MEMORIA & BALANCE

La crisis le construye a Fernández una Moncloa de emergencia

Mientras se espera que el 2D el electo confirme gabinete, empresarios, gremios e Iglesia ya se pusieron de acuerdo para impulsar el Consejo Económico y Social. Por afuera, habrá una mesa de urgencias.

La salida del franquismo requirió en España consensos básicos que se plasmaron, en parte, en los Pactos de la Moncloa de 1977. Reuniendo las voluntades de legisladores, empresarios, sindicatos y gobierno, se lograron estabilizar ciertas variables. En la previa a la concreción de esos acuerdos, Felipe González fue uno de los que propuso iniciar conversaciones para encausar el contexto. El dirigente español cerrará el 28 de noviembre la reunión anual de la Unión Industrial Argentina (UIA), justo en tiempos en los que la coyuntura local se desespera por sentar las bases de un pacto de fondo símil España, muy apurado por la situación que queda como herencia del macrismo en el poder.

 


La herencia de Macri, de extrema complejidad, apura la colaboración de sectores con Fernández. 

 

Mientras comían medialunas y tomaban café, los industriales de la UIA y los popes de la CGT plantearon que es urgente crear, por ley, el Consejo Económico y Social. “Tenemos que ayudar al próximo gobierno, esto es un desastre, y la recuperación va a ser larga y el primer año, muy duro”, manifestó uno de los que compartió la mesa, encabezada por el jefe de la central fabril, Miguel Acevedo. Estaban allí diagnosticando la crisis el textil Luis Tendlarz, el laboratorista de CILFA Alberto Álvarez Saavedra y el representante de Arcor Adrián Kauffman Brea. Por la CGT, los hermanos Héctor y Rodolfo Daer; el jefe de AYSA, José Luis Lingeri; el titular de UOM, Antonio Caló; y Gerardo Martínez, el secretario de la UOCRA que todos apodan “el canciller”, por la cantidad de viajes que tiene en su haber a la OIT y otras experiencias en el extranjero. El Consejo, que también impulsa el gobierno de Alberto Fernández, sería un cuerpo colegiado que iría, en sus objetivos, más allá del simple acuerdo de precios y salarios. “Tenemos que pensar en recuperar la macro, si no no salimos”, coincidieron de ambos lados del mostrador.

 

 

 

Para lo inmediato, habrá otra herramienta: en una reunión con las alimenticias de Copal, el economista y posible ministro de Fernández, Matías Kulfas, avisó que hay tres prioridades: la emergencia social (paleada en parte por el plan antihambre), la deuda y medidas para las pymes. Además, habrá charlas para moderar la inflación, más vinculadas a una estabilización de precios y sueldos.

 

Si se hace una mirada rápida a la herencia que dejó la gestión Mauricio Macri, se observará que los problemas van más allá de los números negativos para instalarse en terreno de las relaciones personales, políticas y de la construcción de un relato que empezó a quedar en evidencia. Hace unas semanas, la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO) denunció que, más allá de la pantalla del boom de la obra pública, el Estado Nacional, el provincial y algunos municipios no estaban cumpliendo con el pago de los trabajos. Y que, a raíz de medidas de la Nación quitando ingresos, las provincias también había cesado en los pagos. No fue lo único, otros dos casos. El primero: ya en salida, el ministerio de la Producción que conduce Dante Sica, en tándem con la Cancillería, se comprometieron a que el 5 de diciembre en la reunión del Mercosur propondrán la baja de aranceles comunes. Generó esto una furia lógica en sectores como el textil. El segundo caso tiene como protagonista al ministerio de Agroindustria que tiene a Luis Miguel Etchevehere al frente.

 

 

 

El jueves, se presentaron en el CCK los resultados de la gestión de la cartera. En plena guerra por una intentona de Etchevehere y su segundo, Santiago Del Solar, de quitarle a las multinacionales (Dow, Bayer, entre otras) una parte del negocio de captación de valor de las semillas a empresas que se resisten a ser testeadas en su autoría de los cultivos, ocurrió un hecho extraño. Uno de los CEOs de una de las multinacionales que acaban de fusionarse fue a saludar a Del Solar (que también es productor agropecuario, además de funcionario) y recibió un sacudón de manos y un mensaje. “Miren que todavía tenemos mucho daño que hacer hasta el 10 de diciembre”, se escuchó. Un problema similar al de los aranceles del Mercosur, todas decisiones tomadas con un gobierno en salida pero que le agregan complicaciones a la gestión que deberá enfrentar Fernández. Si bien desde las oficinas del electo en Puerto Madero confirmaron que el 2 de diciembre se conocerán los nombres del gabinete, está soltando el dirigente algunos armados. El de agro es uno de ellos. Allí, el ex INTA Gabriel Delgado puntea nombres para el equipo. Kulfas charla con gente encargada de temas productivos; mientras que Economía sigue siendo un enigma.

 

Con todo este escenario de gravedad, es políticamente comprensible la apelación de Fernández a que todos los sectores, sociales, políticos, sindicales y empresarios serán parte fundamental de su gobierno. Los problemas son grandes, la solución ha de ser amplia.

 

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Marcha de jubilados contra el veto de Javier Milei a la reforma previsional. Septiembre de 2024. Foto: NA.

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