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La elección de Kicillof no cambia la estrategia de Vidal: polarización recargada

En la usina de campaña de la gobernadora dicen que esperaban esa fórmula. Y que el economista cataliza el pasado con el que prefieren dividir al electorado. Pesada herencia y fórmula cerrada.

“No cambia nada”, afirman en la Casa de Gobierno bonaerense cuando Letra P consulta sobre el impacto que tiene en la estrategia de campaña de la gobernadora María Eugenia Vidal el lanzamiento de la candidatura de Axel Kicillof a la gobernación por el post kirchnerismo. Para la mesa chica que rodea a la mandataria, la figura del economista cataliza el pasado kirchnerista. Es decir, polarización asegurada.

 

La noticia difundida este martes -sugestivamente- por los intendentes y no por los propios candidatos Kicillof y Verónica Magario, la matancera que lo acompañará en la fórmula, no fue una novedad para la usina de campaña vidalista. Lo esperaban y –en off- lo decían. También especulaban –lo dijeron a este portal tiempo atrás- con que fuera un o una fiel representante de los intendentes quien compitiera por la jefatura del Senado.

 

Las fuentes del Gobierno confirman a Letra P lo que instala el sentido común, que la figura del ex ministro de CFK corporiza como ningún otro en Buenos Aires la imagen de la administración pasada con la que Mauricio Macri y Vidal prefieren dividir el voto del electorado, estrategia que el oficialismo comenzó a profundizar a partir de marzo cuando la gobernadora inició casi de manera formal la campaña.

 

De los pre candidatos del peronismo, Kicillof es el que mejor representa a la “pesada herencia” denunciada por Cambiemos y quien, además, permite continuar sin demasiados cambios la estrategia proselitista de denuncia permanente a la pasada gestión del Frente para la Victoria (FpV).

 

El 12 de marzo pasado, durante la reunión del consejo del PRO bonaerense, el jefe de gabinete, Federico Salvai, dio la campana de largada para que intendentes, concejales, funcionarios y demás dirigentes inicien la campaña.

 

 

 

Ese día se resolvió designar al intendente de Vicente López, Jorge Macri, como nuevo titular del partido en reemplazo de Vidal, para dejar a la mandataria con un cometido clave de campaña y lejos de la causa por aportantes truchos que golpeó la credibilidad del gobierno.

 

En la mesa chica de Cambiemos observan que aún faltan algunas piezas para completar el nuevo escenario electoral. Por un lado, saber si Roberto Lavagna jugará la presidencial, en un frente con el socialismo, el radicalismo díscolo y el GEN, o se irá a su casa. Por otro, completar el esquema electoral que pretende poner en marcha Sergio Massa, hasta el momento uno de los pre candidatos a la presidencia por Alternativa Federal, junto con los gobernadores, Juan Urtubey (Salta), Juan Schiaretti (Córdoba) y el senador nacional Miguel Ángel Pichetto. Todos, espacios que aún no confirmaron fórmulas bonaerenses.

 

 

 

EL ECONOMISTA. Las encuestas que miran oficialistas y opositores marcan la supremacía de Kicillof por sobre los otros candidatos que asomaban en el peronismo. Es un dato que lleva atado la figura de CFK, con quien se emparenta de manera inseparable al ahora postulante oficial.

 

Kicillof tiene un alto nivel de conocimiento en la gente, pero funciona siempre que esté atado a la ex presidenta. Magario suma su territorio como jefa del municipio más poblado de la provincia. El ministro de Economía durante la presidencia de CFK suma además una ventaja sobre el resto: inició de manera temprana su caminata por la provincia, con lo cual ensanchó el margen de contacto con los vecinos bonaerenses. Algo que también viene haciendo Vidal.

 

 

 

Según observan en la gobernación, esta fórmula es interesante para el peronismo pero a largo plazo resulta cerrada en si misma. Un ex ministro de CFK que siempre sostuvo esa línea y una intendenta PJ K que desde el inicio de la gestión Cambiemos se mostró crítica con Vidal, describen en el razonamiento.

 

Polarización pura, sintetizan desde el oficialismo. Un escenario previsible y conveniente para la alianza gobernante, especialmente si se sostiene la jugada del peronismo anti K de Alternativa Federal, resumen las fuentes consultadas.

 

Javier Milei y Martín Llaryora durante la firma del Pacto de Mayo, el 9 de Julio, en Tucumán.
Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño.

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