Como fuera señalado en un recorte anterior, dentro de la muestra de políticos analizados existen jerarquías en la red, apoyadas en el peso específico de las distintas figuras y en los perfiles construidos. Destacan aquí el actual presidente, Mauricio Macri (4,9 millones de seguidores) y la ex presidenta Cristina Fernánderz (5,5 millones), quienes arrastran a sus compañeros de candidaturas, que experimentaron grandes cosechas de followers en los últimos dos meses. Sacando estos binomios, el siguiente mejor parado es José Luis Espert (326 mil seguidores), que supera por amplio margen a Roberto Lavagna (154 mil), Juan Manuel Urtubey (169 mil) y a Nicolás Del Caño (108 mil).
El promedio de actividad diaria de las cuentas muestra que las figuras más salientes de este proceso electoral, Macri-CFK, abandonaron el centro de la escena y mantuvieron un perfil más bajo, mientras que los recientemente ungidos Alberto Fernández y Miguel Ángel Pichetto tomaron la palabra en Twitter con mayor intensidad. En los dos extremos encontramos al candidato a presidente por el Frente de Todos con un promedio de casi 12 tuits diarios contra tres publicaciones por día del actual presidente. El jefe de Estado y la ex presidenta, las dos figuras centrales de la política argentina, son a su vez las que mayor nivel de polarización generan; en ese hecho puede explicarse la búsqueda de un perfil de menor visibililidad.
ES LA ECONOMÍA. Sobre un total de 262 tuits en que se pudo identificar alguna temática dominante, la economía fue el tema más recurrente. No obstante, en el caso de Juntos por Cambio, el Presidente omitió completamente este tema, que genera las mayores críticas a su gobierno, mientras que fue su compañero de fórmula el encargado de dar las definiciones en la materia. Por el lado de la oposición, Alberto Fernández, Lavagna y Espert pusieron el eje en este área, claro flanco débil del oficialismo. La referencia a “valores” universales fue transversal a la campaña de todas las fuerzas políticas. La unidad, el consenso, la esperanza y la felicidad fueron parte de la construcción discursiva en todos los casos, muy particularmente en el caso de CFK y Macri. La seguridad, tema habitualmente de alta presencia en la agenda de los medios tradicionales, alcanza una cuota marginal entre las preocupaciones de los candidatos, que apostaron en líneas generales al optimismo y la confrontación con el oficialismo en materia de política económica.
Si bien la mayor parte de las publicaciones se centró en temas económicos o hizo referencia a valores como la unidad, el consenso y la esperanza, los contenidos con mayor nivel de impacto medido en número de retuits tuvieron como protagonistas al humor, las historias de vida y la controversia. “Alguien en la red me envía este video, quiero compartirlo y felicitar a su autor, porque sinceramente ponerle humor a esta realidad no es fácil y exige mucho talento”, tuiteó CFK en lo que fue la publicación de mayor alcance entre todos los candidatos en la última semana.
Con mayor o menor suerte, el humor estuvo presente en la campaña del Frente Despertar (Espert-Rosales) a través de un meme que resaltaba el parecido entre el candidato a presidente de ese espacio y Gru, el personaje principal de la película "Mi villano favorito". El Frente de Izquierda se trasladó hasta la city porteña para filmar un spot callejero en que, caracterizados como los personajes de la serie española "La casa de papel", se interroga: “¿Robar un banco? Mejor nacionalizar la banca, romper con el FMI y que la crisis la paguen los capitalistas”.
La invocación a las emociones también tiene su rédito en la red social. "A nada le tienen más miedo que a personas como vos diciendo que me van a votar", abre la serie de posteos de mayor impacto de Macri, en que el mandatario llama a sus partidarios a votarlo, aclarando que “no se necesitan argumentos, no es necesario dar explicaciones”. Fernández, por su parte, apeló a la rebeldía de los jóvenes en su tuit más exitoso: “Nunca se callen la boca (…) No dejen que nadie los domestique”.
La candidata a vicepresidenta por el FIT, Romina Del Plá, en general con publicaciones de bajo rendimiento, consiguió su mayor repercusión gracias a un video emotivo “que refleja parte de mi historia de vida y de lucha”.
