Aunque todavía no dijo públicamente quién será el encargado de conducirlo, Alberto Fernández ya empezó a dar señales sobre las características que tendría el Ministerio de Economía bajo su eventual administración: una cartera fuerte al estilo que impuso Roberto Lavagna durante el gobierno de Néstor Kirchner, un presidente que estuvo tan encima de los temas económicos como, descuentan en el Frente de Todos, estará Fernández en caso de desembarcar en la Casa Rosada.
“Cuando llegamos con Néstor en 2003, una de las cosas que me pidió (Lavagna) fue unificar el Ministerio, que en aquel momento estaba dividido en Producción, Industria... Y me dio una explicación muy cierta: ‘No puede ser que Hacienda sea el que tiene que obtener los recursos del Estado y otros los gasten’. Me pareció muy razonable, yo creo en eso. Aprendí de Lavagna”, definió Fernández este jueves en diálogo con Radio La Red. El candidato presidencial calificó, además, de "disparate" la atomización del área económica que llevó adelante el gobierno de Mauricio Macri.
La respuesta incluyó también una definición sobre el rol del eventual ministro, aunque sin hacer alusión al nombre, sino a la funcionalidad del cargo. “Como no tengo complejo de inferioridad quiero un ministro de Economía fuerte, que pueda resolver y decidir”, dijo Fernández. Así, el candidato presidencial dejó clara su intención de que el eventual ministro de Economía vuelva a tener bajo su órbita las áreas de Producción -actualmente Ministerio de Producción y Trabajo, bajo la conducción de Dante Sica- e Industria -ahora Secretaría dependiente de Producción- vuelvan a integrarse a Hacienda. La única duda es qué hará con ministerios ya comprometidos, como el regreso de Agroindustria, que conduce Luis Etchevehere, una promesa que sus interlocutores le hicieron a los exportadores y a la Mesa de Enlace.
“Fuerte puede ser, independiente no”, leyó un economista que trabaja en los equipos del Frente de Todos. Después de todo, Lavagna estuvo, entre 2003 y 2005, al frente de un Ministerio de Economía fuerte, en el que Kirchner tenía absoluta incidencia. “Básicamente, se metía en todo”, recuerda un ex funcionario de Casa Rosada.
Quién será la persona encargada de ocupar ese sillón es la respuesta que Fernández aún no quiere adelantar pero todas las luces apuntan a la misma persona: el economista Matías Kulfas, ex director del Banco Central durante la gestión de Mercedes Marcó del Pont y crítico del kirchnerismo más duro.
El propio Fernández lo fue posicionando en las últimas semanas, después de casi dos meses de especulaciones. Si en un principio, Kulfas y Cecilia Todesca, ambos miembros del Grupo Callao, el think tank que el ahora candidato formó a principios de 2018, se ubicaban en el listado de ministeriables por debajo de economistas como Martín Redrado, Guillermo Nielsen y Emmanuel Álvarez Agis, Fernández les fue abriendo paso en reuniones con grupos económicos, empresarios y el mundo financiero.
Kulfas se edificó como ministro potencial en un raid por el Círculo Rojo que incluyó a las uniones industriales de todo el país y que terminó en un evento con la crema del poder que organizó, casi a medida del economista, el Grupo Clarín. En esa jornada, celebrada en el MALBA el 30 de septiembre, el auditorio se llenó para escucharlo dar lineamientos del modelo F. Las ansias por verlo se notaron en un contraste: un rato después de Kulfas habló el actual ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y el auditorio quedó a la mitad. En ese evento de Clarín, Fernández mostró otra señal sobre la construcción de su círculo de confianza: llegó rodeado del corazón económico del Grupo Callao: Kulfas y Todesca, Nicolás Trotta, Ariel Schale y Jorge Arguello. Los mismos Kulfas y Todesca lo acompañaron el 2 de octubre a reunirse con los jefes de la Unión Industrial Argentina (UIA)
En paralelo, como para el albertismo la negociación de la deuda y el perfil financiero es clave de cara a lo que viene, Kulfas también ha caminado, en silencio, entre banqueros. Tiene buena relación con Jorge Brito padre, del Macro, y ya mantuvo dos reuniones reservadas con el otrora alfil de Macri, el titular del HSBC, Gabriel Martino.
En las oficinas de la calle México aseguran que el economista cumple, además, con un requisito que el candidato presidencial considera imprescindible para conformar su gabinete: no tiene “doble terminal”, es decir, le respondería directa y únicamente a Fernández y a su gobierno, sin que eso entre en colisión con las conversaciones que pueda llegar a tener con actores económicos con los que tendrá que discutir y ante los cuales deberá defender los intereses nacionales. En el albertismo le suman, además, otra cualidad de la que dicen carecen otros economistas “estrella”: “No es un pavo real. Y acá va a haber que ponerse a laburar”.
Aunque sin confirmar que puede llegar a conducir la cartera, el mismo Kulfas afirmó que Fernández estará “bastante encima de los temas económicos” en caso de ser electo presidente. “Por lo que vengo trabajando con él, se nota que es una persona que conoce, se informa, busca diferentes visiones y no va a ser un presidente que delegue en su gabinete la gestión sino que muchos temas lo va a seguir. Va a estar encima de las decisiones, sobre todo las más importantes, que son las de economía”, dijo el economista en diálogo con el programa Toma y Daca, en AM750.
Este esquema de súper ministerio es lo que, además, venía reclamando el Círculo Rojo luego de una gestión de Cambiemos en la que fue difícil tener un sólo interlocutor para dialogar cuestiones clave.