No se llevan bien y la relación no se encauza ni en tiempos de turbulencia política. La relación entre el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Energía, Juan José Aranguren, inició un nuevo round en el marco de la polémica por el congelamiento de precios a las petroleras. En las últimas horas, los popes de YPF, Shell y Axion iniciaron reuniones para ver cómo hacen para recuperar lo que perdieron por haberse comprometido a congelar por dos meses los precios de los combustibles. Un favor político de los privados al Gobierno en medio de un escenario de inflación desatada. Lo que parecía un pacto de caballeros para frizar los valores y luego autorizar subas paulatinas y compensaciones para recuperar lo perdido se transformó en un dolor de cabeza para más de uno.
Aranguren con las petroleras, al momento de firmar el congelamiento por dos meses.
Mucho tuvo que ver en la historia una jugada de ajedrez de Peña que se contrapuso a lo que planteó inicialmente Aranguren. El ex Shell les había garantizado a las petroleras que, una vez terminado el plazo de congelamiento, se les permitiría subir los precios y compensar proporcionalmente las perdidas. Pero uno de los integrantes de la mesa chica que comanda Mauricio Macri empezó a colar un mensaje que hizo ruido en las empresas. No habría compensación alguna más allá de la posibilidad de subir los precios en surtidores. En paralelo, en las últimas horas, la AFIP movió fuerte, con anuencia presidencial, la actualización del 6,5% del impuesto a los combustibles líquidos. Todo, en el marco del congelamiento de precios, con una devaluación del 24% y una suba importante del barril internacional de referencia.
Esto agitó el avispero en las empresas, que sacaron la calculadora y le llevaron a Aranguren los números de las pérdidas de los últimos dos meses. Según datos provisorios a los que accedió Letra P, en los dos meses de congelamiento, las tres empresas líderes perdieron casi U$S 2.000 millones. Por eso, Aranguren se vio obligado a sentar a la mesa a casi todos los referentes del sector para buscarle una solución al asunto.
El sitio especializado Econojournal, del periodista Nicolás Gandini, la propuesta de Aranguren se centra en un fondo compensador con las empresas que, cuando aumente el precio del crudo, se pondrá un precio de venta menor a la cotización internacional en el mercado interno. Y, cuando el valor global caiga, las petroleras podrán cobrar más para recuperar las perdidas. Además, se implementará un precio medio de U$S 69,75 para el producto que se venda en el mercado interno. Por último, las empresas podrán aumentar 3% por mes en un año, logrando casi un 40% de recomposición en ese período.
La pelea entre Peña y Aranguren viene de larga data, pero el jefe de Gabinete declara en público espantando fantasmas. En medio del tarifazo, aseguró, en una nota con Perfil, que “Aranguren es un gran ministro que está haciendo una tarea patriótica. Le toca el rol antipático de ser la cara de una de las cosas que irritan a todos”. En privado, la cosa es diferente. Aranguren, cuentan en la Rosada, tiene “un carácter especial”, pero su intención de avanzar en cuestiones choca con el manejo que aún tiene Peña en sectores vinculados a la energía, como la petrolera de bandera YPF. Este último capitulo le da cierta razón a Peña: las compensaciones a las petroleras se darían en un momento en el que el Estado decidió sostener el tarifazo vetando las correcciones y el Estado arrancó restringiendo recursos. Un mal escenario para un desembolso millonario, más allá de la promesa que se había estipulado.