La controversia y el enfrentamiento abierto no tuvieron mayor espacio en el último tramo de la campaña. Sin embargo, al libertario Espert, también de escaso impacto en Twitter, le dio frutos su cruce mediático con el periodista Luis Majul. Por su parte, Alberto Fernández logró alto alcance con una serie de publicaciones en que respondió al sitio chequeado.com que antes había calificado afirmaciones suyas como “insostenibles”.
AGENDAS NEGATIVAS Y ANTAGONISMOS. La necesaria búsqueda de la distinción y la conformación de identidades políticas en tiempos electorales descansa en alguna medida en el antagonismo que supone la existencia de un nosotros y un ellos. El análisis realizado sobre los perfiles de los candidatos en Twitter deja ver que la referencia crítica, a veces solapada y otras más explícitas, es un común denominador en todos los candidatos. Alberto Fernández fue el candidato que más activó este mecanismo y dedicó 34 de sus 83 posteos a referirse a la dupla oficialista Macri-Pichetto. Como contrapartida, CFK casi omitió referirse a los demás candidatos y se limitó, con un tono más cándido, a cuestionar el rumbo del país.
Los candidatos oficiales, como es de esperar, fueron blanco de cuestionamiento por parte de todos los demás candidatos, en particular Lavagna y Espert que destacaron la debilidad económica, haciendo de ese tema eje de sus campañas en la red. Por su parte, Macri y Pichetto apenas hicieron menciones a los Fernández, aunque en un tono moderado, evitando ingresar en controversias altisonantes.
TWITTER Y LOS (OTROS) MEDIOS. Como reflejo de la agenda proselitista de los candidatos, Twitter presenta no solo contenidos creados específicamente para este medio, sino, además, gran cantidad de remisiones a medios masivos, el otro gran territorio de exposición donde los candidatos disputan sentido y visibilidad. Como explicó Letra P en una nota anterior, “se trata de un uso de Twitter en que la cobertura de los medios sirve y apoya la agenda del funcionario, quien a su vez ‘levanta’ un artículo y ayuda a su difusión en las redes”. Así, cada nuevo medio adopta un rol particular pero conforma un ecosistema que entra en diálogo con los preexistentes.
Sobre un total de 463 publicaciones analizadas, 147 (31,7%) fueron reenvíos a contenidos de otros medios masivos: entrevistas a los protagonistas en radio, televisión, prensa gráfica o portales de internet.
La televisión abierta y de pago, junto a las radios de Buenos Aires, concentraron el 56% de las apariciones de candidatos en campaña en medios masivos. En este punto, se destacan C5N (10) y Crónica TV (9) y Radio 10 (7) y Radio con Vos (5).
También resulta significativa la presencia de una larga lista de medios locales. El 20% que alcanzan estos medios se explica fundamentalmente en las visitas de los candidatos a varias provincias. Solamente en los siete días relevados, Pichetto, por ejemplo, visitó Formosa, Salta, Santa Fé, Entre Ríos, Córdoba y Misiones. Macri hizo lo propio en Jujuy, Corrientes, Santa Fé y Córdoba. Urtubey buscó garantizar visibilidad en su bastión y pasó la mayor parte del último tramo recorriendo Salta, mientras que los demás candidatos vieron limitados sus viajes y concentraron la campaña en la ciudad y la provincia de Buenos Aires. Con la única excepción de Espert, todos los candidatos a presidente visitaron Córdoba en los últimos siete días de campaña, un enclave macrista del que todos quieren sacar alguna tajada.
Hace exactamente un año, en la nota mencionada, Letra P señalaba que el Gobierno utilizaba Twitter para circular principalmente contenidos de gestión, sin abandonar un registro de campaña. En el último tramo antes de las PASO, el énfasis en la gestión es más difuso, aunque discursivamente se refuerza que no valen las palabras sino los hechos, y las consignas electorales vuelven a instalarse bajo la fórmula “no volver a pasado”. En este sentido, mientras el oficialismo sostiene una arenga permanente en valores, la oposición -desde distintas aristas- pone foco en los temas económicos más sensibles, para, justamente, marcar los déficits gubernamentales. Espert en una dirección, Lavagna y Fernández con un agenda similar en torno a la industria y la producción y la izquierda con la consigna del no pago de la deudapresionan en cierta forma al Gobierno, que elude el tema y sólo hace un reconocimiento parcial a través de Pichetto, un personaje recién llegado a sus propias filas.