Represión y los tuits de la omisión

Martes 21 de agosto de 2018. El centro de La Plata es lo más parecido a diciembre de 2001 en Plaza de Mayo. Hay barricadas de gomas incendiadas y baldosas rotas por todas partes. Hay efectivos de la Policía disparando gases lacrimógenos y un sembrado de cartuchos de escopeta 12/70 marca C.B.C servidos sobre el asfalto de avenida 7. La Bonaerense avanza sobre trabajadores del Astillero Río Santiago que instantes antes se treparon a la reja de la Casa de Gobierno. Están ahí porque prima la amenaza de un virtual cierre de la empresa estatal que fabrica barcos. Hay una campaña mediática para desprestigiar al gremio que nuclea a los trabajadores del gremio estatal. En la esquina de 7 y 50, el cuerpo de infantería se encolumnna, dispara balas de gomas y gases. Hay humo y no se puede respirar ni ver. El gas entra por los ojos, por la nariz y por la boca y llega a la garaganta. La gente, no solo manifestantes, llora y tose. A 150 metros sobre la misma avenida, en el edificio del Rectorado de la Universidad Nacional de La Plata, velan a una de las fundadoras de Abuelas de Plaza Mayo, Chicha Mariani. Los manifestantes se repliegan y se enfurecen ante los disparos de la Policía. En eso avanzan sobre un patrullero que había atropellado a uno de los suyos. Lo chocó de espaldas: hay una foto de la agencia AG La Plata que es elocuente y rápidamente se viraliza. Hay, también, un video del canal TV Universidad que evidencia cómo avanza el móvil policial. Horas más tarde, el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, diría que se trató de “un encapuchado que se tira delante de un patrullero y después aparecen 70 personas que se encargan de romperlo y robar los chalecos antibalas”. Hay uno, dos, tres y más tuits al respecto de legisladores y legisladoras de Cambiemos. Todos repudian el accionar de los manifestantes. Ninguno hace mención a los gases, las balas y ¿falta de logística y pericia para contener una movilización masiva?
 

 

La diputada Carolina Piparo tuitea: “Represión, dicen” y una foto del patrullero que chocó a un manifestante, que es rodeado y destrozado por sus compañeros. Para la legisladora se trató de un accidente. El video de TVU es elocuente. El tuit de la diputada platense tenía, al momento en que se escribió esta nota, 6.582 retuits y 10.081 me gusta. Hay gente, mucha gente, que piensa como Piparo. 
 

 


Piparo diría luego que “un accidente no justifica violencia”. Nada dice de las balas de goma y los gases que volaron en hora pico en pleno centro platense. Quizá la legisladora no pudo ver al grupo de chicos que, con guardapolvos y junto a uno de sus maestros, corrían por calle 8 para resguardarse del gas lacrimógeno que ya impregnaba el aire más allá de la zona de conflicto. Los chicos querían ir al cine. 
 

 


Hay más legisladores del oficialismo que se expresan sobre lo que sucedía. Ninguno, ninguna, habla sobre la avanzada policial. “Fui al lugar del hecho y lo que pude observar fue la gran cantidad de piedras, autos rotos, patrulleros también, manifestantes corridos a dos cuadras del lugar, quemando cosas también. Ésa era la situación que pude corroborar en una primera etapa. La Policía aprehendió a seis personas”, decía el fiscal Marcelo Martini. Y agregaba sobre los trabajadores: “Evidentemente, su situación es muy estresante. Según comentarios, gente de mucha antigüedad que le han descontado el sueldo”. 

 

El ministerio de Seguridad también se encargó de mostrar una foto de la película. Difundió un video con un magistral trabajo de edición. Muestra policías heridos –que los hubo-, manifestantes arriba del patrullero en cuestión y las cámaras de seguridad de gobernación. 
 

 


La movilización no fue espontánea ni era la primera que hacían los trabajadores de Astillero Río Santiago. El día anterior –lunes feriado- ya se sabía que iban a marchar. Extrañamente y a diferencia, por ejemplo, de lo que ocurre en Plaza de Mayo con la Casa Rosada, se dejó que la movilización, multitudinaria, llegara hasta la puerta misma de la Casa de Gobierno en el centro de la capital provincial. En movilizaciones anteriores, la propia seguridad ordenaba, como mínimo, cerrar ventanas y postigos del edificio gubernamental donde Vidal trabaja. Esta vez no pasó. Un piedrazo, de hecho, estalló contra un vidrio de la sala de prensa de la Gobernación. 

 

Se hace difícil pensar que Ritondo dejó la zona liberada para que los manifestantes llegasen hasta la reja de la fachada de la Gobernación y que desde ahí tirasen piedras sin problemas. Habría que preguntarle a Sergio Berni cómo contener una movilización a punto de estallar en cualquier momento. El ex secretario de Seguridad kirchnerista tiene experiencia antimotín

 

Cambiemos supo hacer un envidiable uso de redes sociales. Antes que el resto. A coro, esta vez salió a repudiar el accionar de manifestantes. No es nuevo. Es la llamada Doctrina Chocobar: sostener que ése “es el camino correcto” pero usando la palabra diálogo. Siempre diálogo. Nada dijeron los dirigentes del oficialismo de los gases lacrimógenos y de las balas de goma que nunca distinguen objetivo. Hacía mucho tiempo que no se veía una escena semejante en la capital bonaerense. Así tuitearon algunos referentes de Cambiemos:

 

 

 

 

 

 

 

Marcelo Peretta
Armando Traferri y Rubén Pirola en el centro, referentes del bloque peronista del Senado santafesino. A su derecha, Osvaldo Sosa y Alcides Calvo.

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