NUEVO CICLO | LA OPOSICIÓN

En paralelo al repliegue de Macri, Cambiemos acelera hacia el fin del "dedazo"

Hay un pacto no escrito de habilitar internas en todos los rincones del país para las elecciones de 2021. Todo, bajo la promesa de preservar la unidad entre el PRO, la UCR y los lilitos.

No hay un documento y posiblemente tampoco lo haya en un futuro cercano, pero entre los popes de Juntos por el Cambio circula una propuesta para garantizar la unidad y caminar en armonía el largo y pedregoso camino hacia 2021, el primer test electoral para la nueva oposición. La primera definición ya está sobre la mesa: habilitar internas para todas las categorías de las elecciones de medio término a lo largo y a lo ancho de la Argentina.

 

 

La propuesta implicaría borrar de un plumazo la imposición de candidatos y acuerdos que ocurría en cada cierre de listas durante los años de Mauricio Macri en la Casa Rosada. Tanto en 2017 como en 2019, primó la selección de candidaturas de manera unilateral. Ese método resquebrajó la relación entre el PRO, la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica, pero, fundamentalmente, evidenció el desequilibrio en el partido amarillo. Una medición de una consultora tenía más fuerza que un referente local con años de caminar el distrito; un llamado de Marcos Peña desde la Casa Rosada vetaba o abría candidaturas. El dedazo no fue exclusivo del plano nacional y también gobernó la provincia de Buenos Aires: María Eugenia Vidal manejó, en soledad, la lapicera del último cierre de listas bonaerense.

 

 

Este proceso se acelera justo cuando se confirma un repliegue de Macri. Su llegada a la Fundación FIFA, negociada durante meses personalmente con el titular de la entidad, Gianni Infantino, generó una oleada de críticas de dirigentes del fútbol argentino enfrentados con el expresidente desde hace tiempo. Además, cayó como una bomba en Juntos por el Cambio. Si bien Macri seguirá en la Argentina y su nuevo cargo es ad honorem, la noticia se procesó con malestar en la coalición porque llega en horas en que la nueva oposición negocia con el gobierno de Alberto Fernández para acompañar el proyecto de ley de reestructuración de la deuda que generó Cambiemos.

 

El verticalismo del exoficialismo a veces benefició a la tropa propia y en otras oportunidades, a los aliados radicales. Para 2021, la intención es terminar esa discrecionalidad y establecer reglas claras. Al mismo tiempo, la opción de habilitar internas en todas las categorías y en todos los distritos serviría para ordenar candidaturas hacia 2023. Eufemismos afuera, la posibilidad de que compitan candidatos del PRO, el radicalismo y los lilitos ayudaría a "filtrar" opciones y permitir que haya un candidato claro -pocos se atreven a decir “único”- para 2023.

 

 

 

En el mundo de lo posible, ese es el plan preliminar. Sin embargo, esa apertura política debe tener un límite, sostienen las tribus de Cambiemos que mantienen posiciones ejecutivas. La nueva oposición gobierna tres provincias y la Ciudad de Buenos Aires, pero también controla intendencias. Bajo esa lógica, la idea es que no haya internas donde Juntos por el Cambio es oficialismo, como Mendoza, Jujuy, Corrientes y la Capital Federal.

 

Mientras continúan los esfuerzos por mantener la unidad en el Congreso, avanza este anteproyecto para encarar un escenario de múltiples internas. Esa discusión será distrito por distrito, siempre bajo el pretexto de garantizar la unidad. Para 2021, el objetivo es abrir la puerta a todos los que quieran competir para no dejar afuera a nadie. En estas horas, se procesa en Juntos por el Cambio una reversión de la frase de Juan Domingo Perón: 2023 encontrará a la nueva oposición unida o dominada (derrotada) por el oficialismo.

 

Maximiliano Pullaro recibió patrulleros de la provincia de Buenos Aires
Martín Menem y Karina Milei.

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