Afuera del armado que el Partido Justicialista (PJ) de Río Negro cerró con otras fuerzas ligadas al kirchnerismo, o el partido RIO de la senadora nacional Magdalena Odarda, un ala del sector que se referencia en Miguel Ángel Pichetto intenta darle forma en la provincia al peronismo federal que tiene a Sergio Massa y a los gobernadores del peronismo ortodoxo como figuras. El principal vocero de este proyecto, con la promesa de un acto a “finales de mes” o “principios de diciembre” en San Carlos de Bariloche y con la presencia de los pesos pesados del justicialismo anti K, es el legislador Ariel Rivero, el único diputado provincial díscolo del bloque peronista a la conducción del intendente de General Roca, Martín Soria.
Todavía sin una mesa de trabajo formal, Rivero recorre la provincia y busca a los desencantados con el PJ orgánico para darle volumen a lo que ya avanza en Tucumán, Salta y Córdoba. Mientras, Soria mantiene su plan de unir a todas las fuerzas filo K y al progresismo que tiene en Odarda la referencia electoral. “No tenemos nada que ver con la izquierda”, advirtió Rivero, voz cantante del peronismo que busca conformar una alternativa “de centro”.
Su principal escollo es la constante ampliación del Frente para la Victoria (FPV), armado que obtuvo el triunfo en 2017 y pica en punta para los futuros procesos electorales en Río Negro. Igualmente, eso no frenó las intenciones de quienes ven en Pichetto -que ratificó no involucrarse en la provincia- el faro político que les posibilite crear una alternativa para las elecciones del 2019.
“El peronismo federal va a tener representatividad en Río Negro. En este espacio están encarnados los gobernadores y tiene una figura central como el senador Pichetto”, contó Rivero a Letra P. Alejado de Soria, pese a ser ratificado como congresal en la última elección de autoridades, trabajará para darle volumen a un proyecto que todavía no tiene forma. Eso sí: su única intención es generar un espacio anti-K en una provincia que nunca respaldó a Pichetto cuando disputó un cargo ejecutivo. Igual, no descarta un pacto "amplio" si es convocado por el hijo del fallecido ex gobernador Carlos Soria.
El sustento de la propuesta, que depende de cómo se organicen los popes de la línea nacional, será reflotar los puntos de la campaña a gobernador que Pichetto realizó en 2015, con la intención de plasmar un modelo de desarrollo. Eso es lo que distancia al pichettismo de figuras como Odarda (ex CC-ARI) o La Cámpora, agrupación a la que el peronismo tradicional caratula como el peor de todos los males. “La nuestra es una propuesta de centro con la generación de trabajo de identidad”, recordó el diputado.
La falta de compromiso del kirchnerismo con Pichetto, en tiempos de Cristina en el poder, es una de las excusas de esta decisión de ir por fuera del FPV en Río Negro. El caso más recordado se retrotrae a la elección de 2007, cuando la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner respaldó al radical K Miguel Saiz para su reelección. Igualmente, ocho años después, Cristina sí apuntaló a Pichetto en un nutrido acto en Roca, pero ni siquiera eso pudo frenar a la avanzada de Alberto Weretilneck y su Juntos Somos Río Negro (JSRN), la versión rionegrina del Movimiento Popular Neuquino (MPN).
Entre tanto, las especulaciones sobre un pacto con los rivales de Soria es una alternativa que también se baraja. Aunque reconoce que “no se exploró”, Rivero recordó que "el peronismo federal es un espacio abierto” a todos los dirigentes que quieran adherir. Como describió Letra P, el salteño Juan Manuel Urtubey, una de las figuras nacionales, se fotografió en Bariloche con el gobernador Weretilneck y generó un revuelo que formó especulaciones de un acuerdo. Para colmo, al tiempo, los ex rivales por la gobernación se reunieron en el Congreso en medio de la avanzada de Pichetto por una candidatura presidencial.
Urtubey y Weretilneck, sonrientes en Bariloche.
“Es una foto que no le debería sorprender a nadie, porque el senador Pichetto trabajó con todos los gobernadores para Río Negro”, respondió Rivero a este medio. “Fue una foto interesante -agregó- porque muestra el trabajo en conjunto: no sacaron la zona patagónica, seguirán subsidios a las universidades (…) algunos tienen lecturas rápidas a propósito”.
A la espera de una señal desde la provincia de Buenos Aires, el pichettismo gastará sus últimos cartuchos en la previa de un verano clave rumbo a la contienda electoral rionegrina. Si tendrá la capacidad de convocatoria necesaria para influir en la elección, es una incógnita que todavía no se resolvió.