Parece ser que la paz no es la característica del armado 2019 de Cambiemos. Una vez más un radical hizo ruido en la alianza al exigir protagonismo y simetría con el candidato oficial macrista y por poco termina rompiendo la competencia del sello en el camino a la intendencia de la ciudad de Rosario.
Se trata del histórico concejal Jorge Boasso, quien durante 25 años consecutivos tuvo una banca en el cuerpo deliberante y a quien en 2017 le bajaron el pulgar para competir por la diputación provincial. Aquello fue un culebrón con ribetes de escándalo.
Esta vez, el ex compañero de fórmula de Miguel Del Sel no quiso quedarse nuevamente fuera de todo y se subió sin bendición oficial a competir por la intendencia dentro de Cambiemos frente al niño mimado del macrismo, Roy López Molina, hacedor del triunfo aplastante en las elecciones intermedias de 2017 en Rosario.
Lo de López Molina ya estaba confirmado desde hacía dos semanas, aunque también tuvo su novela. Tras estar casi dos meses en el ostracismo y sin aparecer ni siquiera en redes sociales, López Molina forzó la caída de la interna en la competición a la gobernación como condicionamiento para su postulación en Rosario.
Y así fue: el radical José Corral le ganó la pulseada a Federico Angelini y dejó a López Molina contento y decidido. Pero, cuando todo parecía estar allanado para que el golden boy del macrismo pusiera su cabeza directamente en las generales y tomara a las PASO como una oportunidad para medirse, apareció este cisne negro, de la nada, amenazando romper con todos los esquemas. Vale aclarar: lo sorpresivo que caracteriza a este fenómeno político fue la candidatura a intendente, no que Boasso lo intentara.
Jorge Boasso. (Foto: Concejo Rosario)
Finalmente, fue un cisne con plumas grises porque competirá por dentro de la alianza. Yendo por afuera, con sello propio, podría robarle un pedazo enorme del electorado a López Molina en las generales y cortarle el sueño en seco.
Cuando López Molina se recluyó durante parte del verano, lo que no sabía era que a la par se gestaba la opción B y en este caso era “Boasso intendente”, algo que terminó por hacerlo estallar y amenazar con bajarse este viernes cuando vio que se volvía una certeza. Incluso se lo vio entrar corriendo, al filo de la medianoche, para completar su candidatura con un rostro parco.
Hasta este sábado por la mañana la situación seguía tensa, con el sector de Roy intentando desarmar la interna y volver a fojas cero. Pero el propio candidato a gobernador de Cambiemos, Corral, reconoció que la interna estaba en marcha. Por su parte, Boasso insistía en mostrar espaldas para competir contra el aparato -incluso el radicalismo de Corral- a disposición del joven PRO.
ANOCHECER DE UN DÍA AGITADO. Todo el día fue agitado para Cambiemos. El sello no logró armonía o, al menos, la mínima esperable en un cierre de listas que ya tenía cocinado el candidato principal. Se le agregó esta piedra en el zapato que ni siquiera pudo sacar el propio ministro del Interior, Rogelio Frigerio, con una advertencia previa según dijeron a Letra P.
Sorprendió a propios y extraños que nadie pudiera frenarlo, aunque no es menor mencionar que la veta por la que ingresó la “opción B” es consecuencia del desplante de Roy durante el verano.
Roy López Molina (Foto: Concejo Rosario)
“Falta que Jorge (Boasso) se sume al esquema y vaya de diputado provincial. Pero ahora que se logró unificar todo, el tipo se pone en difícil y no se baja de la intendencia”, dijo a regañadientes a media tarde un dirigente de Cambiemos a Letra P. Fue un mal augurio para su sector, porque finalmente el radical presentó su precandidatura a la intendencia.
En cuanto a las lista de concejales, la “oficial”, que respaldará a Roy López Molina, se armó con la radical –con paso por el massismo- ex presidenta del Concejo municipal Daniela León como cabeza. La acompañará Alejandro Roselló, quien actualmente preside el Palacio Vasallo. Además se esperaban unos tres armados más, una en apoyo a Boasso.