BIO. Nació el 1 de abril en 1983 en San Martín, provincia de Buenos Aires. Estudia Ciencia Política en la Universidad de San Martín. Empezó su militancia en el colegio secundario, cuando se organizó junto a un grupo de compañeros para lograr que la provincia aumentara las raciones de comida que enviaba a la escuela, luego de que un compañero se desmayara por problemas de alimentación. De allí pasó a militar en el Barrio Las Tunas, Tigre, donde se integró al MTD Evita, que después se convertiría en el Movimiento Evita. Fue responsable de la JP Evita y en 2011, con 27 años, entró a la Cámara de Diputados como parte de la lista del Frente para la Victoria, que llevó a Cristina Kirchner como candidata a presidenta. Fue reelecto en 2015. En junio de 2016, el Movimiento Evita rompió con el Frente para la Victoria y formó su propio bloque, Peronismo para la Victoria, que desde entonces preside Grosso.
-La última sesión de Diputados terminó en un escándalo, a la madrugada, cuando Cambiemos y un sector del peronismo se levantaron del recinto y la dejaron sin quórum. ¿Qué lectura hace sobre lo que pasó?
-Pensé que no se iban a animar a romper el acuerdo de labor parlamentario porque ellos han hecho del respeto institucional una bandera. Pero la verdad es que cuando llegaron a tener la responsabilidad de conducir las instituciones, quedó en evidencia que hacen un desastre y la metodología que usan. Dictan un decreto que levanta el avispero, obligan a la negociación, cierran con un grupo reducido de diputados que les alcanza para tener el quórum y los votos y después se llevan puesto a todo el resto. Han roto todos los códigos dentro del Parlamento: el acuerdo de labor, que es institucional, la confianza de todos los bloques opositores. Nosotros votamos en contra pero hay un código construido a partir del funcionamiento de la Cámara. Creo que hay una intencionalidad de que el Congreso no funcione este año.
-¿Qué le hace pensar eso?
-Tuvieron dos estrategias. Una es haber planteado una agenda transversal, que no permita catalizar a toda la oposición frente a ellos. Es una agenda que genera conflicto adentro de todos los bloques, no de todos los bloques contra ellos, como el aborto o el Código Penal. Son todas cuestiones discutidas en el conjunto de la sociedad y que no está claro que permitan la articulación de la oposición. Inclusive ellos mismos tienen sectores a favor y en contra. Sin dudas hay que tomar esos temas y tratar de avanzar, pero no implica no entender que ahí hay una estrategia por parte del Gobierno. Y por otro lado han dinamitado la posibilidad de tener sesiones ordinarias.
"Cambiemos tuvo dos estrategias. Una es haber planteado una agenda transversal, que no permita catalizar a toda la oposición frente a ellos. Es una agenda que genera conflicto adentro de todos los bloques, no de todos los bloques contra ellos, como el aborto o el Código Penal (...) Y por otro lado han dinamitado la posibilidad de tener sesiones ordinarias."
-En 2017 no hubo ninguna.
-No, y eso es intencional. Tiene que ver con la idea de no permitir que se les meta un tema que permita articular a la oposición. Si nosotros lográramos mayoría en alguna comisión para tratar, por ejemplo, el congelamiento de tarifas, y hubiera sesiones ordinarias, lo podríamos llevar al recinto.
-Para que la oposición pueda articular algo en conjunto necesita del interbloque Argentina Federal. Sin embargo, claramente ese sector del peronismo articuló con Cambiemos en las últimas sesiones.
-Eso no invalida que los gobernadores acuerden con el congelamiento de tarifas o con la posibilidad de llevar adelante la ley de alquileres. Si es una iniciativa de la oposición puede haber una articulación. Pero este juego que hace el oficialismo, de plantear solo sesiones extraordinarias, con el temario que ponen ellos, atenta contra la herramienta que podría usar la oposición para instalar algunos temas.
-¿Cómo evalúa la posición del peronismo que responde a los gobernadores en esta idea de articulación?
-Está claro que el Gobierno pone las condiciones, entonces nunca hay libertad de elección absoluta. Con la reforma o el saqueo previsional la reforma estaba presentada de antemano: te doy los recursos para la provincia si los puedo sacar de acá. Los gobernadores iban a poder pagar los sueldos si votaban la ley. Eso es una extorsión concreta, no un debate parlamentario. Y después cada bloque toma una posición política. Ellos tendrán que hacer una evaluación del rol que están jugando y después la población hará una valoración de cuál fue la tarea de cada uno acá adentro.
