Aunque había dado la orden de suspender su redacción por la crisis, los asesores de campaña del presidente Mauricio Macri retomaron el armado de su plataforma electoral para un eventual segundo mandato. El armado fue frenado luego de la derrota de las PASO del 11 de agosto. Todo el despliegue de “propuestas programáticas” corre por cuenta del equipo técnico que comparten distintos funcionarios y políticos en caso de que Cambiemos lograse revertir los resultados de las PASO en las generales del 27 de octubre y pudiera pasar a segunda vuelta.
La primera medida de un eventual segundo mandato ya está definida, según confiaron en Casa Rosada a Letra P, a pesar de las restricciones impuestas por el propio Gobierno para evitar filtraciones. Será el llamado a constituir una nueva “mesa de diálogo” para “analizar con todos los sectores” políticos, económicos, gremiales y religiosos las primeras medidas ante la crisis económica. Sin embargo, su aceleración e imprevisibilidad dificultan la proyección de pronósticos certeros sobre la dimensión del escenario que afrontará el próximo jefe del Estado. El dilema inmediato, por ahora, es quién sería la figura acertada del elenco de Cambiemos para comunicar ese gesto “refundacional” que aplicaría Macri ante un eventual segundo mandato.
UNA PLATAFORMA POST PASO. La hoja de ruta para la campaña proselitista de Cambiemos recién arrancará el 27 de septiembre, un mes antes de las generales de octubre. A dos semanas de esa fecha, los funcionarios afectados a las definiciones programáticas retomaron “la parte que falta” de la plataforma, que había quedado virtualmente cerrada antes de las PASO. Según pudo saber este medio, “la están haciendo de nuevo”, porque “no tiene sentido repetir la visión que teníamos antes de las PASO después del resultado que tuvimos: ahora tenemos que dar cuenta de eso, admitir en qué nos equivocamos y hacer propuestas”, insistió un escudero del PRO con varias campañas encima.
“Hasta ahora no se habló de una sola propuesta y eso es lo que estamos preparando: definiciones muy concretas para el futuro. Tenemos que hablarle a nuestro electorado, pero también a los que dejaron de votarnos. Ratificar el cambio pero sin perder de vista que cometimos errores en la gestión de la economía”, explicó uno de los funcionarios afectados a ese diseño.
Si bien las posibilidades de presentar un programa económico para los próximos años son muy acotadas, en el Gobierno consideran que no pasa lo mismo con las aspiraciones políticas que pueda enunciar Macri apenas se vuelva a calzar el traje de candidato. Cuando lo haga, el punto de largada será el llamado a una mesa de diálogo para contener la crisis. “Vamos a reanudar el mensaje de que estamos haciendo todo lo posible por eliminar las dudas sobre el futuro de la Argentina, tomando ideas que vienen de la oposición y más allá del proceso electoral. Lo que falta definir es quién lo dirá y cuándo”, confió otra fuente consultada.
UN ARCHIVO DE DUDAS. La utilización de otra señal de “apertura” todavía desata dudas dentro del Gobierno, especialmente en torno al jefe de Gabinete, Marcos Peña, cuyo ascendente sigue en crisis desde la derrota de las PASO.
Algunos funcionarios consultados temen que ese recurso profundice la crisis de credibilidad de Macri luego de una serie de experimentos similares que presentó en los últimos cuatro años. El último intento fallido data de mayo pasado, cuando Macri lanzó “diez puntos” para negociar con las fuerzas opositoras y ofrecerle una “señal de estabilidad a los mercados hasta las elecciones”. La iniciativa no prosperó y quedó diluida entre los embates de la crisis, cerrando una serie de intentos similares presentados por la Casa Rosada, como la “Mesa de Diálogo para la Producción y el Trabajo”, que Macri creó el 13 de octubre de 2016 mediante el decreto 1092/16.
Los críticos de esa fuga hacia adelante temen que todo ese listado de intentos dialoguistas incumplidos se les vuelva en contra. Una preocupación similar circula en Balcarce 50 sobre las promesas que hizo Macri durante el último debate presidencial: en su mayoría fueron incumplidas y cualquier repaso opositor golpearía la performance discursiva para su reelección.
La decisión final será adoptada por el líder del PRO, aunque podría anticiparla durante septiembre, dentro de la táctica que utiliza para enunciar gestos electorales desde la gestión de la crisis.