Las empresas de Estados Unidos tienen una obsesión histórica, que es una orden de casa matriz y que ha caracterizado la relación del capital estadounidense con Argentina: el reclamo por seguridad jurídica y diálogos claros con el poder político de turno. En este contexto, el resultado de las PASO precipitó la agenda de estas compañías para saber, si es que confirma su triunfo este domingo en las urnas, cómo sería en la práctica un gobierno de Alberto Fernández.
Fernando Peirano comandó la reunión de parte de los equipos técnicos de Fernández.
El miércoles último, en la sede de la Asociación de Empresas Estadounidenses (AMCHAM), se reunió la cúpula de los CEOs americanos con tres referentes de los equipos técnicos del candidato del Frente de Todos. Una veintena de hombres de negocios esperaron sentados a la mesa la llegada de Fernando Peirano, Ariel Schale y Guillermo Meredit, el pool de especialistas en Ciencia, técnica, industria y pymes del albertismo en la campaña.
La reunión en la sede de AMCHAM (la cámara que pidió el encuentro) duró dos horas, hubo más coincidencias que diferencias, no se habló de la gestión de Mauricio Macri sino hacia adelante y se delimitaron algunas definiciones concretas sobre el modelo albertista. La primera, de boca de Peirano. “Si hay un atributo que tiene Alberto es el pragmatismo. Muchas veces Argentina fracasó por cuestiones ideológicas. Pero eso no va a seguir, es lo que se está yendo, no lo que está llegando”, les explicó el dirigente cuando consultaron sobre detalles de qué tipo de políticas aplicaría un hipotético gobierno de Todos.
Fue la definición que calmó los ánimos y encausó lo que siguió. Los escucharon atentamente los directivos y CEOs de firmas de peso de los Estados Unidos, y algunos colados no casuales de Alemania y España: Pfizer, JP Morgan, General Motors (GM), Google, Whirlpool, Walmart, Santander Río, Adecco, Microsoft y Bayer.
Hubo CEOs de firmas de peso de los Estados Unidos, y algunos colados de Alemania y España: Pfizer, JP Morgan, General Motors, Google, Whirlpool, Walmart, Santander Río, Adecco, Microsoft y Bayer.
Aclaró Peirano que, naturalmente, “la idea es tener mesas de diálogo y trabajar en las diferencias que existan”. En el espacio de Fernández advirtieron a Letra P que escuchar no significa coincidir en todo ni sentar posición sobre los temas.
Schale, que junto a Peirano son dos hombres con mucho contacto y predicamento en la Unión Industrial Argentina (UIA), también dialogaron sobre cuestiones impositivas. En un momento de la charla, GM les presentó un informe sobre los costos que tiene producir un auto en Argentina, en comparación con México y Brasil. “Tienen razón, estamos exportando impuestos, no hay más margen para tributar sobre la industria”, admitió Schale, especificando que la idea no es cargar más de impuestos a las fábricas. “Somos competitivos de las puertas de la fábrica hacia adentro, pero el problema está afuera”, completó.
Explicitaron, de todos modos, que no era una charla sobre reforma impositiva integral, sino que la referencia era para el sector fabril. Es que, ante la situación de caída en los ingresos del Estado que deja Cambiemos, no descartan los que vayan a hacerse cargo de la economía en la hipotética gestión de Fernández que haya que incrementar tributos sobre otros sectores que no han sentido tan a fondo la recesión de los últimos cuatro años.
Ariel Schale, referente industrial, admitió que "estamos exportando impuestos".
Microsoft y Google se mostraron interesados en el intercambio con Peirano sobre industria 4.0, uno de los metier de quien se encargó desde el inicio a la prédica sobre la ciencia aplicada a la producción. Por último, el presidente de AMCHAM les agradeció la apertura y pidió que los tratamientos legislativos sobre cuestiones sectoriales sean más debatidos que en la era Cambiemos.
Hace menos de un mes, en esa misma casa empresaria, habían tomado el té otros dos hombre de peso del albertismo: el tigrense Sergio Massa y el diputado nacional y dirigente industrial José Ignacio De Mendiguren.