El precio del petróleo se disparaba más del 14% este lunes en Nueva York debido a los efectos sobre la oferta mundial de crudo de un ataque con drones sobre refinerías clave de Arabia Saudita. El salto de la cotización pone más tensión a la relación entre el Gobierno nacional y las petroleras por el congelamiento definido por las autoridades en la previa de las elecciones del 27 de octubre.
La suba del crudo West Texas Intermediate (WTI), de referencia en América, llevaba el precio del barril a 62,62 dólares y se replicaba en Europa con el de Brent (que se extrae en el Mar del Norte), cuyo precio se elevaba más del 10%.
La situación complica la intención del gobierno de Mauricio Macri de mantener congeladas las naftas por 90 días, plazo que vence a mediados de noviembre, para evitar un nuevo recalentamiento de la inflación y más problemas para la población en la previa de las elecciones.
La medida fue rechazada inicialmente por las petroleras, pero quedó vigente,
Rebeldes hutíes chiitas de Yemen atacaron el sábado con diez drones las refinerías de Abqaiq y Khurais, pertenecientes a la estatal saudita Aramco, principal proveedora de petróleo del mundo. Debido al golpe, la oferta de petróleo saudita cayó en un 50% y la global, un 6%.
Desde Aramco, el principal proveedor de crudo del mundo, indicaron que "pasarán varias semanas hasta que sus instalaciones vuelvan a operar con normalidad, lo que hace temer sobre las consecuencias que ello pueda tener en el suministro de crudo a nivel mundial", ante un recorte estimado en 5,6 millones de barriles diarios.
Los insurgentes hutíes de Yemen, que combaten con apoyo de Irán la intervención militar saudita en su país, advirtieron a las empresas extranjeras del sector que "se mantengan lejos de las refinerías de Abqaiq y Khurais" porque podrían repetir los ataques contra ese sector estratégico.
En un comunicado de prensa difundido por Al Masirah, el canal televisivo vinculado a los rebeldes yemeníes que trasmite desde Beirut, el vocero de los hutíes renovó las amenazas de volver a atacar al corazón petrolero del Golfo Pérsico.
Las empresas petroleras "aún están en nuestra mira. Podemos atacar estos y otros objetivos sauditas cuando queramos", dijo.
Estados Unidos responsabilizó a Irán, rival geopolítico de la monarquía sunita de Arabia Saudita, principal proveedor de petróleo del mundo, la teocracia chiita negó haber tenido intervención en los ataques.