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En 2018 debía comenzar el proceso de “competencia convergente” en el sistema de medios nacional. Luego de la saga de decretos con los que la Administración Cambiemos modificó la Ley Audiovisual, la transición hacia una regulación dinámica que contemple el desarrollo tecnológico y mercantil no pasa de promesa. Pero mientras el proceso regulatorio se demora, la oferta se mueve. Y el Estado también.
Si nos enfocamos en la oferta de contenidos audiovisuales, encontramos un mercado que puede ser distinguido por tecnología, regulación y hasta por tipo de propiedad. Hay múltiples actores que cobran por prestar servicios de distribución y/o exhibición (sin excluir la producción, aunque tampoco la garantizan) de series, películas y documentales. Y existe uno muy particular, pues está operado por el estado nacional.
El Gobierno de Cambiemos ha reconfigurado el sistema de medios públicos. El Estado se vio desdibujado como productor y distribuidor de contenidos audiovisuales, rasgo bien intenso durante el gobierno anterior. Pero algunas políticas continúan, a pesar de rediseños estéticos y de modelos de gestión. Ese es el caso de Cine.AR, es la nueva marca de INCAA para todas las plataformas. Nacida bajo el nombre de Odeón durante los últimos meses de la gestión de Cristina Fernández, es la dedicada a ofrecer de forma gratuita, online y a demanda contenidos nacionales: películas, series, documentales y cortos de origen argentino.
Según Santiago Diehl, “Odeón es una respuesta a una combinación de factores. No es necesariamente una reacción desde el Estado a una demanda social, pero sí a la perspectiva de una falencia en la cadena productiva del cine en Argentina. Cuando se creó ya estaba Netflix operando en el mercado. Había varias opciones en consumo on demand. Implicó subirse a la ola del desarrollo con una plataforma propia, un canal propio.”
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Diehl es el creador de Odeón, un proyecto desarrollado en conjunto por el INCAA y ARSAT. Actualmente es encargado de la distribución y comercialización de Cine.ar.
“Su lógica es la de ampliar mecanismos de distribución de contenidos nacionales para democratizar el acceso. Otro de los objetivos era el de federalizar la presencia de contenidos de origen nacional en el Cine. Porque si bien la Política de espacios INCAA es muy interesante, no están en todos lados. Y con la posibilidad de que crezca el acceso a Internet es un modo de hacer llegar cine a todo el país. También podría desarrollar público. Es una falta de la política de cine argentino la de no desarrollar público.”
Odeón/CineAR llegó para convivir con plataformas como Netflix o Qubit. No puede competir con ellos por una lógica de escalas y de presencia territorial. Netflix es un gigante mundial y Qubit, una plataforma con presencia de contenidos nacionales que además ofrece la propia plataforma como desarrollo de otras marcas. Según Diehl, Odeón/CineAR quizá tuvo que adaptarse un poco “pero nuestra lógica no es competir, porque además somos un servicio público”.
Según explica, Odeón fue fruto de un acuerdo entre el INCAA y ARSAT, quien desarrolló toda la infraestructura necesaria y hasta creó un área específica de contenidos dentro de su propia organización. “Primero le puso una persona, luego dos y así creció. ARSAT desarrolló todo. Salvo en el caso de la aplicación para IOS, que se tercerizó”.
Como política pública, “Odeón es resultado de una combinación de procesos y factores notable en áreas del estado que tienen su lógica, su burocracia, su cadena de desarrollo. Pero que también están muy aceitadas en la interacción con el sector privado. Es una lógica muy presente en el INCAA y también en ARSAT” explica. Y agrega que una de las claves fue la gran inversión de parte del Estado. “Hubo decisión política: usar fondos del Tesoro Nacional para desarrollarlo. Eso lo garantizó. Y se expandió de la mano de un socio clave (ARSAT)”.
Como reza en su web, “el diseño, desarrollo, operación técnica y mantenimiento de la plataforma se encuentra a cargo de ARSAT SA, mientras que la selección, puesta a punto y publicación de los contenidos, así como la promoción de la plataforma, es responsabilidad del INCAA, que tiene por objeto la difusión de producciones audiovisuales nacionales, regionales e internacionales, bajo la modalidad de streaming, en todas sus formas y para su acceso a través de distinto tipo de dispositivos.”
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CAMBIOS, CONTENIDOS Y SUSTENTABILIDAD. Con la gestión Cambiemos la principal transformación fue el cambio de nombre. Según Diehl, la decisión de la nueva gestión fue unificar las marcas y los equipos de trabajo de INCAA TV y Odeón, con cierta lógica funcional. Desde 2017, las versiones funcionan en diferentes formas del Audiovisual Ampliado: TV de pago, servicio a demanda abierto y de pago en Internet. Incluso la aplicación está disponible para dispositivos móviles.
CINE AR TV: está disponible en HD en el 22.4 de la plataforma TDA, 640 de Cablevisión, 512 de DIRECTV, 33 de TeleCentro y diferentes cables en todo el país.
CINE AR Play es la plataforma de video a demanda gratuita para ver todos los contenidos nacionales en la web, a partir del registro mediante usuario y contraseña.
CINE AR estrenos: sirve para ver estrenos de cine nacional mediante un alquiler online de las películas argentinas en cartelera desde cualquier dispositivo.
Tal como define su propia web, el usuario accede a la plataforma a través de su cuenta por medio de una contraseña. El uso y acceso de la cuenta es estrictamente personal. Pero se pueden crear hasta cuatro perfiles por usuario. Incluso distinguir entre adultos e infantiles.
