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La rebelión de la UCR: también busca desbancar al PRO en Pergamino

El ex intendente Héctor “Cachi” Gutiérrez se anota en la carrera local. Acusa al Gobierno de alimentar la grieta, exalta a Lavagna y afirma: “Cambiemos ha perdido la confianza de la sociedad”.

No solo en el conurbano profundo resuenan las fricciones societarias en el marco de Cambiemos. En el interior bonaerense, donde se posa la matriz del voto oficialista, los cortocircuitos entre el PRO y la UCR se encaminan a ser insalvables en algunos bastiones agropecuarios actualmente administrados por el partido amarillo. Un caso concreto es el que se registra en Pergamino, donde Héctor “Cachi” Gutiérrez confirmó a Letra P su intención de competir por el sillón de la intendencia municipal que ocupó en varios periodos.

 

“Hay un evidente fracaso” del Gobierno, asegura Gutiérrez y refuerza: “Cambiemos ha perdido la confianza de la sociedad”

Tras cumplir su mandato como diputado nacional en 2017, el año pasado regresó al ruedo político imponiéndose en la interna del radicalismo local. Sobre esa base y alineado al ala crítica del radicalismo que ya entabla conversaciones con Roberto Lavagna, Gutiérrez considera como “una alternativa interesante” la figura del ex ministro de Economía, a la vez que se despega del Gobierno, al cual acusó de alimentar la grieta y de tener “una tendencia a la auto justificación”. “Hay un evidente fracaso”, asegura para sintetizar: “Cambiemos ha perdido la confianza de la sociedad”.

 

Alejado desde el minuto uno de la administración del macrista Javier Martínez, el referente del radicalismo pergaminense considera que la gestión local “no es mala, es muy mala”, y machaca contra “la visión duranbarbista de negar” que tuvo el Ejecutivo municipal ante la preocupante situación que se disparó en el distrito luego de que una serie de estudios del Conicet e INTA –primeramente- y peritos de la Corte –a posteriori- confirmaran la presencia de agroquímicos en el agua, en un contexto de crecientes casos de enfermedades respiratorias y cáncer en la zona.

 

En el plano político partidario, acusó al vicegobernador Daniel Salvador de ser vocero PRO y de convocar a la convención provincial antes de la nacional para “garantizarse la vicegobernación”.
 

 


-¿Cuál debería ser el posicionamiento del radicalismo de cara a la próxima convención nacional, si es que se convoca?

 

-Por definición estoy más cercano a las opiniones de Storani, de Casella, de Sappia y de Alfonsín. El radicalismo y la sociedad no deberían estar satisfechos con los resultados que ha tenido la gestión del presidente Macri. No hemos sabido o podido cumplir con ninguno de los compromisos asumidos. Ninguno. Y esto hace que no la insatisfacción de la sociedad y de la propia dirigencia del radicalismo lleve a bucear otras opciones.

 

"Muchas veces se trata de demonizar al kirchnerismo y a los que hay que demonizar, en todo caso, es a quienes han robado pero no a quienes piensan de otra forma."

-¿Qué opciones serían las más potables?

 

-Obviamente no tenemos nada que ver con Unidad Ciudadana, con el kirchnerismo, pero tampoco son enemigos, que quede claro. Muchas veces se trata de demonizar al kirchnerismo y a los que hay que demonizar, en todo caso, es a quienes han robado pero no a quienes piensan de otra forma. Hay que pensar en el 10 de diciembre, una fecha muy compleja que requiere de un esfuerzo de unidad nacional y de recuperar la confianza política. Cambiemos ha perdido la confianza de la sociedad, de los inversores extranjeros, y es muy difícil que la pueda recuperar, algo que podría generarse a partir del día que decida Lavagna ser candidato, que es una alternativa interesante que merece ser estudiada.

 

-El Gobierno atribuye la actual crisis a la incertidumbre electoral de los inversiones ante un posible regreso del kirchnerismo. ¿Tiene asidero eso?

 

-No, siempre hay una tendencia a la auto justificación a partir de acontecimientos externos al propio gobierno. Primero Turquía, después la sequía, ahora la grieta, la cercanía de la ex presidenta… Acá hay errores garrafales que se han cometido y esto es lo que genera gran parte de la incertidumbre política y la pérdida de confianza hacia al Gobierno es evidente. Los capitales extranjeros están emigrando, los inversores argentinos no aparecen, el país está en recesión con niveles de inflación que no son compatibles a un país que quiere estar en desarrollo, con lo cual hay un evidente fracaso.
 

 


-¿El Gobierno alimentó esa grieta?

 

-Sí, claro. El Gobierno no ha cumplido con ninguno de los compromisos con los que asumió. En la asamblea legislativa en la que asumió, el Presidente planteó tres cuestiones centrales: unidad nacional, lucha contra el narcotráfico y pobreza cero. Unidad nacional, lo que se hizo no fue más que profundizar esta falsa división del pueblo argentino. En la lucha contra el narcotráfico se han hecho cosas, hay que ser justos. Y pobreza cero, los guarismos son más que elocuentes.

