El gobierno de Mauricio Macri respira aliviado y festeja la concreción del rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyo Directorio Ejecutivo resolvió este miércoles 20 de junio, fecha en la que en Argentina se conmemora el Día de la Bandera en homenaje al prócer Manuel Belgrano, convalidar el acuerdo Stand-By de tres años por USD 50.000 millones
La decisión del Directorio permite a la Casa Rosada realizar una compra inmediata de 15.000 millones de dólares mediante la cual Cambiemos aspira a tranquilizar al mercado, agitado desde hace días al calor del alza del dólar. El Gobierno esperaba con ansias la inyección financiera del FMI para controlar el ascenso de la divisa extranjera, que preocupa al gabinete económico, logró eyectar al ex titular del Banco Central -Federico Sturzenegger- y fue tema de conversación de la última reunión de la Mesa Nacional del PRO.
El monto restante del respaldo financiero (USD 35.000 millones) estará disponible a lo largo de la duración del acuerdo, supeditado a exámenes trimestrales a cargo del Directorio Ejecutivo. En rigor, la primera suma será utilizada para contener la corrida cambiaria, encarrillar la economía y recuperar la confianza del mercado que, no respondió como esperaba el macrismo tras la designación de Luis Caputo como titular del BCRA. El préstamo del FMI contempla un ajuste fiscal que golpeará a la obra pública, subsidios, salarios públicos, transferencias a provincias.
El acuerdo con el FMI es rechazado por la oposición política y algunos economistas, pero la Casa Rosada siempre presentó el pedido de auxilio como la mejor opción para sortear la crisis cambiaria y avanzó con las negociaciones. El kirchnerismo y la izquierda reclamaron que el convenio se debata en el Congreso pero fracasaron en forzar una sesión especial en la Cámara de Diputados. El propio Macri calificó al acuerdo como "histórico" y destacó la "confianza" de las grandes potencias en la Argentina, al indicar que durante su presencia en Cumbre del G-7 en Canadá recibió el apoyo de los países líderes.
Además, al regreso de ese viaje oficial aprovechó la presencia de gobernadores y del titular de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, para ratificar el rumbo de su gestión y pedir apoyo político tras el acuerdo suscripto con el Fondo Monetario Internacional. Sin consultar a los mandatarios provinciales, el Presidente construyó un fotomontaje de gobernabilidad mientras sobre su gobierno pesan durísimas críticas a la política económica, merced al alza del dólar, la inflación y el incremento de los servicios públicos.