En el medio de un asado nocturno, los gobernadores de Córdoba y Santa Fe, Juan Schiaretti y Miguel Lifschitz, llegaron a la conclusión de que con Alternativa Federal no alcanza para pelearle las presidenciales a Cambiemos y al kirchnerismo. Por eso, ambos trabajan en la conformación de una nueva mesa política amplia y transversal que contenga a peronistas, progresistas y radicales. Sí, el cordobés también quiere rojiblancos dentro del espacio.
Como punto de partida, ambos mandatarios coinciden en la necesidad de conformar una mesa política de manera urgente, antes de definir las candidaturas. Y que, de allí, salgan tres puntos de coincidencia, según indicaron diversas fuentes a Letra P:
1- Trazar un plan económico para sacar al país de la crisis macroeconómica que atraviesa.
2- Concretar un gran acuerdo nacional que integre a partidos políticos, sindicatos, empresas y más.
3- Otorgarle mayor peso específico a los gobernadores, quienes serían los encargados, mediante los legisladores que les responden, de darle gobernabilidad al presidente.
Lifschitz, quien fue acompañado del diputado provincial Joaquín Blanco, remarcó que el candidato del socialismo es Roberto Lavagna. Schiaretti saludó la propuesta, pero también recordó que Alternativa Federal tiene otros interesados en desembarcar a Balcarce 50: Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey.
La inclusión del radicalismo para engordar Alternativa Federal es tan necesaria como dificultosa. La UCR no da el paso y, previsor, ante los amagos de distanciamiento el PRO ya puso en marcha operativo seducción: a la sigilosa cumbre celebrada en la noche de este jueves –de la que participaron Marcos Peña, María Eugenia Vidal, Rogelio Frigerio, Rodríguez Larreta, Jesús Cornejo y Gerardo Morales- se suma la declaración del ministro del Interior, quien dijo que “no es un disparate” pensar en el diputado Martín Lousteu como compañero de fórmula de Mauricio Macri. Justamente, el ex embajador en Estados Unidos es el único –por fuera de los radicales de peso que no piensan sacar los pies del plato Cambiemos- quien podría otorgar ese volumen necesario para Alternativa Federal.
Lifschitz y Schiaretti supieron construir una relación muy sólida. Comparten la mirada del país y creen, enceguecidos, que hay margen para una tercera vía. Prueba de ello, fue el cierre electoral de Córdoba, donde el gringo desarmó el Unión por Córdoba que lo llevó a la gobernación para ampliar las bases en Haciendo Córdoba, un frente en el cual sumó al progresismo.
Dentro de ese esquema comenzó a tributar, por ejemplo, el intendente progresista de la ciudad de Villa Carlos Paz, Esteban Avilés, quien será candidato a legislador del oficialismo en las elecciones que se realizarán el 12 de mayo.
Antes de la carne y las achuras, los gobernadores pusieron en marcha el proyecto para construir un acueducto provincial. Las obras requerirán una inversión de 460 millones de dólares y beneficiarán a unos 330 mil habitantes de 65 localidades.
“Hoy es un día histórico para Córdoba y Santa Fe, y por lo que representan estas provincias es un día histórico también para el país. Es un proyecto de gran escala para el futuro de nuestras provincias en las próximas décadas. Son recursos fundamentales y estratégicos para el desarrollo de los pueblos y la integración regional”, señaló Lifschitz.
En tanto, Schiaretti dijo: “Esta es la prueba evidente de que la Región Centro existe y está viva”, y afirmó que Córdoba y Santa Fe son “provincias hermanas y complementarias”. El mandatario cordobés valoró la “capacidad de hacer cosas conjuntas”, y agradeció a Santa Fe “compartir el agua” con Córdoba. “Estos es pensar al largo plazo”, aseguró.