Detrás de escena. plata dulce

La pista kuwaití offshore en una obra de Vidal, con garantía Caputo

El Fondo árabe que también financió a San Juan. Su emisario figura en los Paradise Papers. La dinastía de ese país, en los Panamá Papers. El FIFA Gate, un escándalo compartido.

En tiempos donde el escándalo offshore se filtra en diversas oficinas de la administración macrista, con Luís Caputo como uno de los protagonistas, su ministerio, el de Finanzas, firmó días atrás la garantía de la Nación que habilita el otorgamiento al Estado bonaerense de un financiamiento por U$S 51 millones –a una tasa anual del 2,5%- proveniente del Fondo Kuwaití para el Desarrollo para el Desarrollo Económico Árabe, que tuvo como principal emisario en la firma del convenio a Ghanem Sulaiman Al-Ghenaiman, quien aparece en los Paradise Papers por haber integrado once entidades offshore radicadas en la guarida fiscal de Bermudas.

 

 


“El primer crédito bilateral que la Provincia obtiene en 17 años”, tal como se presentó en la administración vidalista, será destinado a la construcción de una planta potabilizadora en La Plata, Berisso y Ensenada y fue rubricado por el jefe de Gabinete de Finanzas, Pablo Quirno; el ministro de Economía bonaerense, Hernán Lacunza, y Al-Ghenaiman, director general de Inversiones de dicho fondo estatal de Kuwait, el cual posee personería legal autónoma e independencia administrativa y financiera, pero opera bajo la completa supervisión del primer ministro de turno, cargo que siempre es ocupado por un miembro de la dinastía que hace más de 250 años lleva las riendas de este país árabe que obtuvo su independencia del Reino Unido en 1961: los Al-Sabah.

 

 

Socia estratégica de Estados Unidos en Oriente Medio, esta potencia petrolera es regida por una familia que resultó ser una fuerte jugadora del planeta offshore. Según el Süddeutsche Zeitung, periódico alemán que impulsó la investigación de los Panamá Papers junto con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), de las 73 offshore ligadas a miembros de familias reales de diversas partes del globo, 27 de ellas cuentan con integrantes de la Casa Al-Sabah, algunas creadas en la década del 70 y ya inactivas y al menos tres aún activas al momento de publicadas las revelaciones.

 

Con los datos difundidos en noviembre del pasado año en los Paradise Papers, a partir de las filtraciones de documentos mayormente provenientes del bufete de abogados Appleby –especializado en el armado y la administración de offshore complejas-, las huellas del emirato kuwaití en estas estructuras societarias se acrecentaron, esta vez con asiento en las islas Bermudas –orbitadas por el Reino Unido.

 

Y aquí es donde aparece Ghanem Al-Ghenaiman, conectado a once compañías creadas -y ya desactivadas- bajo la denominación “StarVest”. La última de ellas figura incorporada en 2011. La primera, en 1991, un año trascendental en la historia kuwaití, cuando se produjo la guerra del Golfo Pérsico desatada tras la invasión del ejército iraquí de Sadam Husein a Kuwait y en la que intervino a la cabeza Estados Unidos en coalición con otros países que también enviaron tropas, entre ellos, Argentina. "StarVest Growth Fund Ltd.", incorporada el 28 de junio de 1991 y desactivada en marzo de 2014, contaba con Al-Ghenaiman en el directorio comandado por un Al-Sabah, Abdullah.
 

 

MÁS ALLÁ DE LAS OFFSHORE. Licenciado en contabilidad (Universidad de Kuwait) y con un posgrado en negocios internacionales (Oregon, EE.UU.), Ghanem Al Ghunaiman se presenta como un experimentado jugador del campo de la cartera de valores, inversiones alternativas, administración de fondos de capital, planificación estratégica, administración de activos y asignación. Director general adjunto de Inversiones en Kuwait Fund for Arab Economic Development (Kfaed), Al Ghunaiman es responsable de la estrategia de “asignación de inversiones y el despliegue de capital para las actividades de inversión del Fondo a nivel mundial”.
En su legajo empresarial –oficial- figura como director no ejecutivo e independiente en Al Jazeera Steel Products Company en Omán y director independiente en AVIVO Group en Dubai, uno de los grupos de atención sanitaria líderes de la región. También aparece como miembro de la junta directiva del Fondo Vision Al Khair GCC, que es un fondo abierto de Shariah establecido en el Sultanato de Omán.

