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Fracasos gemelos: inflación, pobreza y un presidente esclavo de las palabras

Los cuatro años de precios desbocados son la madre de los números del INDEC. Una puesta en escena con Stanley y Sica para resguardar al Central y la fallida política anti-inflacionaria.

En una escena llamativa que se explica sólo desde la lógica política de una campaña electoral, el presidente Mauricio Macri decidió exponer a los ministros de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y de Producción, Dante Sica, en una conferencia para explicar que, según el INDEC, un tercio de los argentinos es pobre. A sabiendas de que la pobreza en Argentina se mide por ingresos, por nivel salarial, por inflación, el mandatario eligió una postal que obviara su figura y a los responsables centrales del combate a los precios. En marzo de 2018, cuando en Olivos comunicó los resultados del último semestre de 2017, los más positivos de su gestión, Macri se hizo eje de la conferencia, a la que sumó, además de Stanley, a Alejandro Finochiaro, flamante ministro de Educación; al entonces titular de Trabajo, Jorge Triaca, y al titular de la ANSES, Emilio Basavilbaso. Reforzó allí el pedido de que se juzgue a su gestión por los números de pobreza.

 

Esta vez, Sica y Stanley, que en materia de pobreza trabajan sobre el problema consumado y en el asistencialismo, resistieron estoicamente y visiblemente contrariados el rol asignado. En la malas, el Presidente priorizó preservarse, de cara a la campaña que se viene. No sólo a su figura y, por extensión, a su eslogan, sino también a los que encargó el combate a la inflación, que hoy están jaqueados por la presión cambiaria. Todo en cabeza del Banco Central (BCRA), que hoy conduce Guido Sandleris, pero que acumula resultados imperceptibles desde el iniciático Federico Sturzenegger y la sucesión de Luis “Toto” Caputo.

 

En 2016, la inflación fue de 41%, un poco más que en el último año K, incluso contabilizando la intervención morenista al INDEC. Bajó a 24,8% en 2017, el único año con cifras de actividad positivas en los tres de Cambiemos. En 2018, se disparó a 47,6%.

 

 

 

Para este año, el propio Gobierno admite que la meta del 23% está “desfasada” y que es más racional pensar en un 35% o 40%. Con la pobreza medida por inflación, estos datos muestran que la cifra conocida este jueves es el fracaso de un combate infructuoso a los precios, más la imposibilidad de generar confianza política para estabilizar un dólar que corre los 100 metros casi a diario.

 

 

 

En este contexto se explican las afirmaciones de Stanley sobre ocuparse de la pobreza “en todas sus dimensiones” (considerar otros indicadores como cloacas, saneamiento, vivienda, etcétera), algo en línea con la frase “pobreza igual pero diferente” que dejó Macri en la última entrevista que le realizó Luis Majul.

 

El problema del eslogan es que, en Argentina, la pobreza se mide, en las buenas y en las malas, por inflación.

 

El Gobierno aumentará el costo de viajar en tren.
Javier Milei, en el Congreso. Ajuste toda la vida.

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