El PJ tiene una chance mayúscula para arrebatarle la intendencia de Rosario al socialismo. El Frente Progresista salió tercero en las legislativas de 2017 y pone en juego tres décadas de gobierno. El concejal Roberto Sukerman es la persona que, por el momento, sintetiza la propuesta del peronismo. De buenos números en encuestas, promueve cerrar una PASO con aliados de centro izquierda y centro para potenciar sus chances.
Consustanciado con la posibilidad, reclama hacia dentro del partido aprender de errores del pasado y no perder de vista la oportunidad. “Veo a Rosario dentro de un proyecto provincial y nacional, pero que eso no signifique que usufructúen, que la estrategia de la provincia nos absorba”, apuntó, en diálogo con Letra P.
BIO. Abogado, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Nacional de Rosario. Concejal, responde al sector del diputado nacional Agustín Rossi. Ex jefe de la Anses. Peleó por la intendencia en 2015 y quedó detrás de la ganadora Mónica Fein y la macrista Ana Martínez. En 2017 regresó al Concejo rosarino tras salir segundo en las elecciones de medio término, por debajo del macrista Roy López Molina. Será nuevamente candidato a intendente este año. Varias encuestas lo dan primero en la carrera al Palacio de los Leones.
-¿Cuánto hace que el PJ no estaba tan expectante en Rosario?
-Hace mucho tiempo, la última elección que tuvo chances fue la del 2003, cuando Miguel Lifschitz le ganó por escasos votos a Norberto Nicotra (hoy diputado provincial de Cambiemos). Desde ese momento hasta ahora, nunca estuvo cerca de ganar. También hubo distintas circunstancias, hay nuevos actores, en ese momento era otro sistema electoral, había Ley de Lemas. Pero sin lugar a dudas, fue lo más cerca que se estuvo.
-Dijo varias veces que la contienda de Rosario será una elección municipalizada. ¿Se va a privilegiar lo local por sobre lo provincial?
-No es que se privilegie lo local por sobre lo provincial. Lo que pasa es que nosotros, en el peronismo, asistimos a una lógica que perjudicó a Rosario, que se vio principalmente en los 16 años de gobiernos de Carlos Reutemann y Jorge Obeid. Ellos eran dos figuras políticas de la ciudad de Santa Fe, que eran elegidos por Ley de Lemas y, por cómo estaba conformado el electorado, entendían que sacando una cantidad de votos en Rosario era suficiente para ganar y desde el poder central de la capital bloquearon las chances de que el peronismo de Rosario sea fuerte, porque cuando Rosario es fuerte lo que hace es posicionar a sus figuras para competir por la gobernación, que fue lo que sucedió con el socialismo. Desde 1983 a esta parte todos los candidatos a intendente fueron candidatos a gobernador, con excepción ahora de Mónica Fein: Horacio Usandizaga, Héctor Cavallero, Hermes Binner, Lifschitz. Está claro que el intendente de Rosario, si realiza una buena gestión, tiene expectativas de ser gobernador. También las figuras del peronismo habrán tenido su responsabilidad, pero esta es otra etapa.
-¿Cuál?
-Yo lo planteo al revés: para ganar la provincia hay que ganar Rosario. En su momento, sin saber la opinión de los candidatos a gobernador del peronismo, dije: "Déjennos a nosotros hacer nuestra propia estrategia, que queremos aportar a la victoria del peronismo en la provincia", pero que eso no signifique ser funcional a una estrategia provincial relegando lo local. No es que yo quiero municipalizar en el sentido de aislar a Rosario de la provincia, nada que ver, veo a Rosario dentro de un proyecto provincial y nacional, pero que eso no signifique que usufructúen, la estrategia de la provincia nos absorba y no podamos tener una estrategia para ganar la ciudad.
-Los candidatos a gobernador del PJ, caso Omar Perotti, quien sea de Unidad Ciudadana o María Eugenia Bielsa, si se presenta, ¿tienen esa misma lógica?
-Sí, esa es una de las satisfacciones que tengo, de haber planteado expresamente que no era en oposición a lo provincial y eso fue entendido perfectamente por todos los candidatos o candidatas a gobernador potenciales. Tanto Perotti, como Bielsa, como los candidatos de Unidad Ciudadana tienen absolutamente claro que nosotros en Rosario tenemos que tener una estrategia propia que, quizás, termina coincidiendo con una estrategia provincial, pero que todavía no lo sabemos.
-¿Se mantiene en pie la chance de una PASO con Ciudad Futura?
-Sí, por supuesto que se mantiene en pie. Por un lado nosotros siempre hemos dicho que hemos trabajado muy bien con Ciudad Futura, con Celeste Lepratti (Frente Social y Popular), que tiene un monobloque en el Concejo, nos hemos entendido muy bien más allá de orígenes, matices de diferencia. Tenemos propuestas en conjunto que pueden hacer pensar en un gobierno de coalición, eso lo hemos demostrado. Y, por otro lado, vemos con expectativa a sectores que uno puede posicionar más de centro, como es el massismo, el sector de Alejandro Grandinetti, que entendemos también puede formar parte de una interna porque entiendo que él tiene intenciones de ser candidato a intendente. Nosotros hemos hablado con él, con su gente, y yo no lo descarto.
-Roy López Molina ganó las legislativas en 2017. ¿Hoy tiene el mismo potencial o lo daña el bajón de la marca Cambiemos?
-Soy muy respetuoso de todos los espacios y los dirigentes, por lo tanto no subestimo a alguien que cosechó el 40% de los votos. Es más, sacó más votos él el año pasado que los que sacó Fein para ser intendenta. Lo que está claro es que los dirigentes de Cambiemos, más allá de nombres propios, forman parte de esto que se denomina la marca, y en 2017 se vieron beneficiados por esa situación. Hoy en día, la realidad es totalmente distinta. Se ve en la calle, en las encuestas, la población está muy enojada con todo lo que está llevando adelante el gobierno nacional, porque son políticas que van en contra del pueblo argentino que, indudablemente, se ve afectado. Habrá que ver quiénes terminan siendo sus candidatos y cuáles son sus posicionamientos, me parece que están muy atados a lo nacional.