Tras la batalla y la reconfiguración del mapa provincial en 2015, lograron ampliar sus espaldas con los resultados de 2017. Sin embargo, no pudieron evitar el coletazo de las políticas económicas aplicadas por Mauricio Macri y replicadas por Vidal. Desoídos en su reclamo de un desdoblamiento electoral que garantizara su reelección, fueron protagonistas del golpe asestado al oficialismo. Como escuderos de la jefa provincial, el electorado los señaló como parte responsable de una la debacle económica y del desasosiego derivado de la crisis.
En Pilar, aparece el panorama más sombrío para un distrito actualmente administrado por Juntos por el Cambio. Allí, el macrista Nicolás Ducoté cosechó un 33,8% de los votos, menos de 12 puntos que el candidato de Todos, Federico Achával, quien cosechó el 46,11% de los sufragios, con más del 71% de las mesas escrutadas.
Apenas conocidos los resultados, Ducoté buscó remitir de inmediato al proceso electoral de 2015, donde se consagró en octubre luego de dar vuelta unas PASO en las que, tomando la compulsa por frentes, Cambiemos había quedado 20 puntos por debajo del Frente para la Victoria. “En 2015 parecía imposible ganarle a un barón del conurbano y lo hicimos”, sostuvo en un tuit el domingo por la noche.
Sin embargo, el escenario es diametralmente distinto. En aquel entonces, Ducoté usufructuó la ola amarilla que se sintió con fuerza en terreno bonaerense y arrastró a varios candidatos locales que venían corriendo de atrás desde agosto. Pero, por sobre todo, el macrista miembro fundador del think tank PRO Cippec aprovechó las heridas sin cicatrizar que, por ese entonces, habían quedado de la interna peronista en la que el otrora intendente Humberto Zuccaro se impuso por un escueto margen de votos y tras varios días de pujas por el resultado final.
En esta oportunidad, el peronismo se presentó con una lista de unidad encabezada por Achaval que logró 16 mil votos más que el intendente macrista, quien también afronta tensiones internas con resquemores provenientes incluso del gobierno bonaerense, desde donde cuestionan en voz baja la gestión comunal.
El horizonte también asoma oscuro en Morón, distrito que tiene el aditivo de ser el de residencia de la gobernadora María Eugenia Vidal. Allí se abre una carrera cuesta arriba para el ex esposo de la mandataria, el intendente local Ramiro Tagliaferro, quien, con el 36,13% de los votos, cosechó 16 mil votos menos que Frente de Todos, donde el 97% de los votos fueron obtenidos por el ganador de la interna, el ex jefe comunal Lucas Ghi. Aquí, se registró un corte de boleta del orden del 3% en perjuicio de Mauricio Macri. Vidal, en tanto, obtuvo 1,5% más que el intendente.
Otro barón PRO que había desembarcado en el poder municipal en 2015 y que afronta un panorama electoral complejo para sus expectativas de reelegir es Diego Valenzuela (Tres de Febrero). Y es que, a pesar de haber sido el candidato más votado este domingo, en el análisis por frentes electorales, Todos cosechó un 46,38% del total de votos, casi 12 puntos por encima del oficialismo.
En el peronismo, el ganador de la interna de cinco precandidatos fue el actual diputado camporista Juan Debandi. En 2015, Cambiemos había concretado una remontada luego de haberse ubicado debajo del peronismo en agosto, pero por un margen marcadamente inferior (1,5%) al que se registra actualmente. “No alcanza con ser la lista más votada”, admitió Valenzuela en su cuenta de Twitter post elección, para ponerse de inmediato a difundir acciones de su gestión.
Con mayor profundidad que en Morón, aquí también el corte de boleta jugó en perjuicio de Mauricio Macri. Mientras que Vidal y Valenzuela registraron un caudal similar de votos (del orden del 34%), el Presidente cosechó 30%.
Lanús forma parte de la Tercera sección, conglomerado urbano del sur del conurbano bonaerense, termómetro de las vicisitudes económicas, del humor social y colchón de votos del peronismo. Bajo la conducción del macrismo desde 2015, el distrito se transformó en punto de encuentro de la dirigencia nacional y provincial y base para irradiar a la Tercera sección el poderío amarillo.
La conducción de Néstor Grindetti estuvo y está identificada con el perfil del presidente Macri. El acompañamiento electoral en las últimas ruedas fue voluminoso. En 2017 sacó una diferencia de 10 mil votos.
En las PASO de este domingo, si bien pudo mantener la supremacía, perdió un amplio caudal de acompañamiento. Obtuvo 98.945 votos y se ubicó como el candidato que más respaldo consiguió en la primera vuelta. Sin embargo, Frente de Todos, sumando los puntos de los cuatro precandidatos que compitieron en la interna, lo superó por 38.517 votos. En octubre, el intendente se cruzará con el concejal y ex diputado nacional Edgardo Depetri, quien buscará avanzar en acuerdo y superar la marca de los 108 mil votos, cifra con la que el PRO consiguió la victoria en 2015.
A la sombra de Grindetti se ubica el intendente de Quilmes. Cuestionado por propios y ajenos, Martiniano Molina no logró mostrar una gestión que convenciera al electorado. En octubre 2015 fue acompañado tras tropezar en las PASO. La misma secuencia se repitió en 2017, cuando el peronismo lo puso contra las cuerdas al vencerlo en las primarias. Con una inyección de obras y una fuerte presencia nacional y provincial, en octubre logró revertir esas cifras.
Este año, con una gestión desgastada y un equipo de trabajo fallido, las urnas volvieron al golpearlo. El cocinero se quedó con 84.794 votos y se ubicó liderando la batalla individual. Sin embargo, el Frente Todos consiguió 136.844 emisiones, resultado que arroja la suma de los seis precandidatos. En las generales, el jefe comunal se cruzará con la diputada nacional de La Cámpora Mayra Mendoza, que deberá fidelizar los guarismos de Todos para convertirse en la primera intendenta mujer del distrito.
El mapa amarillo también sufrió algunas variaciones en el interior bonaerense y obliga a los mandamases a redoblar los esfuerzos para volver a tomar el timón de conducción de sus distritos y ser líderes en su región.
En el sur bonaerense, el macrista Héctor Gay fue sacudido por el caudal de votos que recibió la oposición en Bahía Blanca. En elecciones anteriores, junto al tridente que completan con los legisladores y armadores de la Sexta, Nidia Moirano y Santiago Nardelli habían logrado posicionarse como un bloque. Sin embargo, el bahiense no pudo mantener la amplia diferencia de rondas electorales precedentes.
Si bien Gay se quedó con el triunfo, su adversario inmediato, el senador por Unidad Ciudadana Federico Susbielles, quedó muy cerca, a sólo 4.421 votos, performance que demuestra que la unidad del Frente de Todos logró amalgamar en una propuesta el caudal de votos cosechado en elecciones anteriores en diversas plataformas.
También Pablo Petreca (Junín), intendente que responde a Jorge Macri, tuvo un llamado de atención en las urnas. El domingo, antes de que se difundieran los primeros datos oficiales, celebró públicamente haber sido el precandidato más votado, con 21.087 sufragios. Sin embargo, el Frente de Todos lo superó por seis mil votos y ubicó al ex intendente Mario Meoni como su rival en las urnas, quien podría destronarlo si lograse quedarse con el respaldo de su adversaria interna, Victoria Muffarotto.