 

En otra de las sociedades, “StarVest Dislocation Fund III Ltd.”, Al-Sabah y Al-Ghenaiman compartieron directorio, entre otros, con Fawaz Al-Mubaraki, CEO de Wafra Investment Advisory Group, Inc., firma con asiento en Estados Unidos que ofrece una amplia gama de servicios de inversión que incluyen capital privado y deuda pública, finanzas islámicas, bienes inmuebles y activos reales. Wafra es propiedad del Instituto Público de Seguridad Social de Kuwait.

 

Pero los rastros que en estas offshore se advierten de representantes del fondo que le otorgó el reciente crédito a Vidal no se limitan al emisario que rubricó el acuerdo con Lacunza en el ministerio comandado por Caputo. El 21 de mayo de 2001, Al-Ghenaiman y otro directivo de StarVest Growth Fund Ltd. renunciaron a la entidad para ser reemplazados por Imad Al-Naqib –por entonces, director de portfolios externos en el departamento de inversiones del Fondo Kuwaití para el Desarrollo para el Desarrollo Económico Árabe- y Meshal Al-Othman, quien sirvió como oficial de inversión del mismo fondo.

 

Según consta en la base de datos del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, entre las direcciones que registró Al-Ghenaiman en estas sociedades offshore, figura la del propio Fondo Kuwaití, mientras que en otra compañía registrada en Bermudas, "StarVest Dislocation Fund IV Ltd.", fija domicilio en el piso 41 del 345 de Park Avenue, en New York, la misma dirección en la que se emplaza Wafra Investment Advisory Group, Inc., una de las ramificaciones de Wafra Group, que aparece en la base de datos del ICIJ orbitando StarVest.

 

Con cargos en los puestos de relevancia, la familia Al-Sabah también atravesó turbulencias recientes en el poder, tal como la que se advirtió en diciembre de 2011, cuando una creciente ola de protestas con acusaciones por irregularidades en la administración central llevó a que el emir Sabah Al-Ahmad Al-Yaber Al-Sabah –quien define el gabinete- aceptase la renuncia de todos los miembros del gobierno.


SAN JUAN, CON NEXO SANTAFESINO. Aunque por parte de la cartera de Finanzas no tuvo la difusión que sí le dio al crédito concedido a la administración vidalista, el Fondo Kuwaití, a través de Al-Ghenaiman, también firmó por estos días un financiamiento por 50 millones de dólares a la provincia de San Juan, a una tasa del 2% anual, para la financiación del Acueducto Gran San Juan.

 

En la rúbrica del crédito estuvo presente el gobernador sanjuanino, Sergio Uñac, quien días más tarde anunció el financiamiento de los 50 millones de dólares restantes para la realización de dicha obra. Éste último monto también proviene de medio oriente, puntualmente del Fondo OFID de Arabia Saudita. Para éste crédito, Uñac agradeció las gestiones del gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz.
 

 


La administración socialista santafesina es una de las precursoras en estrechar lazos tanto con los saudíes como con los kuwaitíes. Uno de los antecedentes centrales se fija en el crédito por 50 millones de dólares que el Fondo Kuwaití para el Desarrollo Económico Árabe avaló al gobierno por entonces comandado por Antonio Bonfatti para la realización de un acueducto. Sin embargo, el préstamo se mantuvo trabado durante dos años al no contar con la venia del gobierno de Cristina Kirchner -quien estuvo en Kuwait en 2011 en busca de inversiones-, en tiempos en que la administración central no autorizaba el endeudamiento de las provincias. Tras una serie de largas gestiones, finalmente se dio luz verde.  

