A pocas horas de una nueva sesión del Senado, en la que se tratará la autorización para el allanamiento a Cristina Fernández de Kirchner y la ley de extinción de dominio, un grupo de manifestantes y organizaciones vinculadas al colectivo macrista marcharán este martes al Congreso para exigir el avance de ambos proyectos, reclamar el desafuero a la ex presidenta y una pomposa consigna que pide “devolver lo robado”.
Según sus organizadores, la convocatoria surgió en redes sociales y “no es a favor del Gobierno”, aunque las autoridades nacionales seguirán el desarrollo de la movilización y algunos diputados oficialistas adelantaron que participarán, aunque a título personal.
El nombre #21A proviene de la fecha en cuestión, al igual que experiencias de años anteriores como el 8N y el 13S, también de carácter antikirchnerista y durante el segundo mandato de CFK.
Este 21 de agosto se congregarán en el Congreso con la misma tónica y sistema de organización, aunque con consignas más claras. “No lo hacemos desde Cambiemos, lo hacemos como un reclamo ciudadano que exige la ley de extinción de dominio y reclama devolver lo robado. Habrá gente de Cambiemos, pero también hay muchos que adhieren y son de otros sectores”, explica a Letra P Luciano “Lucho” Bugallo, activista y organizador de la marcha, que hace años es asesor de Elisa Carrió.
De acuerdo con quienes motorizan la concentración, la idea nació de un reclamo en redes sociales que llegó a un grupo de cuentas de Twitter o Facebook, de reconocido perfil anti K. Esas cuentas, algunas vinculadas a Cambiemos y otras no, almacenan la información, tantean el terreno en las mismas redes y se suben a la ola cuando empieza a masificarse.
Una vez instalado el tema en las redes sociales empieza la organización, que consiste en el diálogo vía Whatsapp -o en las mismas redes- de quienes convocaron a marchas anteriores del mismo tinte. En rigor, se trata de las mismas cuentas y personas que aglutinaron la sistematización de las convocatorias anti K, que empezaron en repudio a la presunta reforma constitucional para la re-reelección de CFK, se replicaron durante el segundo mandato de la ex presidenta e incluso volvieron a verse durante el gobierno de Mauricio Macri, como en el caso de la marcha “en defensa de la democracia” de abril de 2017.
Según el criterio de los organizadores, la convocatoria nace de manera “espontánea” en redes sociales y, cuando empieza a tomar color, entran en juego este grupo de personas y cuentas de Twitter o Facebook, denunciadas por la oposición como “fakes” o “trolls”.
“Después de la falta de quórum para votar el allanamiento y la extinción de dominio, nos escribió gente independiente e indignada. Me estalló el teléfono. Es un pedido de sentido común de la sociedad. Si (Cristina Kirchner) no tiene nada que ocultar, que acepte la quita de fueros”, agrega Bugallo.
El 1 de abril de 2017 manifestantes coparon la Plaza de Mayo en respaldo a la democracia y a Macri (FOTO: Twitter)
El Gobierno se desentiende por completo de la marcha. Lo mismo sucedió en la movilización del #1A, que luego Macri terminó reivindicando. Sin embargo, legisladores nacionales como Graciela Ocaña, Fernando Iglesias, Waldo Wolff y Paula Oliveto confirmaron su asistencia “a título personal”. La extinción de dominio es una iniciativa histórica del partido de Carrió, por lo cual se descuenta la presencia de dirigentes de su entorno. Además, el Instituto Hannah Arendt, a cargo de la diputada chaqueña, adelantó el horario de un evento para que sus dirigentes puedan llegar con tiempo al Congreso. “El 21 de agosto nos encontraremos en el Instituto a las 19 30 horas para participar de la Marcha Ciudadana hacia el Congreso. #21A”, comunicaron.
Si bien todo el arco de Cambiemos se terminó plegando a la marcha del #1A, el caso del #21A es distinto. La movilización del 2017 se realizó días antes de un paro general de la CGT y luego de un marzo cargado de movilizaciones contra el Gobierno. La consigna era “en defensa de la democracia”, pero había un subterráneo respaldo a la gestión de Macri. La Casa Rosada dudó. Primero esquivó definición y, al corroborar que la presencia en la calle fue masiva, orquestó una celebración de sus principales figuras por medio de las redes sociales.
La marcha por el desafuero de CFK corre por otro carril: el Gobierno no saldrá públicamente a promover o apadrinar una movilización que busca presionar a otro poder del Estado; en este caso el Senado, donde la mayoría opositora responde al Partido Justicialista. Al menos, esa es la postura oficial ante la previa a la convocatoria fijada para las 19.30 de este martes frente a las puertas del Congreso, que semanas después deberá tratar el Presupuesto 2019, que Macri y las principales espadas de la Casa Rosada negocian día a día con los gobernadores y sus legisladores.
También, sucede que el sector que se concentrará este martes no tiene otra representación en la góndola política. Por más que el Gobierno no busque ese rol ni si califique de esa manera, para quienes marcharán al Congreso la fuerza que lidera Macri representa mejor que ninguna otra al antikirchnerismo.
Otro de los principales impulsores del #21A es Ricardo Benedetti que, como señaló el diario La Nación, trabaja dentro de la estructura de Hernán Lombardi en el Sistema Federal de Medios Públicos. Según pudo reconstruir Letra P, Benedetti militaba junto a Patricia Bullrich, pero se fue de mala manera del armado de la ministra de Seguridad, que hace meses fusionó su partido (Unión por la Libertad) con el PRO de Macri.
La movilización cuenta con el apoyo de otras organizaciones, como La Solano Lima, vinculada al peronismo. La agrupación, que supo militar junto al macrista Cristian Ritondo, sostiene que la movilización de este martes es en apoyo al juez Claudio Bonadio, a cargo de la causa de los cuadernos K.