Equilibrio idealista

La pócima que mezcló el peronismo a través de la fórmula Perotti - Rodenas para ganar la elección santafesina. Amplitud conceptual e ideológica. Juntos, la correcta definición.

Equilibrio idealista. Esa fue la pócima que mezcló el peronismo a través de su fórmula para ganar la elección provincial. La combinación vislumbraba amplitud conceptual e ideológica. Desde el comienzo, los armadores internos de la campaña trazaron la estrategia pensando en las generales, confiados de que las PASO serían una instancia importante pero superable. Así fue como la fórmula Perotti-Rodenas duplicó a Bielsa-Capitani. Segundo acierto.

 

Previo a eso, en el laboratorio político se gestó lo que fue la clave del triunfo: la unidad. Juntos fue la correcta redefinición que reemplazó al viejo vocablo peronista. A tal punto que ahora Cambiemos también institucionaliza el término en su nueva denominación nacional. Posiblemente “juntos” haya sido la palabra más mencionada en la política en lo que va del 2019, palabra que Cambiemos hizo propia incorporándola a su discurso pero el peronismo santafesino, rápido de reflejos y con el timing que viene demostrando desde 2017, formalizó en el cierre de alianzas. George Lakoff metió la cuña. Primer acierto político y también comunicacional.

 

Dicha unidad se configuró sobre tres ejes claves que determinan a la política: territorio, programa y liderazgo. Y en los tres clivajes, el peronismo sacó una ventaja sustancial:

 

Territorio: selló un acuerdo con el Nuevo Espacio Santafesino (NES), diagrama conformado por senadores departamentales, intendentes y presidentes comunales, quienes aseguraron capacidad de trabajo, presencia, agenda y recorrido en toda la provincia. Unidad Ciudadana y otras ramificaciones partidarias hicieron lo suyo en Rosario. No es casualidad que la diferencia esencial con Antonio Bonfatti la logró principalmente en los departamentos San Lorenzo y Rosario.

 

Ese pacto con el NES se materializó en la fórmula. Alejandra Rodenas le aportó a Omar Perotti lo que no tenía: rosarinidad y progresismo para redondear una propuesta programática que sintonizara en la opinión pública con mejor alcance. Su pasado como jueza, su rol en el Congreso, su campaña en 2017, le daban coherencia al binomio para sostener la paz y el orden. Campo y ciudad; norte y sur; producción-empleo y seguridad-narcotráfico; hombre y mujer; moderación e idealismo; Kaniche y Fito. El equilibrio.

 

Por último, el liderazgo perotiano. De menor a mayor, presionado por la coyuntura nacional que erupcionó en plena campaña provincial, el gobernador electo no se precipitó y mantuvo su aparente inmovilidad, evitando declaraciones riesgosas que lo alejen de todo posible elector dubitativo. Para eso provincializó la campaña con disciplina fundamentalista. La mayor parte del tiempo se posicionó en el futuro con mensajes positivos y esperanzadores. El contraste lo marcó a través de los problemas y no de las personas, una rareza en tiempos hiperpersonales. Se mostró próximo, como indica el paradigma político actual, y abrazó todo lo que se cruzó transmitiendo cercanía y aliento. El justicialismo santafesino se demuestra una vez más que para ganar la provincia necesita de esta clase de líderes que, más que decir "peronismo", lo practiquen.

 

Joaquín Blanco, nuevo presidente del socialismo en Santa Fe.
Pablo Javkin junto con la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck, la concejala Caren Tepp y el concejal Mariano Romero.

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