ENTREVISTA. PABLO BIRÓ

“La CGT está al borde de ser cómplice de la destrucción de la matriz productiva”

El líder del sindicato de pilotos apunta al triunvirato por su actuación durante la era macrista. "Algunos están rodeados de aplaudidores que no les dejan escuchar la voz de los trabajadores", dice.

En una semana que será determinante para el futuro del triunvirato que integran Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña, los principales dirigentes opositores a la conducción de CGT protagonizan un raid frenético de reuniones. En un impasse de ese raid, el secretario general del Sindicato de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Pablo Biró, recibió a Letra P para analizar el escenario gremial, que incluyó críticas lapidarias a la conducción cegeteista.

 

“La CGT está al borde de ser cómplice de la destrucción de la matriz productiva”, disparó al analizar los últimos movimientos de la cúpula sindical que en las últimas dos semanas concretó reuniones con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el enviado del Fondo Monetario Internacional (FMI) al país, Roberto Cardarelli. Mencionado por algunos de sus colegas como un posibles sucesor de los actuales secretario generales, algo que Biró no descarta pero tampoco confirma, opinó que la principal central obrera del país “tendría que estar criticando, confrontando y exigiendo un lugar de negociación genuina, no responder a pedidos espurios de gobernabilidad y de evitar marchas”.

 

El sindicalista ofició de anfitrión en los encuentros del principal reagrupamiento opositor de la CGT, en el que confluyen la Corriente Federal de Trabajadores, los gremios alineados a Camioneros de Pablo Moyano, y el Smata. Desde ese espacio presionan por una renovación de la cúpula sindical tal como se había acordado meses atrás, cronograma electoral incluido, pero que finalmente fue suspendido por el triunvirato, que ratificó su intención de completar el mandato que vence en 2020. Por esto Biró no descarta, aunque lamenta, la posibilidad de que surja una fractura que divida aguas entre los gremios confederados, pero aclara que podría evitarse si la conducción hace “un renunciamiento histórico y comparte el poder”.

 

 

BIO. Cuarta generación de pilotos, llegó a la secretaría general de la APLA a finales de 2012, después de desplazar a su ex aliado Jorge Peréz Tamayo. El manejo de un sector estratégico, como el de los aviones, contrasta con el perfil bajo que cultivó durante los últimos años como integrante del núcleo del MTA. De ese agrupamiento, que entre otros integran los docentes privados, el sindicato de Farmacia y el de Televisión, fue una de las patas fundacional de la Corriente Federal del Trabajadores, que conduce el bancario Sergio Palazzo, la línea interna de la CGT más enfrentada al triunvirato. En las últimas semanas su nombre comenzó a sonar como un posible postulante de este sector para suceder a la actual conducción de CGT.

 

 

-Esta semana se reunió el triunvirato con el enviado del FMI. ¿Cómo cayó ese gesto?

 

-La reunión del FMI resulta de la reunión en Olivos, donde les pidieron que no haya marchas, ni manifestaciones, ni protestas durante la venida del FMI. Entonces, la única razón, que parecía marketinera, para explicar por qué no se marchaba era tener una reunión con el FMI. Es una actividad que surgió en la Quinta de Olivos cuando fueron convocados por el gobierno que vetó la ley antidespidos, que vetó la ley del marco tarifario… No comparto que hayan ido. No tengo la información que tienen ellos, capaz tienen hay algo que justifica haber ido. Yo no creo conducente juntarte con el demonio a hablarle de la bondad de Dios.

 

-¿Usted cree que tienen alguna devolución a cambio de no protestar?

 

-Sería una irresponsabilidad que yo diga eso. Lo que digo es: en pos de la gobernabilidad, en pos de no favorecer políticamente a la oposición, en pos de no terminar siendo responsables de la culminación abrupta de un gobierno que ha fracasado en todas las áreas que encaró… Ahora, esa es otra discusión, esa discusión se da en las urnas. Esa la decide el soberano cuando va a votar. La CGT es otra cosa, podría estar cumpliendo otro rol.

 

-¿Qué rol debería cumplir la CGT?

 

-Tendría que estar criticando, confrontando, debatiendo y exigiendo un lugar de negociación genuina, no responder a pedidos espurios de gobernabilidad y de evitar marchas. Si el Gobierno te pide no marchar en contra del FMI, la contraprestación debería ser que no te vete en el Congreso las leyes que son protectoras de los trabajadores. Eso podría ser un tema porque los acuerdos de gobernabilidad con la CGT siempre existieron y es sano que sea así, porque es una de las fuerzas sociales que intervienen y que el Gobierno debería escuchar. Ahora, cuando vos tenés una CGT que solamente es funcional a la gobernabilidad y no enfrenta todas las medidas que atacan su razón de ser la estás condenando a la desaparición. Yo creo que el triunvirato está al borde de ser cómplice de la destrucción de la matriz productiva.

