesando, la inseguridad se posiciona en muchos de los principales centros urbanos del país como una de las principales problemáticas a abordar desde los poderes públicos. De acuerdo a los últimos relevamientos de opinión pública realizados en la ciudad de Rosario, casi la mitad de los rosarinos la identifican como el problema que más afecta a la ciudad, superando la valoración de situaciones problemáticas vinculadas al aumento de la pobreza, la inflación o la desocupación.

 

En este contexto, un reciente estudio que diseñamos desde Doxa Data buscó cuantificar la tasa de victimización en Rosario, entendiendo por esta al porcentaje de hogares cuyos miembros convivientes sufrieron al menos un delito durante el año 2020, hayan sido denunciados o no a una autoridad competente.

 

Medir objetivamente un fenómeno siempre es una tarea compleja (o imposible). Estas dificultades se potencian cuando se abordan problemas multidimensionales, con determinantes interconectadas y donde no existen soluciones únicas, universales o definitivas. Si la criminalidad como objeto institucional es complejo, esta complejidad se potencia por los inconvenientes asociados a los datos con los que se diagnostica y se decide. En este sentido, los registros oficiales utilizados como fuente primaria de información presentan, al menos, dos dificultades.

 

Por un lado, uno relacionado con las propias características institucionales del proceso de toma de la denuncia, la valoración del agente policial y el procesamiento formal; por el otro, si una porción de la población considera que no obtiene nada con hacer la denuncia, o que puede incluso esto generarle algún contratiempo adicional, aparece el obstáculo del sub registro.

 

Estos dos problemas que caracterizan las estadísticas de criminalidad no son un fenómeno local ni temporal, sino que están condicionados por razones de diseño institucional de los organismos públicos y por factores culturales que trascienden en gran medida una coyuntura puntual.

 

Partiendo de estos argumentos es que adquieren especial importancia las denominadas “encuestas de victimización”. Es decir, estudios de opinión pública donde se les consulta directamente a los integrantes de los hogares si fueron o no víctima de un delito y demás características que refieren a la “percepción subjetiva” de la criminalidad, los comportamientos adoptados por los diferentes estratos poblaciones como mecanismos de autoprotección, la naturaleza de la victimización, así como las opiniones referidas a las causas de la inseguridad y las evaluaciones de las respuestas de los diferentes niveles gubernamentales.

 

En este marco, desde Doxa Data realizamos entre el 4 y 9 de octubre un relevamiento de 359 casos en la ciudad de Rosario donde se observa que el 43,2% de los hogares fue víctima de al menos un delito en lo que va de 2020, afectando principalmente a los residentes en hogares de los distritos Oeste (50,1%), Sur (48,19%) y Norte (47,1%), y en menor medida al Distrito Centro (36,3%).

 

En la gran mayoría de los casos, cercano al noventa por ciento, los encuestados consideraron que se trataron de delitos que “atentaron contra su patrimonio”, mientras que dos de cada tres personas sostuvieron que fueron hechos violentos. Por su parte, poco más del 40% realizó la denuncia ante autoridades competentes.

 

En el informe también se consultó a los rosarinos y rosarinas si en sus hogares han implementado alguna medida de seguridad como modo de prevención de hechos delictivos. En este indicador, casi el 60% dijo haber instrumentado alguna medida, siendo la más elegida la colocación de “Rejas en puertas y ventanas” (36,9%), seguida por la instalación de “Alarmas” (28,3%) y de “Cámaras de Seguridad” (8,2%).

 

Por otro lado, el relevamiento buscó indagar sobre los lugares o sitios donde los rosarinos y rosarinas se sienten más seguros. Aquí, sin diferencias significativas en la estratificación por género o edad, se destaca la elección de la “vivienda propia”, como lugar más seguro (58,5%), seguida por el “lugar de trabajo” (13,1%). Con menor participación, el 4,7% de las personas consultadas sostuvieron que el lugar donde se sienten más seguros es “su vehículo” mientras que el 3,1% optó por mencionar a “su barrio”.

 

En relación a la opinión respecto a qué instituciones o niveles de gobierno les adjudican una mayor responsabilidad por la situación actual de la seguridad en Rosario, casi tres de cada diez encuestados consideraron que la mayor responsabilidad es del Gobierno Provincial (28,1%) y el 24,0% consideró que es del Gobierno Nacional mientras que el 21,9% de los encuestados se inclinó por el Poder Judicial. Por su parte, el 13,7% opinó que la mayor responsabilidad es del Gobierno Provincial anterior y el 5,7% opinó que le cabe al Gobierno Municipal.

 

Por último, el relevamiento manifiesta que los rosarinos identifican como causas principales de la inseguridad a la “ausencia del Estado” (23,8%), la “Inacción Judicial” (22,8%) y la “Complicidad política” (21,6%). Por su parte, el 15,4% asocia las causas de la inseguridad con la “Corrupción policial” y sólo el 12% de los entrevistados se inclinó por motivos de naturaleza socio-económica como “Desigualdad social” (7,8%) y “Crisis económica” (4,4%).

 

Como se desprende del informe, en cada municipio, provincia o región, la diversidad de delitos identificados, la incidencia heterogénea por localización geográfica, género, edad o situación económica revela la complejidad del fenómeno de la criminalidad y la transcendencia de contar con estudios representativos que busquen captar, de manera complementaria a la denuncia formal, la percepción ciudadana de la inseguridad. Con sesgos y debilidades, como todo estudio probabilístico, las encuestas de victimización presentan solo otra imagen de la “criminalidad aparente”, más que un cuadro definitivo de la “criminalidad real”. Sin embargo, como fuente complementaria de información adquieren un rol clave para aportar datos confiables para la comprensión de la cuestión criminal en nuestras ciudades.

 

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