“La brillante y joven esperanza argentina”, escribió Joseph Stiglitz en un artículo publicado hace unos días en la web Project Syndicate. El texto, elogioso para con Martín Guzmán, fue el blanqueo de una posición que el premio Nobel viene sosteniendo en diferentes conversaciones que ya tuvo con bonistas privados y hasta con directivos del Fondo Monetario (FMI). “No es casual la nota”, contó a Letra P un hombre de los mercados que vive en Nueva York y que conoce tanto al ministro de Economía como a su mentor.
En el entorno del ministro confirman que hay una ayuda externa que es valiosa y que, además, incluye recomendaciones de la esposa de Stiglitz, Anya Schiffrin, la periodista que también mantiene un vínculo de amistad y protección sobre Guzmán.
Anya Schiffrin, periodista y esposa de Stiglitz, también ponderó a Guzmán.
El lobby de Stiglitz tiene una ventaja: es un hombre del riñón, que opera y critica a los mercados y al sistema desde adentro. Eso hace que sus recomendaciones se cuelen de otra manera en los que tienen títulos de deuda argentina.
También es una parte importante del andamiaje del plan para resolver la deuda una relación más madura y con sintonía con el FMI que conduce Kristalina Giorgieva. Aseguran en el gobierno argentino que la búlgara es plenamente consciente de un punto que facilita el entendimiento con Argentina: que el método del Fondo bajo la gestión de Christine Lagarde fue “irresponsable” en las sumas prestadas y condiciones. Y que, dado ese antecedente, la solución para la deuda pública precisa de un convenio claro, rápido y flexible de ambas partes.
“Estamos muy avanzados en la negociación”, se entusiasman en la cartera de Hacienda, pero siguen siendo cautelosos por pedido del propio Guzmán.
Lagarde vs Giorgieva: dos modelos de FMI respecto a la Argentina.
La salida del clóset de los fans de Guzmán tuvo, además, otro hito no tan comentado pero relevante por su locación. En el periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung, el periodista Carlos Moses escribió una oda al “nerd” que “quiere resolver la crisis permanente de Argentina”. Frankfurt es la sede del Banco Central Europeo y el Frankfurter es un diario ultraliberal. Ese artículo le generó a Guzmán más felicitaciones que el escrito por el propio Stiglitz.
Guzmán, mientras tanto, sigue pidiéndoles a los propios silenzio stampa hasta que haya resultados observables. El éxito de la renegociación de la deuda sin contratiempos es la piedra fundamental del éxito o el fracaso del plan económico de Alberto Fernández.