 

-Pero han lanzado medidas de fuerza y se espera que esta semana anuncien otro paro nacional.

 

-Son medidas inconexas para garantizarse la continuidad de la cúpula. Fueron paros inorgánicos, que no están vinculados a un plan de lucha. Vos cuando hacés un paro o una movilización tiene que ser a resultas, porque fracasó alguna demanda y si no hay reacción tenés que replicarlo. “Si no me das respuestas por este tema la próxima no es de 24, es de 48”.

 

"Conducir es muy difícil. Hay que generar expectativas, sumar voluntades, unir lo que está disperso, controlar las motivaciones individuales y ponerlas al servicio de los propósitos colectivos. La única forma de conducir es con el ejemplo y el triunvirato, en ese sentido, está fracasando."

-¿Hoy los paros qué función cumplen?

 

-Son un relief para manejar la interna de la CGT en términos de la gobernabilidad. Se ha perdido credibilidad desde que les afanaron el atril, desde que les gritaron “poné la fecha” y desde que tuvieron el Comité Central Confederal que les dio mandato el Consejo Directivo para llamar a un paro y no lo hicieron. O sea, los cuerpos orgánicos dicen que vayan al paro y después dicen “no, hay circunstancias atenuantes”. Conducir es muy difícil, porque hay que generar expectativas, sumar voluntades, unir lo que está disperso naturalmente, controlar o mantener encorsetados las motivaciones individuales y ponerlas al servicio de los propósitos colectivos. A mí me parece que la única forma de conducir es con el ejemplo y el triunvirato, en ese sentido, está fracasando.

 

-¿Esa es una visión compartida por toda la Corriente Federal de los Trabajadores?

 

-Hay visiones diversas. ¿Cómo lo veo personalmente? Como te dije. Como grupo, yo milito dentro del sindicato en el que hay visiones diversas, dentro de los aeronáuticos hay visiones diversas, dentro de la Corriente Federal hay visiones diversas, dentro de este Grupo Lezica que llamaron…

 

-¿Ya le podemos decir Grupo Lezica?

 

-No, a mí no me gusta. Lezica era un traidor y nosotros traidores no somos. Si hacés alusión solamente al espacio físico, para nosotros es un honor como pilotos que nuestra casa esté al servicio de la dirigencia del movimiento obrero.

 

 

 

-Ese espacio ya agrupa más de 60 gremios. ¿Cuál es la visión en común que tienen?

 

-Todos coinciden en el diagnóstico de que el modelo del triunvirato está agotado, que hay que renovar autoridades para llevar un plan de lucha para revertir algunas políticas que impone el Gobierno. No es imponer un plan de gobierno, porque vos en realidad como CGT no podrías imponer un plan de gobierno, podés llevar propuestas que tengan que ver con los enunciados: decimos de cambiar la política económica, la matriz productiva, la matriz tarifaria… En realidad, nosotros somos bastante convencionales en la visión que tenemos de la economía. Creemos que la macroeconomía tiene que estar al servicio de la micro, que la matriz productiva es la razón de ser de una Nación y no sirve de nada que el riesgo país baje si la gente se cague de hambre. Lo que estamos pidiendo no es paliativo, es atacar las causas.

 

 

Algunos dirigentes están rodeados de aplaudidores que no les dejan escuchar la voz de los trabajadores.

 

 

-¿Cómo definirías a la CGT que propone este grupo?

 

-Te doy un ejemplo: tenés 51 universidades nacionales de paro y la CGT no dijo una palabra, tenés hoy compañeros de Télam despedidos donde la justicia dijo con claridad que estaban mal despedidos dos veces y la CGT no dijo una palabra, tenés los compañeros de los astilleros en conflicto y la CGT lo que dice es “repudiamos la violencia” (NdR: posteriormente a la realización de la entrevista la CGT emitió un comunicado sobre la situación de las Universidades). No está cuestionando las causas, se discute si está mal que repriman. La represión es una de las consecuencias que se ven, en el pan y el circo del que habla (el periodista, Carlos) Pagni, es el circo. Me parece que los dirigentes de la CGT tienen que tener una visión estratégica mucho más profunda porque conducen dirigentes.