 

FIFA GATE. Pero la revelación de entidades offshore en guaridas fiscales no es la única polémica que imprime nombres kuwaitíes y argentinos. El FIFA Gate, el caso de corrupción que envuelve a la entidad madre del fútbol mundial, comparte protagonistas de ambos países.

 



Alejandro Burzaco, ex CEO de TyC implicado en el FIFA Gate.
 

 

En lo que refiere a los personajes de nuestro país, el más significativo es el caso de Alejandro Burzaco, ex CEO de TyC acusado de pagar millonarias coimas a dirigentes de la Conmebol por derechos de televisación, algo que confesó ante la Corte Federal de Brooklyn, además de desplegar una batería de acusaciones de cobro de coimas, en las que incluyó al fallecido ex presidente de la AFA, Julio Grondona, afirmando que éste recibió un millón de dólares para votar por la realización del mundial 2022 en Qatar.

 

Se espera que Burzaco sea juzgado en mayo de este año en este caso en el que se ve envuelto desde mediados de 2015, cuando, tras escaparse de una redada en Zurich –donde estalló el escándalo-, se entregó en Nueva York, donde cumplió arresto domiciliario por 19 meses tras el pago de una fianza de U$S 20 millones. Luego, post pago de otra fianza, se le otorgó la libertad condicional. El principal recaudador del dinero para colaborar en el pago de la fianza fue su hermano, el actual secretario de Seguridad de la Nación, Eugenio Burzaco, quien, según detalló en su momento Perfil, contactó a políticos y al menos tres empresarios nacionales para que hicieran sus aportes.

 

Del lado de Kuwait, este caso salpica a una de las figuras políticas más activas de la dinastía reinante: el Sheikh Ahmad Al-Fahad Al-Sabah, mandamás del Comité Olímpico Asiático (COA) desde 1991 y uno de los promotores de la candidatura del hoy presidente de la FIFA, Gianni Infantino.
 

 

Sheikh Ahmad al-Fahad al-Sabah de Kuwait, un jugador fuerte dentro del Comité Olímpico Internacional. Renunció a la FIFA tras ser denunciado de entregar coimas.

 


El ex presidente de la Federación de la pequeña isla de Guam y ex miembro del comité de auditoría de la FIFA, Richard Lai, se declaró culpable en la Corte de Brooklyn de recibir sobornos de 100 mil y 850  mil dólares provenientes de Al-Sabah, quien renunció a su cargo en la federación tras la denuncia. “Con respecto a presuntos pagos ilegales a Richard Lai, sólo puedo negar enérgicamente cualquier acto ilícito”, remarcó el jeque, quien justificó su alejamiento de la FIFA: "No quiero que estas acusaciones creen divisiones o distraigan la atención de los próximos Congresos de la AFC (Confederación Asiática de Fútbol por sus siglas en inglés) y de la FIFA”.

 

Así, el jeque kuwaití no dimitió como miembro del Comité Olímpico Internacional (COI), tampoco en el COA y, mucho menos, esto afectó su carrera política en su emirato, donde sigue encabezando la Agencia de Seguridad Nacional.

 

ESTRECHANDO LAZOS. En tiempos de Cambiemos, las relaciones bilaterales con el emirato kuwaití apuntan a estrecharse. El 22 de septiembre pasado, cuando el canciller Jorge Faurie mantuvo un encuentro bilateral con su par de ese país, el jeque Sabah Khalid Al-Hamad Al-Sabah, quien, además de ser miembro de la dinastía real –como todo ocupante de cargos clave en Kuwait-, es el presidente del Fondo Kuwaití para el Desarrollo para el Desarrollo Económico Árabe. Allí, Faurie le comunicó a Al-Sabah el interés de la Argentina en expandir y diversificar el comercio bilateral, “que se encuentra en un nivel de desarrollo mucho menor a lo que permite su potencial” –según expresó la Cancillería-, al tiempo que agradeció el apoyo del FKAED a proyectos argentinos presentados al momento.

 

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