Elecciones 2019. Santa fe

Lifschitz denunció un plan para desestabilizarlo y hacerle perder las elecciones

Dijo que la ola de violencia que se registró en Rosario durante el fin de semana largo fue armada con fines electorales.  Buscan “provocar un resultado adverso” para el socialismo.

Las sospechas off the record del gobierno santafesino sobre una probable intencionalidad electoral detrás de la seguidilla de hechos violentos registrados durante Semana Santa en Rosario fue blanqueada este lunes por el propio gobernador Miguel Lifschitz. En conferencia de prensa, denunció que hubo una mano de organizaciones narcocriminales e intencionalidad política de “desestabilizar al gobierno” y “provocar un resultado adverso en el proceso electoral”.

 

"Estas acciones tienen un sentido político de desestabilizar al gobierno con un proceso electoral en el medio, a una semana de las PASO", acusó Lifschitz.

En horas del mediodía, el gobierno provincial generó expectativas con la convocatoria a la prensa para “referirse a los hechos violentos”. Lifschitz se sentó junto a los ministros de Seguridad y Justicia e inició su intervención recordando las más de quince balaceras contra edificios de la Justicia provincial y domicilios de funcionarios judiciales y policiales que intervinieron en la causa Los Monos, lo que le sirvió de hilo conector para su denuncia.

 

Estos episodios fueron atribuidos a esa banda narcocriminal. Más aún, se lo imputó a su líder, Ariel “Guille” Cantero, como autor intelectual mientras purga condenas de la justicia provincial y federal en el penal de Ezeiza. Si bien no nombró explícitamente a Cantero, hilvanó aquellos hechos con la furiosa serie de homicidios, robos y balaceras que enlutaron a estas Pascuas. 

 

“No están desvinculadas unas acciones de otras. Aquellas estaban pensadas para presionar al Poder Judicial y claramente éstas tienen un sentido político de desestabilizar al gobierno con un proceso electoral en el medio, a una semana de las PASO, con el objetivo de promover un cambio de gobierno o un deterioro de la imagen del gobierno que me toca encabezar”, acusó Lifschitz.

 

Luego insistió en una “similitud y congruencia” entre ambos fenómenos, y que “en este caso tienen claramente la intencionalidad de provocar un resultado adverso en el proceso electoral en curso” porque “estos delincuentes preferirían que haya otro gobierno y no el Frente Progresista”.

 

EL FOCO EN LA POLÍTICA. “No tenemos dudas de que hay una intencionalidad política de promover este tipo de actos (…) No quiero decir que haya responsabilidad de dirigentes políticos, aunque sí claramente están quienes aprovechan la circunstancia para llevar agua para su molino”, sostuvo el gobernador. 

 

Dos horas antes, la diputada nacional por Cambiemos Elisa Carrió estaba sentada en el piso del noticiero más mirado de Rosario apoyando al candidato de esa alianza, José Corral. Con lengua filosa, cargó contra el gobierno socialista y su candidato. "Si quieren votar a Los Monos, voten a (Antonio) Bonfatti", disparó. Incluso se defendió de las acusaciones a Cambiemos sobre una presunta operación política utilizando la inseguridad: "Bonfatti no es tan importante como para operar contra él".

 

 

Lifschitz le contestó a la diputada nacional y a “algunos dirigentes peronistas”. “Nosotros podemos decir con absoluta tranquilidad de conciencia que nuestro gobierno y nuestros funcionarios, así como no están involucrados, no aparecen ni siquiera mencionados en una investigación sobre el delito o narcotráfico, cosa que no ocurre con otros partidos políticos… de Cambiemos, del peronismo”, sostuvo.

 

LOS HECHOS. El episodio que dio lugar a las primeras suspicacias fue el crimen de un taxista el jueves pasado que derivó en un paro de choferes. Al otro día, una joven de 32 años fue asesinada brutalmente tras una discusión de tránsito. Posteriormente, una sucesión de robos a taxis, tildados por el mandatario de “poco habituales”. Y dos balaceras en bares en la zona gastronómica de Pichincha, en el centro rosarino.

 

“Todo esto configura un escenario que excede la situación normal de los fenómenos de inseguridad" advirtió el gobernador.

“Todo esto configura un escenario que excede la situación normal de los fenómenos de inseguridad. Son fenómenos que salen de la media, resultan en alguna medida sorpresivos y evidentemente tienen algún entramado organizativo y una clara intencionalidad”, alertó el gobernador.

 

Cuando los hechos violentos se acumulaban como brasas durante Semana Santa, dirigentes oficialistas intercambiaban sospechas de un posible armado. La cercanía con los comicios no era un dato menor y la importancia que ha tomado la elección de gobernador agregó un poco de paranoia a la situación.

 

A horas del crimen del taxista y tras reunirse con las autoridades máximas de seguridad, el titular de la Asociación de Titulares de Taxis, Mario Cesca, soltó en caliente una hipótesis que hizo ruido. “Yo no me quiero chupar el dedo y lamento que nos tiren un muerto y que nos usen a nosotros de moneda de cambio para que hagamos un lío, hagamos incinerar a los gobiernos municipal y provincial y alguno saque algún rédito político. Sobre todo, estos que hacen campaña hablando de seguridad”, dijo a horas del sospechoso crimen de su colega.

 

Al otro día, un reconocido conductor radial reprodujo un sugestivo mensaje que llegó a la producción de su programa. “Bajaron 15 palos a repartir entre la monada de zona sur. Arreglaron con un sector de ratis una semana violenta”. 

 

 

 

No se sabe si el gobierno provincial le dio entidad, pero el estado de alerta generó que al menos le prestara atención para hacer sus averiguaciones. “Han circulado a través de medios y programas de la ciudad textos, mensajes y denuncias de que podría haber intencionalidad y recursos volcados, no tenemos precisiones pero no descartamos que esto pueda suceder. También estamos detrás de una investigación sobre la participación de Marcelo D’Alessio en operaciones de inteligencia vinculadas a Los Monos”, dijo Lifschitz.

 

Cristian Ritondo y Silvia Lospennato, del PRO, promotores de la ley de acceso a la información pública que resiste Javier Milei. 
La era Javier Milei: última oportunidad para adherirse al blanqueo del gobierno: ¿cómo hacerlo?

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