 

-Si no está en los conflictos laborales y sociales, ¿a dónde está la CGT?

 

-A veces en la Casa Rosada, a veces en el Fondo Monetario. A veces en los conflictos, sería injusto decir que no están individualmente los compañeros. Nosotros sabemos que muchas regionales del interior se mueven, pretender que los compañeros que conducen no tienen corazón o no conocen la problemática sería un error de diagnóstico, lo conocen. Lo que creemos es que algunos dirigentes están rodeados de aplaudidores que no les dejan escuchar la voz de los trabajadores.

 

-El reagrupamiento en el que confluyen con el moyanismo, SMATA y la Corriente Federal hoy no cuenta con los congresales para disputar el Consejo Directivo. ¿Cuál es la estrategia para imponer una conducción distinta?

 

-La estrategia es imponer la idea de que la conducción de la CGT está al servicio de los trabajadores, que la conducción tenga una cara unipersonal pero un modelo de conducción colectivo. Es decir, que no es una mesa chica, de la chica de la chica, sino una mesa lo más grande posible, que tenga la representatividad. Con las complicaciones que eso implica: escuchar lo que uno no quiere escuchar, atender las posturas más radicales en un sentido o en el otro siempre es más desgastante que decir “vamos en esta línea”. Y aspirar a un reconocimiento dentro del movimiento obrero que nos permita acceder a la conducción colegiada con el apoyo de todos. Si no podemos hacer eso, fracasamos, cambiamos las caras para que nada cambie. 

 

-¿Contempla como posibilidad una ruptura?

 

-Apostaría a que esto termina, a su debido momento, en una ruptura de la CGT, salvo que quienes conducen la CGT tengan un renunciamiento histórico y compartan el poder. Eso es algo que nos cuesta muchísimo a los dirigentes sindicales, el poder es casi una escuela que no se comparte. Si esto termina con una central oficialista, que hubo en muchos momentos históricos, más laxa o más entregadora, y otra que se auto titula la "combativa", en definitiva sería víctima de su propia autodegradación porque no pudiste persuadir, no pudiste sumar voluntades. Nosotros aspiramos a una CGT que defienda los intereses del laburante y que se pueda parar frente a toda la sociedad sin miedo. Que no la puedan correr ni por izquierda ni por derecha, ni con carpeta chica ni con carpeta grande, ni con el corte de un subsidio o un beneficio a una actividad. La pelea hay que darla por las ideas, no por los beneficios circunstanciales que puedan tener. Nosotros estamos desde el espacio propugnando que se acaben las mesas chicas, que las mesas de diálogo sean mucho más grandes y que se escuche a los laburantes. Los laburantes quieren salir a dar la pelea para pedirle un poco de humanidad al Gobierno.

 

"Los laburantes quieren salir a dar la pelea para pedirle un poco de humanidad al Gobierno."

-¿Qué se puede esperar del plenario de secretarios generales del 29 de agosto?

 

-No tengo dudas de que el triunvirato va a intentar reconvertirse, van a decir que a ellos los convalidó el paro del 25 de junio, que no fue ni motivado ni planificado por la conducción de la CGT sino que fue a pesar de la CGT. Sin embargo, algunos integrantes del Consejo Directivo lo quieren asumir como un mérito propio. Ahora van a hacer lo mismo: van a ir a una medida fuerza y van a tener un debate interno muy fuerte. No van a poder omitir las 51 universidades que están de huelga y que no dijeron nada, los compañeros de Télam que están despedidos y todas las áreas que están siendo sacudidas por la política económica. No tengo dudas que para reconvertirse y sobrevivir van a querer devenir en combativos. Lejos de ser un plan de lucha, van a hacer un paro dominguero.

 

-¿Es una buena o una mala noticia para los trabajadores que haya dos CGT?

 

-Es malísimo. Lo mejor es que haya una sola, con un debate interno y tal vez con una actitud más moderada. Es bueno para toda la sociedad que haya una sola, para los trabajadores y para el Gobierno. Porque tenés un solo interlocutor, sino empiezan a correrse por izquierda y por derecha a ver quién es la combativa y quien la entregadora.

 

 

 

-Varios dirigentes señalan que usted reúne las condiciones para lanzarse como candidato a secretario general de la central. ¿Se ve en ese lugar?

