Ni Sergio Massa, ni Horacio Rodríguez Larreta, ni María Eugenia Vidal. Ninguno de los que este lunes al mediodía estuvo sentado a la mesa de la parrilla La Brigada ni tampoco sus asesores ni sus funcionarios más cercanos quisieron brindar detalles o datos de lo que estos tres dirigentes charlaron. Sólo el massismo abonó la explicación del encuentro "casual" en ese local de San Telmo. Luego del mitín, todos los involucrados abonaron un pacto de silencio, hasta ahora, no quebrado.
Mientras el foco estaba puesto en el incremento de las tarifas y el mensaje editado del presidente Mauricio Macri sobre el proyecto para frenar los aumentos que se negocia en el Congreso, el líder del Frente Renovador y los gobernadores de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires compartieron mesa. Massa dejó el restaurante cerca de las 15 y, en un breve cruce con Letra P, negó el encuentro, bautizado como "casual" por su equipo de prensa. Minutos antes, Vidal y Rodríguez Larreta habían abandonado el establecimiento.
A lo largo de la jornada, este medio se comunicó con funcionarios y equipos de prensa de los tres dirigentes y ninguna de las más de diez fuentes consultadas negó el encuentro. Todos respetaron el código de silencio de sus líderes y no brindaron detalles sobre el menú ni el diálogo entre el tigrense y los funcionarios macristas.
“No comments", respondió, risueño y en homenaje al ex técnico de la Selección Argentina Alfio Basile, un asesor al ser consultado. La misma línea siguieron de uno y otro lado. Las respuestas ondularon entre risas cómplices y latiguillos como "silenzo stampa".
Durante los primeros dos años de gestión de Vidal, el massismo fue el garante de la gobernabilidad de la mandataria de Cambiemos. El Frente Renovador repitió en la Legislatura bonaerense el mismo rol de socio estratégico que mantuvo, en el mismo período, en el Congreso nacional. En este caso, la relación con el bloque de diputados nacionales oficialistas se quebró luego de las elecciones 2017 y de que el Ejecutivo enviara la reforma previsional.
A su vez, el ex intendente de Tigre mantiene una excelente relación con Larreta, con quien negoció un cargo importante en la Ciudad: quebrada la alianza circunstancial del macrismo con Martín Lousteau -luego de enfrentar a Larreta en las elecciones 2015-, la Ciudad designó al candidato renovador porteño, Matías Tombolini, al frente del Consejo Económico y Social de Buenos Aires (CESBA), que hasta el año pasado estaba en manos de Federico Saravia, hombre del ex embajador en los Estados Unidos.