En el caso de Cine.Ar Estrenos, además se debe completar la información solicitada por los medios de pago. Para el TVOD, el usuario goza de 15 días corridos desde la confirmación de alquiler para poder hacer uso. Pasado ese tiempo se requiere un nuevo alquiler. Una vez que el usuario inicia la reproducción (da “play”) por primera vez, tiene 48 horas para ver -cuantas veces quiera- el contenido. Pasadas estas 48 horas, el contenido caduca.
El servicio clasifica las producciones en películas, series, cortos, especiales y estrenos. Y por género reconoce “comedia”, “drama”, “policial”, “documental”, “infantil”, romántica, “clásicos”, “musicales”, “terror”, “suspenso” y “deportes”. Luego ofrece sus contenidos con lógicas similares a los servicios comerciales: “series para maratonear”, “porque vista tal film”, “lo más visto”, entre otros. Los films (largos, cortos, documentales) son todos los producidos con financiamiento del INCAA. La lista ofrece más de 700 films y 500 horas de más de 70 series que incluyen clásicos exhibidos oportunamente en canales 13, Telefé, América y la TV Pública, producidos por estos canales y/o productoras autónomas, además de las que se generaron con el desarrollo de la TDA y en acuerdo con el INCAA desde 2010 en adelante. Pueden verse allí desde éxitos como “El Hombre de tu vida” (Telefé, 2012) o “Vientos de Agua” (Canal 13, 2006) hasta una lista larga de series inéditas en la TV y las producidas por la Universidad de Tres de Febrero.
El sector del cine lo toma como un espacio propio. Y, a pesar de que muchos pensaran que Odeón no se realizaría por el contexto -las elecciones de 2015-, la decisión política se mantuvo y su lanzamiento pudo concretarse. De hecho, al momento de la inauguración, el contexto contribuyó a su repercusión. Su presentación sucedió en la primera aparición pública de Cristina Fernández luego del ballotage con el que Mauricio Macri se convirtió en presidente electo.
Respecto del financiamiento, luego de aquel aporte inicial del Tesoro Nacional para la puesta en marcha del proyecto, los gastos de contenidos se cubren con fondos del INCAA, mientras que ARSAT se encarga de las erogaciones en tecnología y desarrollo. Según expresaba en 2016 Haiek entrevistado por Sebastián de Toma, “no tenemos alianzas puntuales con productoras, pero hablamos con todas ellas en la medida en que les interese sumarse a Odeón. El producto Odeón se nutre de contenidos principalmente gracias a las políticas de fomentos que dan lugar, tanto en cine como series, al derecho de exhibición por los medios del INCAA. El resto de la programación se adquiere al sector privado”.
En palabras de Diehl, la sustentabilidad de un proyecto así está dada por la cuestión de ampliar el acceso de contenido nacional a todo el territorio. No por el hecho de monetizar sus contenidos. De hecho, en el proyecto original aparecía la idea de cobrar un abono, pero a la dificultad de implementarlo (por cuestiones de logística y del propio mercado) se sumó la cuestión de ser un servicio público.
“Luego apareció la cuestión de cobrar por los estrenos al precio de lo que cobra la entrada el Gaumont. Pero, para establecer esos ingresos, hubo que desarrollar mecanismo, acuerdos con el sector privado y cuestiones difíciles para el propio estado”, define.
Los números de CineAR a comienzos de abril de 2018 muestran una cantidad de usuarios creados cercano al millón (946.365) con un alto porcentaje de “verificados” –son los que responden el correo luego de generar el usuario- (754.216). Según fuentes oficiales, la cantidad de horas visualizadas es de 4.343.943. De ellas el 39,32% son Largometrajes; 54,12% series y 6,56% de Cortos. La cantidad histórica de usuarios con visualizaciones ya son más de 500.000. El segmento “estrenos” acumula un total de más de 11.000 alquileres en los primeros 11 meses de vida. Esto da un promedio de 1.000 alquileres por mes a un valor de $30 cada uno. Se constata, de este modo, la consolidación de una nueva pantalla de exhibición, pues el uso se mantiene e incluso crece con el tiempo. Es, además, una nueva ventana de generación de ingresos para el contenido audiovisual generado con dinero público.
“Nuestro modo de contabilizar usuarios reales es el de contar a partir de que responden el correo identificando una vez que se registran en la página. Hay una diferencia importante entre la cantidad de registrados y de usuarios plenos de la plataforma, pero ésta no para de crecer. Respecto del target de usuarios también es sorprendente porque muchos son mayores de 40, 50 y 60 años. En eso es muy diferente respecto del público objetivo que esperábamos” comenta su creador.
Según explica Diehl, la pasarela de ingresos implica un problema de difícil resolución. “Resolver un nuevo mecanismo de ingresos, cobrar por internet este tipo de servicios novedosos, es un dilema para el Estado. Además, se opera con jugadores de un mercado muy dinámico, con ciertas capacidades de imponer las reglas y de relacionarse de modo diferente con el Estado. Los proveedores tienen lógicas diferentes, algunos cobran adelantos, otros no, es una suma de dificultades y no solamente técnica.”
En materia de pendientes y objetivos futuros, se destaca la necesidad de generar mecanismos para expandir ventanas de distribución y exhibición al mundo. Una de ellas podría materializarse con la expansión de CineAr Internacional. Esto fue anunciado por el presidente del INCAA, Ralph Haiek, y su homólogo –por entonces- de ARSAT, Rodrigo de Loredo (quien debiera renunciar por ser familiar de un ministro) como parte de las actividades especiales de la 32ª edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. El Catálogo Internacional de CINE.AR PLAY cuenta con más de 150 títulos nacionales que se pueden ver en forma gratuita en todo el mundo.
En definitiva, esta fórmula quizá contribuya a que crezca el valor simbólico pero también el material del Audiovisual Ampliado de capital nacional.