 

-¿Que Cambiemos no haya funcionado como frente de gobierno es responsabilidad exclusiva del PRO o el radicalismo tiene que hacer una autocrítica de su rol en la alianza?

 

-No es responsabilidad exclusiva del PRO. Yo fui diputado nacional hasta 2017 y pudimos haber sido una coalición parlamentaria, pero la gestiones partidarias, la de José Corral y de Alfredo Cornejo, son de un alto nivel de sometimiento del radicalismo y un diferimiento de sus responsabilidades en función de lo que resuelve el PRO. Acá hay responsabilidades compartidas.
 

 


Los gobernadores son hoy los que tienen la conducción del partido, un partido personalista, en ese sentido primitivo, que tuvo a lo largo de sus 128 años tres liderazgos: Yrigoyen, Balbín y Alfonsín y que no ha podido romper esta lógica del mesías. Entonces, hoy el radicalismo está a la espera de que surja este liderazgo, mientras tanto son los gobernadores los que tienen la conducción y el interior radical por lo general es un interior un poco conservador, ya por tradición. No tienen vocación de competencia, en todo caso compiten en su comarca y su visión no excede de la comarca.

 

-El llamado a la convención provincial antes de la nacional, ¿es una carta a jugar para mostrar un respaldo mayoritario a la continuidad de Cambiemos?

 

-Sí, es la contraprestación que Salvador va a ofrecer para garantizarse la vice gobernación. Ni más ni menos que eso. Porque en todo caso se tendría que haber esperado a la convención nacional y a partir de ahí, si bien somos un partido federal, los radicalismos provinciales tienen la autonomía necesaria, era la lógica. Como hay incertidumbre respecto a la convocatoria a la convención nacional, porque podría darse una fractura del radicalismo en ese evento, Salvador ha convocado con número suficiente la convención provincial. Es una prestación al PRO que lo hace con el propósito de obtener algunas definiciones que hasta el momento no se han logrado.
 

 


- En algunos distritos evalúan llevar a la convención provincial la propuesta de que exista vía libre para las internas en todos los municipios. ¿El Comité de Pergamino va a presentar una propuesta o va a fijar alguna postura en la convención provincial?

 

-Salvador, ya en algún modo siendo vocero del PRO, nos notificó que el PRO ha dicho que no va a haber PASO en aquellos distritos que gobiernan intendentes de Cambiemos, con lo cual hay una limitación. Habrá que ver en el momento oportuno si esto se confirma o si se habilitan las PASO no solo en aquellos distritos donde no gobierna Cambiemos, sino donde gobierna porque para eso está hecha la ley, para poder competir, no es un acto demasiado democrático el cercenar o impedir la participación democrática en elecciones.

 

"Ganamos las elecciones partidarias con el propósito de presentar en algún momento una opción electoral en Pergamino, ya sea dentro de Cambiemos o fuera".

-¿Evalúa puntualmente usted presentarse como candidato a intendente de Pergamino?

 

-Sí.

 

-¿Lo hará más allá de lo que dictamine el partido? ¿Estaría dispuesto a jugar con boleta corta? ¿O está a la espera de lo que defina el sector que está en diálogo con el lavagnismo?

 

-Vamos a esperar la convención provincial. SI bien tenemos conocimiento de cuáles van a ser los resultados, después de la convención provincial vamos a adoptar una postura.

 

-Pero por lo pronto ya tiene definido que irá por la Intendencia…

 

-Sí. Nosotros participamos de la interna del partido, ganamos las elecciones partidarias con el propósito de presentar en algún momento una opción electoral en Pergamino, ya sea dentro de Cambiemos o fuera. Habrá que ver qué facilidades existen.
 

 


-¿Cómo está observando el gobierno local de Javier Martínez?

 

-La gestión de Martínez no es mala, es muy mala, pero la imagen de la gestión no es mala. Son estas gestiones del PRO que se asientan exclusivamente en la obra pública, no existe otra competencia municipal que no sea la obra pública y en ese sentido, más allá de las valoraciones, se ha hecho mucha obra pública con transferencia del gobierno provincial y nacional, eso hay que reconocerlo. Después, se han descuidado otras cosas. Hoy el municipio tiene una demanda en la Justicia por la falta de aplicación de ordenanzas que controlaran la utilización de plaguicidas y fungicidas, con tres barrios con napas contaminadas por pesticidas y plaguicidas.

 

-¿El municipio buscó negar esta presencia de agroquímicos en el agua de Pergamino?

 

-Hay una visión duranbarbista de negar los temas que no pueden abordar. Recién ahora el intendente se ha visto forzado a aceptar los resultados del Conicet, del INTA Balcarce y de los peritos de la Corte nacional porque han sido de una gran contundencia. Tardíamente, pero ha salido a distribuir agua potable. Es un problema serio, no solo para la gente sino también para el intendente y hacia adelante. Deja una herencia complicada.

 

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