PRECIOS SIN CONTROL

Las alimenticias a Braun: “El consumo no tira”

Los ejecutivos de Copal le adelantaron al secretario de Comercio que la capacidad instalada del sector está en un 60%. Y hubo recomendaciones cruzadas de “moderación en los precios”.

Con el tipo de cambio en alza y la amenaza del traslado de la devaluación a precios, el sector de los alimentos se transformó en uno de los puntos sensibles que el Gobierno observa de cerca. Las empresas nucleadas en la Cámara Alimenticia Copal (Arcor, Mondelez, Nestlé, Coca Cola, Molinos, entre otras) recibieron este lunes al secretario de Comercio Interior, Miguel Braun, en una reunión a agenda abierta que abordó desde las modificaciones de valores en góndola hasta la competitividad y los problemas del rubro consumo.

 

“El consumo no tira”, le explicaron al funcionario los ejecutivos que participaron por Copal, entre ellos, el abogado e integrante de la Unión Industrial Argentina (UIA) Daniel Funes de Rioja y el jefe de Arcor, Adrián Kauffman Brea. Fue en el marco de un pantallazo sobre el negocio que expusieron los técnicos de la entidad. El dato duro que mostraron es el de uso del capacidad instalada de las fábricas de alimentos: en 2017, el promedio era de 62%, hoy es del 60%, aunque la realidad es heterogénea. Un número habitual en los mejores años del consumo hogareño era más cercano al 80%. La cifra se puso sobre la mesa para vincularla a la discusión por lo que vendrá en materia de precios.

 

Es que las compañías, que en su mayoría ya aplicaron aumentos fuertes, le explicaron a Braun: “Todavía no podemos saber cómo corregir los precios, porque hay otros costos además del dólar”. Se referían al impacto que podrían tener las subas de tarifas, naftas y otros costos no vinculados a los insumos importados. En este contexto, lo que sobrevino es casi un pacto de caballeros para no mover los precios más de lo que están. “Hubo recomendaciones de moderación”, se sinceró ante Letra P un alto ejecutivo de una firma de bebidas. “El mercado está complicado”, agregó el mismo empresario.

 

La evidencia muestra que la caída del gasto familiar empezó a torcer la balanza desde primeras marcas a segundas marcas, además de recorte en cantidades. Por ahora, el factor precios no venía impactando y la demanda se mostraba inelástica, pero las últimas cifras prevén modificaciones.

 

 

 

La consultora Kantar Worldpanel reportó que “las marcas de bajo precio crecieron 3% en volumen en el primer trimestre -en relación al mismo periodo del año pasado-, mientras que las primeras marcas como las propias cayeron igual al mercado de consumo masivo: un 1 por ciento”. Y agregó que “las marcas de bajo precio representan el 20% del gasto en consumo masivo de los hogares argentinos y logran un desarrollo bastante homogéneo en todos los estratos de la población, ya que su participación oscila entre un 17% en el nivel alto y medio hasta un 22% en el nivel bajo inferior”.

 

En este contexto, recalcó que “hay dos segmentos de la población para los cuales las marcas de bajo precio tienen una mayor relevancia: el primero son los hogares sin hijos y el segundo son las ciudades de más de 500 mil habitantes del interior del país. Por ejemplo, en la ciudad de Rosario, 29 de cada 100 pesos gastados por sus habitantes se destinan a marcas de bajo precio, seguida por las ciudades de Córdoba y de Mendoza, con 25 y 24 pesos, mientras que la media nacional es 20”.

 

 

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