¿El discurso anti grieta se pone de moda?

La socióloga y politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann sostenía que las personas tenemos un sentido cuasi estadístico (algo así como una encuestadora personal) que nos permite identificar cuál es el pensamiento dominante en nuestro entorno social, y que ello condiciona nuestro comportamiento individual. Esta “capacidad” para identificar lo que piensa la mayoría, termina siendo decisiva en el proceso de construcción del sentido común, y determinante para la definición de la corrección política, es decir, para identificar qué es lo políticamente correcto.

 

Los dirigentes políticos también buscan identificar el pensamiento dominante para encontrar el mejor mensaje dentro de sus propias posibilidades, con la diferencia que buscan mejorar ese sentido cuasi estadístico y se apoyan también en encuestas.

 

Si nos apoyamos no en encuestas, sino en la evidencia que nos está proporcionando el calendario electoral, en orden de identificar ese pensamiento mayoritario, las elecciones realizadas en Neuquén y San Juan pudieran empezar a mostrarnos una novedad: ¿el discurso anti grieta se ha puesto de moda?

 

Omar Gutiérrez ganó la elección enfrentando a los candidatos de Mauricio Macri y de Cristina Fernández de Kirchner, y capitalizó las ventajas de no estar condicionado por la grieta.

 

En San Juan también ganó un candidato que ha venido teniendo definiciones pública anti grieta. No solo se reunió con el hoy principal candidato anti grieta, Roberto Lavagna, sino que se ofreció como su candidato a vice. Y si bien logró el apoyo del peronismo que se muestra cercano a la ex Presidenta (el de José Luis Gioja), nunca hizo gala de su cercanía con Cristina Kirchner.

 

Estas dos evidencias pueden ser insuficiente para sacar una conclusión definitiva. Pero si levantamos la mirada hacia las cuatro elecciones que se vienen en el calendario electoral, podemos encontrar más evidencia: 1) en Chubut, las posibilidades de que Mariano Arcioni sea reelegido son amplias y tendremos allí otro candidato que ha buscado mantener una prudente distancia de Macri y de Cristina; 2) en Río Negro, en un nuevo capítulo de votantes de Cambiemos buscando evitar un triunfo del candidato de Cristina (Soria), podríamos ver a una candidata (Arabela Carreras) ni macrista ni kirchenrista alzándose con el triunfo; 3) lo mismo podríamos decir de Gustavo Bordet (Entre Ríos), quien si bien acordó con el peronismo kirchenrista de su provincia, de ninguna manera se mostrará cercano a Cristina para mejorar sus chances; y 4) en Santa Fe también es posible ver un triunfo del medio si el Socialismo logra retener el poder en la Provincia enfrentando a Cambiemos y al Peronismo santafecino que también selló un acuerdo con el kirchenrismo.

 

En definitiva: ¿se puso de moda el discurso anti grieta? Habrá que juntar más evidencia, pero pareciera que estamos viendo una constante en todos los procesos electorales provinciales: los candidatos que triunfan, triunfan con posiciones (o posicionamientos) anti grieta. Una señal que pudiera ser el síntoma de algo que pudiera estar pasando en la sociedad, y de que el agotamiento del clivaje kirchernismo-antikirchenrismo, que ha provocado tan malos resultados económicos en los últimos 8 años, empieza a gestar un sentimiento mayoritario en orden de superar la tan mentada grieta. 

 

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