#8M

La lucha que disimula la grieta

Miles de mujeres marcharon desde Plaza de Mayo hacia Congreso para pedir por la despenalización del aborto, la paridad salarial y el fin de la violencia machista. Presencia de todos los partidos.

Una marea verde rodea el Congreso Nacional. Emerge de los subtes, desciende de los colectivos, ocupa plazas, calles y avenidos. Son las decenas de miles de mujeres que otros 8 de marzo gritaron “basta de femicidios” y este 2018 marcharon con sus pañuelos en sentido contrario al tradicional para exigir, de manera casi unánime, la despenalización del aborto, un tema que al Cámara de Diputados comenzará a debatir en las próximas semanas, en un hecho histórico para la democracia.

 

Al revés de lo que sucede en Buenos Aires desde aquel 3 de junio, cuando bajo el lema “Ni Una Menos” miles de mujeres se lanzaron a la conquista de las calles para protestar contra la violencia machista, y caminaron desde el Congreso Nacional hacia la Plaza de Mayo, este #8M, la movilización comenzó frente a la Casa Rosada en dirección hacia el Palacio Legislativo, hoy epicentro del debate por la despenalización del aborto, que cruza transversalmente a todos los partidos políticos y tiene el impulso de oficialistas y opositores.   

 

 “Estamos acá porque construimos juntas un segundo Paro Internacional feminista. Paramos contra los despidos, el ajuste del Gobierno y por aborto legal, seguro y gratuito”, arengó la periodista feminista Liliana Daunes desde el escenario montado de espaldas al Palacio Legislativo, sobre la Plaza de los Dos Congresos.

 

 

Daunes fue la encargada de leer el documento final, consensuado por las organizaciones de mujeres. La periodista estuvo acompañada por la ex diputada y legisladora Myriam Bregman y por Nora Cortiñas, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.  El texto tuvo un fuerte contenido político e hizo eje en los temas que se vieron reflejados en cientos de carteles y pancartas que agitaron cientos de mujeres y organizaciones sociales y políticas a lo largo de Avenida de Mayo: paridad salarial, aborto legal y repudio a la violencia machista.

 

 

 

Pese a que avaló el comienzo del debate en el Congreso, el presidente Mauricio Macri también fue blanco de las críticas. El ya clásico cantito de repudio que se replica en canchas de fútbol y otros espectáculos públicos, también sonó en la marcha. La denuncia contra el ajuste y los despidos se multiplicó entre las voces de las mujeres representantes de organizaciones de trabajadoras. 

 

 

 

“Nuestra fuerza callejera empujó a este momento histórico en el que el derecho al aborto legal seguro y gratuito exige ser tratado en el Congreso. Nos declaramos en alerta y movilizadas frente al uso oportunista del sistema político de nuestro histórico reclamo”, leyó Daunes, que anunció una concurrencia de 500 mil manifestantes. La periodista también mencionó el pedido de “provisión y producción pública de misoprostol – el fármaco que se utiliza para la interrupción voluntaria del embarazo -  y que la ANMAT lo reconozca por su uso ginecológico”, además de la necesidad de que  “se implemente sin restricciones el protocolo de aborto no punible”.

 

Abajo del escenario aplaudían miles de chicas adolescentes, estudiantes, jóvenes con sus hijas pequeñas, adultas mayores, grupos pequeños de amigas, activistas, trabajadoras en lucha, decenas de miles de mujeres que se movilizaron de manera inorgánica o con asociaciones, sindicatos y organizaciones sociales. La presencia masculina fue menor.

 

 

 

De manera dispersa, en pequeños grupos, se sumaron dirigentes políticos de distintos espacios. Los diputados del Frente para la Victoria Agustín Rossi, Cristina Álvarez Rodríguez, Mayra Mendoza, Daniel Filmus, Mónica Macha y Roberto Salvarezza, entre otros, salieron desde el Congreso hacia la Plaza a media tarde. Se sumó la ex jefa del bloque kirchnerista Juliana Di Tullio.

 

La referente del Frente Renovador Malena Galmarini marchó junto a su madre, Marcela Durrieu, y a su hija, Milagros. La diputada radical Josefina Mendoza se movilizó con la agrupación de mujeres de la UCR.

 

 

 

Con ruidazo, huelga y una marcha masiva, la Ciudad de Buenos Aires se hacía eco de la movilización que inundó las calles de 57 países del mundo, bajo la consigna "Si nosotras paramos, el mundo para". “La marea feminista sigue creciendo como una fuerza internacionalista”, celebró Daunes.

 

"Exigimos que el trabajo doméstico y reproductivo que realizamos las mujeres de forma gratuita sea reconocido en su aporte como valor económico”, apuntaba el documento, en el capítulo referente a la paridad salarial.

 

 

 

El discurso también dedicó un párrafo a la violencia femicida, que sigue cobran víctimas, a la que agregó los travesticidios. “Basta de femicidios y travesticidios: el machismo, la misoginia y el odio hacia mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis y trans nos matan", leyó Daunes, que agregó: “Este año desnaturalizamos las violencias sexuales, ya no nos callamos más”.

 

Una mujer mayor, acompañada por su marido, buscaba un puesto para comprar un pañuelo verde, símbolo de lucha por la despenalización del aborto. “No hay más, señora, se agotaron”, le respondió una chica que charlaba en ronda con sus amigas. “Qué bien, chicas, qué bien”, sonrió.

 

Temas
Nicolás Massot, de Encuentro Federal, uno de los protagonistas del debate del presupuesto.
Miguel Fernández y Pablo Domenichini, adversarios en la UCR bonaerense. 

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