 

-No creo en los personalismos. Sí creo profundamente en que necesitás algunas personas especiales en momentos históricos. Y eso se ve por los resultados. Me honra, pero considero que si construimos un modelo de conducción colectiva realmente no importa quién sea el nombre. Si me decís que las decisiones se toman en consenso, con los debates, no a medianoche en una mesa chica, debatiendo y consultando, yo ya me daría por satisfecho. Hay algunos compañeros que están viendo algunas actitudes que les parecen muy positivas, pero yo no percibo que haya un apoyo masivo como el necesario. Vos para conducir un espacio de esas características tenés que tener un apoyo claro y explícito con un nivel de compromiso elevado.

 

-Recién mencionaba que existen momentos históricos. Uno de ellos pareciera ser el que viven en el sector aerocomercial. ¿Qué transformaciones hubo en estos dos años y medio?

 

-Cambió muchísimo en cosas que van a generar consecuencias nefastas a futuro. Cuando vos extranjerizás y abrís sin reciprocidad los mercados nacionales y lo entregás a los internacionales, eso no impacta inmediatamente en las empresas nacionales. Cuando vos metés una competencia desleal, que no es más que el ingreso de empresas low cost subvencionadas, que lavan guita, no invierten en mantenimiento y tienen una protección vergonzante por parte de las autoridades de transporte y el Estado, que debería pugnar porque haya un servicio de calidad, no se ve en forma inmediata. Por eso para acelerar los tiempos, tienen que hacer recortes presupuestarios y cambiar las gestiones. Fijate que a Aerolíneas Argentinas le han cambiado la impronta de manera tal que nadie la puede manejar.

 

 

La aviación en este siglo es de las actividades más seguras y solamente un negligente como el ministro Dietrich no puede escuchar tantas voces de alerta.

 

 

-¿Qué expresa que en este tiempo hayan cambiado tres veces al presidente de Aerolíneas?

 

-Que quieren funcionarios títeres. Ahora pusieron a (Luis) Malvido que es un títere de (el ministro de Transporte) Guillermo Dietrich, que a la vez es títere de Gustavo Lopetegui, que a su vez es un títere de los Cueto (Ignacio y Enrique, gerentes de LAN) o de (el ex presidente de Chile y accionista de LAN, Sebastián) Piñera… Primero trajeron a Isela Constantini, que creo que es de lo mejor que le pasó a Aerolíneas  y le pidieron cosas que ella no estaba dispuesta a hacer. Lo trajeron a Mario Dell’Acqua, que se sentó diciendo que no sabía nada y al año lo reemplazaron por el actual, que tampoco sabe nada. También tiene que ver con la política económica, la depreciación de la moneda, el precio del dólar y el precio del combustible. Hay otros factores, pero va a ser nefasto para la aviación. Yo veo que lo que hicieron es un daño tremendo a la Nación, es una entrega de la soberanía, son traidores a la patria.

 

-¿Y las low cost? ¿Qué impacto tienen?

 

-Múltiples consecuencias. Te doy un solo ejemplo: una low cost como Fly Bondi no tiene técnico de mantenimiento en todas las escalas. Un piloto va a cargo de un avión y se le rompe algún elemento, un generador, una falla que se llama intermitente porque va y viene. Al no tener técnico no podés anotar esa novedad en el libro, porque una novedad anotada requiere que venga un técnico a revisar ese generador. La norma le permite eso, pero el Estado a través de los entes reguladores debería garantizar que el piloto anote esa novedad y que la compañía lleve un técnico desde la base y el repuesto, las herramientas y lo repare. En lugar de eso, el piloto se ve presionado por una presión industrial tremenda.

 

Son compañías que ven mal que un piloto se afilie al sindicato, que tengan actividad sindical. El piloto es víctima de una presión industrial, no anota esa novedad y ya sale a la próxima escala con una falla. Al no anotar esa falla no queda registro de trazabilidad, entonces a otro piloto al otro día le falla el otro generador y es la misma lógica de funcionamiento, no anota. Entonces, ya están los dos generadores con falla intermitente y no figura registrado en ningún lado. Después falla la turbina auxiliar, después un conjunto de frenos, y se perdió la trazabilidad. Llega un momento que un avión va a hacer un vuelo un día a la mañana y no sabe si ese avión es el que tiene el generador izquierdo, el derecho, el tren de aterrizaje, el freno derecho o 70 fallas. Esa secuencia de eventos, cuando se alinean, es la que producen incidentes o accidentes. Así de esto hay miles de ejemplos.

 

-¿Esto quiere decir que se rompen los procedimientos de seguridad?

