El sábado, el distrito bonaerense de Coronel Dorrego fue punto de encuentro para la dirigencia del PRO de la Sexta sección bonaerense. Con la mirada puesta en las elecciones, la dirigencia sureña apuntó a mostrar gestión como estrategia de campaña. En tren de definiciones, el macrismo reeditará el juego de 2017 para el armado seccional: hacer valer el peso electoral de los distritos que domina.
A poco más de dos meses de la presentación de listas, la reunión del macrismo del sur bonaerense en los pagos conducidos por el radical Raúl Reyes tuvo objetivos comenzar a delinear las estrategias electorales, los posicionamientos de los referentes locales y la defensa de aquellos distritos donde el PRO conduce.
La gestión, las obras y la actualidad económica atravesaron el cónclave, en el que estuvieron presentes el ministro de Asuntos Públicos de la Provincia, Federico Suárez; el titular de Asuntos Municipales, Alex Campbell, y el senador nacional Esteban Bulrrich. Encabezaron la tropa de representantes territoriales la senadora Nidia Moirano y el diputado Santiago Nardelli, artífices del encuentro. Además, fueron protagonistas sus pares legislativos Julieta Centeno, Laura Aprile y Rosío Antinori y los intendentes Héctor Gay (Bahía Blanca), Mariano Uset (Coronel Rosales) y José Zara (Patagones).
"El objetivo es hacer crecer el espacio. Había referentes y militantes que hoy no integran el gobierno y la intención fue mostrar gestiones municipales exitosas para dar cuenta de hacia dónde es el camino”, dijo Uste a Letra P y destacó la presencia de “300 asistentes”. Además, indicó que en el interior no desconocen “la situación de crisis económica” y remarcó que ese escenario no los aparta de las gestiones nacional y provincial. “Estamos comprometidos con la pelea que da el Presidente (Mauricio Macri) y la gobernadora (María Eugenia Vidal) para avanzar con cambios estructurales”, señaló.
En esa línea, el jefe comunal evitó referirse al temario político actual y apuntó a cuestiones ligadas a la gestión. “Salvo que se haya analizado en alguna mesa en la que yo no estuve, la cuestión no se debatió”, dijo al ser consultado sobre el decreto del Presidente que bloqueó el pacto entre kirchneristas y massistas que apuntaba a coincidir en un único candidato a gobernador. Tampoco quiso ahondar sobre cómo serán las negociaciones para acordar con los restos de los socios de Cambiemos la lista seccional. “Será como en 2017, ordenado”, se limitó a decir.
Aunque el peso electoral es menor en comparación a otras secciones, en la Sexta Cambiemos se librará una importante batalla en las próximas elecciones. Con muchas ciudades con poco peso poblacional, el protagonismo de las fuerzas políticas en los principales distritos será el que defina la elección seccional.
En esta región, el poderío está dividido. De 22 distritos, 12 están bajo la conducción de Cambiemos y el resto, en manos opositoras. En ocho gobierna el peronismo.
De esa docena de municipios oficialistas, sólo tres son amarillos: Coronel Rosales, Patagones y Bahía Blanca, el municipio más importante del sur bonaerense. El resto de las conducciones está en manos de radicales.
En 2017, el PRO se quedó con tres de los primeros cinco lugares del reparto en la lista seccional. El resto fue para el radicalismo. En aquel momento, más allá de la cantidad de municipios que la UCR conduce desde 2015, primó el peso del electorado.
En los próximos turnos ante las urnas, la estrategia para esas definiciones será similar. “Hemos tenido una relación buena y complementaria con los radicales. El radicalismo tiene más intendencias, pero el PRO tiene las más importantes”, dijo hace un tiempo a este portal el mandamás bahiense, al referirse al vínculo y a la toma de decisiones con sus socios boina blanca.