El intendente Juan Zabaleta, junto al Padre José María “Pepe” Di Paola y al rector de la Universidad Nacional de Hurlingham, Jaime Perczyk, visitaron el Centro Barrial “Ceferino Namuncurá”, en la localidad de William Morris, un espacio que trabaja en la recuperación de adicciones y da respuesta integral a situaciones de vulnerabilidad social. El lugar fue reconstruido con el aporte del Municipio luego de sufrir un incendio vinculado a un acto de vandalismo.
“Agradezco como intendente al Hogar, al padre Pepe y al equipo porque todo lo que tiene que ver con el trabajo de recuperación de adicciones y de reinserción social, el Municipio de Hurlingham lo realizó con ellos”, destacó Zabaleta. Y agregó: “Este es un barrio que tiene muchas necesidades y nos llevó, frente al desastre económico y social de estos cuatro años, a estar juntos, a poner el cuerpo, el alma, el corazón, a ser muy solidarios, y agradecemos que tengamos el Centro Barrial de pie y que podamos seguir trabajando”.
“A partir de diciembre va a haber un país para todos, con derechos, con inclusión y fundamentalmente con trabajo. La Argentina de Alberto va a ser la Argentina del trabajo”, concluyó el intendente.
Luego del incendio que destruyó gran parte de las instalaciones, el Municipio trabajó en la recuperación del establecimiento. Se realizó el techo completamente nuevo, se hizo toda la instalación eléctrica, se colocaron nuevas puertas y ventanas, se recuperaron las paredes y se efectuó la pintura completa del lugar.
“En el Hogar de Cristo siempre decimos que esto es una cuestión de todos, aquí está puesto el corazón y todos son importantes. Este lugar se hace gracias al trabajo de quienes ponen el corazón, del intendente, que cada vez que hubo una celebración acá estuvo acompañando, y eso es lo importante: este trabajo entre la comunidad, las organizaciones y el Estado más cercano, que es el municipio”, expresó por su parte el padre Pepe.
Y completó: “Cuando se puede tirar juntos para el mismo lado, con la misma fuerza, con las mismas convicciones, la gente lo nota y tiene un efecto muy positivo, sobre todo en este tiempo, donde estas propuestas individualistas no ayudan a fortalecer el espíritu de comunidad que nosotros creemos desde la doctrina social de la iglesia, porque cuando hablamos de comunidad, hablamos de pensar la felicidad en función del otro. Cuando se promueve pensar la felicidad en las cosas que le pasan a uno mismo y nada más, vamos por mal camino, este centro barrial es un buen signo de lo que esperamos de la Argentina”.