El presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, bajó a Santa Fe y provocó un temblor de alto impacto hacia las entrañas del Frente Progresista. "En 2019, el radicalismo santafesino en su conjunto tiene que estar en Cambiemos", soltó, firme, en una entrevista que le dio al diario La Capital. Sus dichos fueron gratamente recibidos por algunos rojiblancos pero disgustaron a otros, que consideran que debe continuar y hasta profundizarse la alianza con el socialismo.
Tres son los sectores internos que tiene el radicalismo en la provincia y hay para todos los gustos. Los hay macristas, equilibristas y progresistas. La corriente Universidad es la que decididamente está en Cambiemos y tiene como referente al intendente de la ciudad capital, José Corral. El Movimiento de Acción Radical (MAS) trata, cada vez con mayores dificultades, de mantenerse frentista en la provincia y cambiemista en lo nacional. El presidente del partido a nivel provincial, Julián Galdeano, es su líder. Finalmente, Nuevo Espacio Organizado (NEO) tiene como pilares al vicegobernador Carlos Fascendini y al ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, y es el que con mayor fidelidad defiende al gobernador Miguel Lifschitz y las políticas del gobierno de Santa Fe.
Una vez creado Cambiemos, Corral fue el primero en abandonar el barco del Frente Progresista. Fue el presidente de la UCR nacional y defendió, sin críticas y a capa y espada, las medidas de la Casa Rosada durante su mandato. Aún hoy lo hace. Armó lista de Cambiemos en su ciudad, aunque perdió con el progresismo. Recibió con una sonrisa las palabras de Cornejo y camina hacia su candidatura a la gobernación.
Como una subinterna de la interna, Corral tiene competencia dentro de su propio sector. Porque el embajador argentino en Uruguay, Mario Barletta, también pertenece a Universidad y también quiere sentarse en el sillón más pesado de la Casa Gris. El ex diputado nacional también es fiel a Cambiemos, pero no dudó en mojarle la oreja a Corral cuando le tocó y eligió posar para la foto junto a Lifschitz.
Galdeano es un equilibrista. Ni se mosqueó cuando el macrista Federico Angelini dijo que los radicales tenían que “dejar de cobrar por doble ventanilla”. Hasta donde pueda, el MAS procurará seguir siendo frentista y macrista al mismo tiempo. Aunque con el paso del tiempo y la llegada del 2019, Galdeano está más cerca de los amarillos. Es más, le cuidó las espaldas a Cornejo en su visita a Rosario y el próximo lunes apadrinará la visita de Mario Negri.
“Se termina la relación política entre la UCR y el Frente Progresista tal como lo conocimos”, admitió el diputado provincial este lunes y consideró “razonable” la expectativa de Cornejo. De todos modos, para cuidar y no exaltar el rebaño interno, habló de que el pase al macrismo sea mediante un “debate interno en Santa Fe y no solo con una posición unilateral”. Remarcó además que las críticas de Lifschitz y de su antecesor, Antonio Bonfatti, al presidente Mauricio Macri generan “distancia entre las posiciones” y la apertura de una “grieta local que es muy difícil seguir achicando”.
NEO es todo lo contrario a los dos anteriores. El mismo domingo que se publicó la entrevista a Cornejo envió un comunicado en el que, palabras más, palabras menos, se le pidió al mendocino que no se meta. “Manifestamos nuestro más enérgico rechazo a las declaraciones (…) además de desconocer los más de veinte años de construcción política que le permitieron a la UCR cogobernar la provincia y ser parte de una transformación sin precedentes, constituyen un avasallamiento absoluto del federalismo y de la voluntad de los afiliados santafesinos”, arranca el durísimo texto.
“Invitamos al Presidente del Comité Nacional a que reflexione y respete la voluntad de los afiliados y los cuerpos orgánicos del radicalismo santafesino, que no es más ni menos que su primer deber como autoridad partidaria”, cierra, lapidario.