

Más allá de los datos de inflación que se conocen mes a mes, de lo que acaba de difundirse sobre febrero y de lo que ocurra en lo sucesivo, la realidad profunda es que estamos inmersos en un régimen inflacionario superior al 20% anual y que esto responde a razones eminentemente macroeconómicas y fiscales.
El Banco Central no tiene condiciones, por sí mismo, de modificar ese escenario porque el mismo no se debe a simples cuestiones de expectativas.
Todos los meses hay un tema que explica el dato duro del aumento de los precios, ya sea por tarifas, por impacto del tipo de cambio u otros. Pero lo cierto es que esos hechos son, si no anécdotas, al menos la gota que termina de rebalsar el vaso.
Mi pronóstico es que el 10 de diciembre, cuando esta administración esté cumpliendo tres años, la tasa de inflación interanual va a ser superior al 20%. No puede saberse todavía si finalizará en el 21, el 22 o el 23%, pero da la impresión de que no podrá perforar el piso del 20.
Hay que tener en cuenta que no es cierto, como se dice, que el ajuste de las tarifas de servicios públicos esté finalizando. Por un lado, en lo nominal deberá seguir efectuándose para que no vuelvan a atrasarse en relación con la inflación. Y, por el otro, hay aún actualizaciones pendientes en electricidad, en gas y, lo que sigue más rezagado, en transporte.
Sin embargo, no hay que quedarse en ese tema: si el índice de inflación de los últimos 12 meses es del 25%, al excluirse los incrementos tarifarios da 22%. Estos son los números oficiales.
La conclusión es que el programa de estabilización hacia una inflación declinante quedará para un segundo mandato de Mauricio Macri. El primero deberá ser considerado como un régimen de transición, de cambios en los precios relativos y de algunos avances en materia de tipo de cambio y tarifas.
La inflación del primer mandato macrista no será muy distinta a la del segundo de Cristina Kirchner. Pero, eso sí, sin controles, sin un Guillermo Moreno, lo que constituye una buena noticia.
El verdadero mérito de esta gestión es haber abordado el ajuste de tarifas. El desafío si lo terminará de concretar con o sin atraso cambiario.