María Eugenia Vidal bajó presurosa del auto azul acompañada por su secretaria y se dirigió a una de las casonas de la República de los Niños, donde minutos después daría inicio a la última reunión de gabinete ampliado del año.
Detrás de ella, como una sombra, llegó la camioneta que habitualmente utiliza para desplazarse y que esta vez funcionó como eventual mudadora. Sucede que del rodado bajaron una suerte de mini ropero ambulante con ropa de la mandataria que fue trasladada al auto que la llevó al lugar. Puede que el vestuario fuera de actividades anteriores, porque, cuando la gobernadora se retiró del lugar, lo hizo en la camioneta y acompañada por su ministro de Seguridad, Cristián Ritondo.
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PANTALLA MOTIVACIONAL. Durante el evento, del que participaron los intendentes de Cambiemos, el jefe de Gabinete, Federico Salvai, mostró una particular manera de motivar a la estresada audiencia de representantes oficialistas.
El hombre fuerte del equipo de Vidal desplegó en la pantalla gigante ubicada en el salón imágenes de viajes publicaciones de portales locales. Todas ellas, registradas durante la campaña electoral de 2015 y la siguiente de 2017, anticipaban el supuesto triunfo de los entonces candidatos del Frente para la Victoria, Daniel Scioli (presidencia), y Aníbal Fernández (gobernación). Y también la victoria de la ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner en la pelea legislativa ocurrida dos años atrás contra la lista de Cambiemos.
Salvai comparó esa situación con la actual, donde el presidente Mauricio Macri aparece por debajo de CFK en las encuestas y crece la desilusión y el enojo de los votantes de Cambiemos.
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MUTIS POR EL FORO. Atento a cualquier suspicacia, el jefe de Gabinete no sumó en los ejemplos ningún medio de alcance nacional, ni siquiera alguno de mucho consumo en la provincia, ya que la intención no era criticar la credibilidad del medio sino hacer ver que el clima electoral previo a las dos últimas elecciones no anticipaba la victoria de Cambiemos. Todo lo contrario.
El encuentro, que se inició a las 10 de la mañana, no mostró euforia ni enojo sino, más bien, cierta apatía, especialmente en las caras de los jefes comunales, que se fueron rápido del parque con apenas algún saludo casual en el trayecto hasta sus autos.