LA DEUDA DE CAMBIEMOS

Licitan Letes: la plata del FMI se va por la canaleta de un dólar futuro virtual

Ante una nueva renovación, crece la polémica por la posibilidad de suscribir en pesos papeles de corto plazo en dólares. Una hipoteca para las reservas del Central.

Entre este martes y miércoles, el Ministerio de Hacienda concretará una nueva licitación de Letras del Tesoro en dólares, a 196 días de plazo y con una tasa de interés del 4,75% anual. La posibilidad de que los inversores las suscriban tanto en dólares, como se supone que debería ser, como en pesos, hará que, como después de cada vencimiento, las reservas del Banco Central vuelvan a bajar un escalón. Ese procedimiento opaco llama cada vez más la atención de los especialistas, que lo asemejan, más que a una colocación de títulos públicos de corto plazo, a una suerte de venta encubierta de dólares a futuro, sobre la que, para peor, se informa poco y mal. Y, encima, facilita la fuga de los dólares que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le está prestando al país.

 

 

Que las nuevas Letes, producto de la licitación venzan el 28 de junio del año que viene tiene un atractivo especial para los inversores: la fecha es previa, con lo justo, al comienzo de un calendario electoral que inquieta a más de uno con sus incertidumbres.

 

De hecho, la diferencia de rendimiento de los títulos más cortos y los que vencen después de las elecciones es cada vez mayor: la tasa es el costo del riesgo. Así, papeles que vencen después de 2020, cuando haya un nuevo presidente, cuya identidad aún se ignora, rinden por encima del 8% anual en dólares, más de un 70% por encima de los que caducan antes de los comicios.

 

La tasa, del 4,75% en dólares, es sin dudas otro edulcorante. Y el tercero, claro, la posibilidad de suscribirlas en pesos y, encima, al precio mayorista “correspondiente a la Comunicación ‘A’ 3500 del día martes 11 de diciembre de 2018”, dice la convocatoria del Ministerio Hacienda. Para quien entregue pesos, es como comprar dólares a futuro y a precio preferencial.

 

El problema es que los vencimientos se acumulan y que, posiblemente, se sumen en los meses sucesivos a una fuga de capitales que no se detiene y que se acentuará en los meses previos a las elecciones, como es tradición. El Banco Central depende cada vez más del dinero del Fondo y de los swaps con China y reduce sus tenencias genuinas.

 

 

 

Los problemas con la operatoria son dos: primero, que efectivamente, se pueda tomar Letras en dólares entregando pesos, algo que acentúa la hipoteca sobre reservas escasas; segundo, que las autoridades no informes en qué proporción la licitación se hizo en una moneda u otra, lo que resulta sorprendente dada la cantidad de información que día a día se vuelca al mercado.

 

El porcentaje de renovación de los vencimientos es, además de la tasa, un indicador de la confianza del mercado, pero esta resulta imposible de medir cuando no se sabe si el público confía entregando billetes verdes a cambio de un retorno o, en verdad, accede a una forma barata de llevarse reservas a la casa en cuestión de meses.

 

Por ejemplo, tras la licitación anterior, la cartera que conduce Nicolás Dujovne informó el 28 de noviembre último haber recibido ofertas por 836 millones de dólares para las Letes que vencen el 14 de junio del año que viene y adjudicado papeles por 833 millones, con una tasa del 4,75%. ¿Cuántos dólares entraron por ellas? ¿Cuántos pesos? Es un misterio.

 

Las quejas por la opacidad de las operaciones ya están instaladas en el mercado.

 

Christian Buteler, analista financiero, le dijo a Letra P que “desde hace mucho que sostengo que no puede hablarse de renovación de Letes cuando se las puede suscribir en pesos. Planteadas así las cosas, es una venta de dólares a futuro con la entrega del físico en seis o nueve meses, según cada licitación. Esa una forma que tiene el Tesoro para sacarle demanda a la compra inmediata de dólares y que la difiere incluyendo una tasa de interés”.

 

“Desgraciadamente no informan cuánto se suscribe en dólares y cuánto en pesos. Varias veces se preguntó, pero no dan esa información, algo que no se entiende por una cuestión de transparencia. Incluso, si realmente en las renovaciones entra una buena cantidad de dólares, ese sería un dato positivo para mostrar. A falta de información, lo que se observa es que en los días siguientes a las licitaciones las reservas caen con fuerza. ¿Entonces en qué quedamos? ¿Hubo una renovación elevada y aun así las reservas caen? No se entiende”, agregó.

 

 

 

En tanto, Leandro Ziccarelli, coordinador del Observatorio Monetario-Financiero del CEPA (Centro de Economía Política Argentina), le dijo a este portal que “tendrían que dar esa información”. “Entregar dólares a quienes suscriben en pesos sería entendible si se tratara de un bono a diez años, por ejemplo, pero no a 200 días. Es un delirio; en lugar de hacer eso deberían emitir papeles dollar-linked”, es decir nominados en pesos pero atados a la evolución de la divisa, aseguró.

 

“Es un problema que se permita a los inversores dolarizarse a corto plazo y después entrar en la rueda del rollover e ir capitalizando los intereses. Eso lleva a una pérdida de reservas constante e innecesaria”, se quejó Ziccarelli.

 

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