-¿Cómo influye la interna del Congreso en el proceso de unidad que está tratando de encarar un sector del peronismo?
-El debate adentro de la Cámara retrasa el proceso de unidad. Hay una posición, sobre la que hablábamos recién -del interbloque Argentina Federal- y también existe otra posición, que es la de construir la minoría permanente. Esa posición también retrasa. La colaboración permanente y la minoría permanente en el Congreso son dos posiciones que retrasan el proceso de unidad.
La colaboración permanente y la minoría permanente en el Congreso son dos posiciones que retrasan el proceso de unidad.
-Con lo de minoría permanente se refiera al kirchnerismo.
-Podría ser, sí. Esto de plantear que tenés la razón y construir iniciativas que van a la derrota fue una discusión durante dos años muy intensa. Nosotros tuvimos esa discusión con el Frente para la Victoria y fue uno de los motivos por los cuales decidimos hacer nuestro propio bloque. Para nosotros el camino de la unidad no hay que buscarlo en el Congreso, hay que buscarlo en la calle. Y la demostración fue diciembre. La calle, los movimientos sociales, la CGT convocando un paro, los movimientos políticos, generaron la articulación de la oposición. Creo que hay algo más profundo, que tiene que ver con el diagnóstico de cuál es la crisis que está atravesando el campo popular, que no solo está vinculada a la derrota electoral de 2015, sino a la falta de interpelación por parte del campo popular a los procesos nuevos que se viven en la Argentina.
-¿Por ejemplo?
-El movimiento de mujeres, los movimientos sociales. ¿Qué expresión de esos dos movimientos hubo en las fotos de unidad del peronismo? Ninguna. Entonces hay un problema más profundo. ¿Cuál es la propuesta de las fotos de la unidad del peronismo con respecto al futuro? Ninguna.
-¿No cree que también hay una estrategia del Gobierno de mantener al peronismo discutiendo el kirchnerismo?
-Sí, y ahí están desafiando nuestra inteligencia. Tenemos que ver cómo desarrollamos una estrategia que sortee el planteo que nos hace el Gobierno y que empiece a plantear cosas que interpelen a la sociedad directamente. Nunca vamos a construir un proceso de unidad desde el Parlamento. Lo vamos a construir primero en la calle.
-En estos dos años, Cambiemos ha sabido dialogar con algunos movimientos sociales. El Movimiento Evita trabaja con la ministra Carolina Stanley. Sacaron la ley de emergencia social, por ejemplo.
-Que son una derecha moderna, inteligente y pragmática no tengo duda. Pero nosotros el proceso de emergencia social no lo logramos dialogando. Lo conseguimos en la calle. Arrancamos el 7 de agosto y la ley se sancionó el 14 de diciembre, en un proceso de movilizaciones enorme y después cortamos toda la Argentina para que se promulgue la ley. Movilizamos nosotros, con la CGT, fuimos a ver a todos los bloques políticos, articulamos con el kirchnerismo, con el bloque de Victoria Donda, con el massismo, pedimos una sesión especial que obligó al Presidente a meter la ley en el temario.
-En la experiencia del macrismo en la Ciudad se ve que ha conseguido la fidelidad electoral de los sectores menos favorecidos. ¿No existe el temor de que venga a desplazar al peronismo de un espacio que consideraba propio?
-Creo que es imposible, porque el modelo económico que llevan adelante excluye a esos sectores. Nosotros logramos reducción de daños, si se quiere. Ellos están haciendo un proceso de transferencia de recursos de los sectores populares a la economía concentrada que es inmenso, pocas veces visto. Incorporando, además, el endeudamiento masivo de la Argentina como Estado, y de la población.
-Volviendo al Congreso, ¿cómo explicaría el camino que hizo su bloque desde que dejaron el Frente para la Victoria, en 2016, hasta ahora, que articulan de manera casi permanente?
-El debate fue alrededor de construir mayorías circunstanciales o minorías intensas. Y nosotros creíamos que en el Parlamento la política era construir mayorías circunstanciales para frenar las medidas de Macri contra los sectores populares o generar iniciativas que conquisten derechos, como fue la emergencia social o la ley antidespidos. Nosotros nos mantuvimos en esa línea.