 

-La seguridad en la aviación funciona con un criterio de redundancia. Cuando yo voy como piloto a revisar el avión ya fue el copiloto antes y lo revisó, entonces ya son dos personas. Pero antes del copiloto hay un mecánico de base que está al pie del avión que lo revisa y antes que ese lo revise sale del hangar, donde hay un turno de mecánicos que lo revisan. De manera tal que es muy poco probable que yo llegue al avión y encuentre una cubierta pelada, una pastilla de frenos deteriorada o una pérdida de líquido hidráulico que no hayan visto porque la vieron cuatro personas antes que yo. Las low cost eliminan todo ese criterio de redundancia, para abaratar costos reducen los tiempos. Uno llena los papeles y hace el despacho y otro revisa el avión, entonces ya no son dos sino que es uno. Mecánico de escala no tenemos, entonces se revisa solo a la salida del hangar. Los trabajadores siempre somos víctimas de esos modelos y en nuestro caso lo pagamos con la vida propia. En todos los procesos de desregulación el último paso es la degradación de la seguridad operacional y la muerte. Nosotros somos una de las pocas profesiones que damos un control de calidad de nuestra profesión con nuestra propia vida, porque vamos en la punta. Ningún piloto se mata porque se quiere matar, ninguno es un irresponsable que sale.

 

-¿Qué le diría a los pasajeros?

 

-Que la aviación en este siglo es de las actividades más seguras y solamente un negligente como el ministro Dietrich, a quien esta semana le dirigí tres denuncias penales porque está propugnando todo este modelo a la máxima expresión, no puede escuchar tantas voces de alerta.

 

-Hace unas semanas atrás se conoció que están impulsando un gremio para empresas low cost, al menos inicialmente para Fly Bondi. ¿Qué opina?

 

-Se va a armar, van a buscar todos los grises de la legalidad para llevarlo adelante. Ya el Gobierno le dio garantías a Norwegian, que es la próxima que entra y está tomando entrevistas a pilotos diciéndole que no se afilien al sindicato de pilotos porque va a haber un sindicato de low cost. Es mal visto que estén afiliados al sindicato y hay pilotos que les interesaría volar ahí, pero quieren tener los umbrales de protección que da la legislación laboral argentina.

 

"El objetivo del Gobierno es destruir Aerolíneas para desguazarla y transferir esos activos a empresas extranjeras."

-El nuevo presidente de Aerolíneas anticipó que si no se flexibilizan condiciones cierran rutas. ¿Qué le respondieron?

 

-Él habló de privilegios. Tiene un profundo desconocimiento de la actividad, no sabe de lo que está hablando. Lopetegui le armó un power point, que se lo armaron en Chile, y se lo dieron a Dietrich, que es el que repite en todos los medios. Comparan los pasajeros de aerotransportes en Chile, Argentina y Perú, pero se olvidan de comparar el ingreso per cápita, la densidad poblacional y demás. Quieren extrapolar lo peor de los modelos aerocomerciales. Los convenios colectivos establecen normas de descanso, porque la normativa aeronáutica es bastante imperfecta. Tiene normas de descanso, normas de entrenamiento, capacitación, muchos umbrales de defensa contra la fatiga. Nos están pidiendo cosas que saben que no podemos dar porque el objetivo a ultranza es cerrar las rutas.

 

-¿Qué buscan con una medida así?

 

-El objetivo del Gobierno es destruir Aerolíneas para desguazarla y transferir esos activos a empresas extranjeras. El cierre de rutas nos lo anticipó Lopetegui apenas asumieron, que pretendían cerrar las rutas internacionales salvo Madrid y Miami y eso es garantizar la extinción de Aerolíneas. Una línea aérea tiene cerca del 40% de los costos dolarizados, si vos le sacás la capacidad de vender en dólares, que viene de la venta internacional, la condenás a la extinción a mediano o largo plazo. Cerrar la ruta a Nueva York es agravar lo que venían haciendo. Ellos habían permitido un cossier entre LAN Argentina y American Airlines, donde LAN Argentina no tiene ningún avión ni ningún trabajador argentino que vuele a Nueva York. Le permiten a LAN Argentina que venda pasajes a Nueva York operados por American Airlines. Es una transferencia directa de beneficios, una parte a Cueto, los mandantes de Lopetegui, y algunos dicen que aportantes de campaña de Macri también, y otra parte a los americanos. Cuando pierdan la impunidad se va a saber la verdad. En el ínterin, van a haber conflictos de muy alta intensidad, los cuales no los buscamos, pero no los vamos a evadir de ninguna manera.

 

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