Microcine de Hacienda colmado, periodistas de pie en los costados y lleno hasta el mínimo espacio. Una sola silla en el escenario, para Martín Guzmán, el flamante ministro de Economía que tuvo su bautismo de fuego en un conferencia de prensa extraña, relajada, con trazos gruesos del plan económico que quiere Alberto Fernández pero sin profundización de medidas. “Nos venimos a hacer responsables sin creer en dogmas”, fue una de las frases que usó el discípulo de Joseph Stiglitz para describir qué tono tendrá la gestión de política económica del albertismo. Y completó admitiendo que el foco, la obsesión más allá de las urgencias de resolver la deuda, es ordenar el escenario interno, crear empleo y producir más.
Le agradeció al Presidente por la confianza.
Guzmán habla pausado, como un académico que aún no se acomodó al rol de ministro político en la silla caliente. Con los nervios lógicos, le agradeció al Presidente y aclaró que cualquier decisión será radicalmente opuesta a las que tomó la administración de Mauricio Macri. “Más ajuste es más recesión y no lo vamos a hacer”, graficó mientras contaba que, esta vez, “el plan para la deuda es nuestro plan, no uno diseñado por el FMI”.
En este sentido, subrayó que “no se le pedirá más plata al organismo” y que el Fondo tiene un diagnóstico claro del fracaso de la política de Cambiemos, lo que redundará en un nuevo vínculo con reglas reperfiladas, en el que ambos bandos parecen querer salir de la trampa del default potencial lo más rápido y ordenadamente posible.
En la primera fila del salón se acomodaron rápido quienes serán parte fundamental de su gabinete, en su mayoría académicos platenses: el secretario de Hacienda, Raúl Rigo; el de Finanzas, Diego Bastourre; Haroldo Montagu en Política Económica; y Roberto Arias en Tributaria. Se suma además la directora de Relaciones Internacionales, Maia Colodenco; y Sergio Chodos, como director del Cono Sur propuesto para conducir el vínculo con el FMI, un joven con expertisse en la materia que viene de los bancos de inversión y que ya cumplió parte de ese rol durante el kirchnerismo. Además de ellos, habrá un pelotón de asesores que son ex secretarios de Finanzas de diferentes gobiernos.
Dispuesto a responder preguntas, llegaron las dudas que dejó la conferencia. Cuál será el plan para renegociar la deuda, qué pasará con el cepo cambiario y qué se hará con las jubilaciones. La pregunta del millón, cómo avanza la charla con el FMI, tuvo escasa precisión, más allá de la confirmación de su encuentro con la jefa de la entidad, Kristalina Giorgieva.
Sí aclaró Guzmán que como en 2020 “no se puede hacer ajuste fiscal”, no hay recursos suficientes para hacer políticas expansivas, y apostó a que se tranquilice la economía y baje la inflación para hacer un piso de recuperación. En este contexto, mencionó que irá al Congreso un proyecto de Ley de Solidaridad y Reactivación Productiva, del que tampoco hubo detalles, pero que prevé que algún sector deberá ser colaborativo para que otros sectores se activen. Sí avisó que todas las medidas se comunicarán por escrito.