"Está la maduración de las discusiones. Al principio parece todo de vida o muerte. Hay diferencias políticas y las vamos llevando de distintas formas. Inclusive hubo un aprendizaje de los sectores del peronismo tradicional en articular con la izquierda. El proceso en el que se fue amalgamando la oposición tiene que ver en el transcurso de estos dos años."
-Pero en los primeros dos años nadie quería votar nada con el kirchnerismo. ¿Cambió el bloque o las circunstancias?
-Hubo un cambio de coyuntura en general. Los distintos sectores se fueron dando cuenta de que construir mayorías circunstanciales les permitía a todos hacer política y permitía poner el acento en las cosas que hace Macri mal. Y después está la maduración de las discusiones. Al principio parece todo de vida o muerte. Hay diferencias políticas y las vamos llevando de distintas formas. Inclusive hubo un aprendizaje de los sectores del peronismo tradicional en articular con la izquierda. El proceso en el que se fue amalgamando la oposición tiene que ver con el transcurso de estos dos años. El proceso fue medio traumático para todos los sectores. Pero diciembre es un antes y un después, aunque el Gobierno haga como que no existió.
-¿La serie de reuniones que vienen teniendo dirigentes de distintos espacios del peronismo va a terminar en la unidad para 2019?
-Me parece que es una construcción que hay que hacer. Por lo menos hay que intentarlo. Construir una alternativa a este Gobierno es una obligación del conjunto opositor. No es cualquier gobierno ni cualquier plan económico el que está implementando. Hay un nivel de gravedad particular a partir de las características que tiene este Gobierno y los intereses que representa. De ahí para adentro no sé cómo es. Si nos encerramos en un estadio y nos decimos de todo, no sé.
-Da la sensación de que la discusión se traba cuando llega al punto sobre qué lugar debería ocupar Cristina.
-Hay que discutir los egos de los dirigentes, la responsabilidad histórica de los dirigentes, la posibilidad de debatir futuro.
-Pero cuando termina el camino de las reuniones de unidad, llega el tiempo de definir las listas. ¿Usted dónde ubicaría a Cristina en 2019?
-No creo que tenga la posibilidad de decidir eso.
-¿El Movimiento Evita va a ser parte de una lista en la que esté el kirchnerismo o no?
-El Movimiento Evita va a ser parte de una alternativa si es posible que le gane a Macri. Si no es posible ganarle a Macri vamos a ver qué hacemos.
-Es decir, van a formar parte de una lista de unidad si están todos los sectores.
-Ninguna partecita le gana sola a Macri. Ya está, ese es el resultado de la última elección. No es a ver quién tiene el espacio más grande, eso está claro, nadie lo negó nunca.
-Que el kirchnerismo tiene el lugar más grande.
-Eso no hay dudas. Pero la discusión no era esa. El problema es que eso no puede ordenar la política porque no alcanza. Todo esto deja afuera a sectores que no salen en la foto: los movimientos sociales, los sectores progresistas, los no organizados partidariamente. Nosotros tenemos que lograr el proceso de reagrupamiento del campo popular.
-El Movimiento Evita va a ser parte de una alternativa si es posible que le gane a Macri. Si no es posible ganarle a Macri vamos a ver qué hacemos.
-Es decir, van a formar parte de una lista de unidad si están todos los sectores.
-Ninguna partecita le gana sola a Macri. Ya está, ese es el resultado de la última elección. No es a ver quién tiene el espacio más grande, eso está claro, nadie lo negó nunca.
-Que el kirchnerismo tiene el lugar más grande.
-Eso no hay dudas.
-¿Cree que la estrategia electoral que tuvo el Movimiento Evita en 2017, acompañando a Florencio Randazzo, fue la correcta?
-Estoy convencido de que la discusión que dimos a partir de la estrategia electoral era la correcta. Los resultados electorales corroboraron eso. Si nosotros no construíamos una arquitectura electoral distinta, íbamos a perder. Sabíamos que una PASO entre Randazzo y Cristina tenía un resultado más que cantado. Estábamos dispuestos a caminar ese proceso. Pero esa discusión no estuvo en el momento. Hoy parecería ser que todo el mundo quiere ir a las PASO. Bueno, entonces valió la pena.