A pocos días de la jornada de violencia, balas de goma, piedras y represión en el Congreso durante el debate del Presupuesto 2019, el gobierno de Mauricio Macri adelantó que buscará disminuir el “poder” de las organizaciones sociales que “se apoderan de recursos del Estado”. La encargada de ponerle voz a la idea fue la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que apuntó contra los movimientos sociales, la izquierda y el kirchnerismo por los desmanes en la zona del Parlamento.
Bullrich adelantó que en Cambiemos hay unanimidad para poner en estudio los fondos que el Estado destina a financiar a las organizaciones sociales. En ese sentido, planteó que se avanzará "sacando poder a estos movimientos sociales que se apoderan de los recursos que el Estado le brinda a la gente para que (las personas) puedan tener autonomía y libertad para reconstruir sus vidas en torno al trabajo".
En diálogo con Radio Mitre, la ministra sostuvo que "en el Gobierno lo estamos discutiendo y llegando todos a una misma mirada respecto a la necesidad de que los movimientos sociales o quienes trabajan en la política social y quienes son beneficiarios de la política social tengan como objetivo el mundo del trabajo y no la eternización en el movimiento social".
"Se partió de una situación muy compleja, de cooperativas de trabajo muy armadas por el kirchnerismo y se va a cambiando", agregó. En esa línea se mostró la cúpula de la Unión Cívica Radical (UCR), que fustigó contra la Casa Rosada por una presunta falta de control de esos fondos. “Creemos que hay que terminar con este tipo de financiamiento: el subsidio social tiene que ir a las personas y no a los movimientos sociales”, soltó el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, durante el último cónclave del radicalismo.
En paralelo a las declaraciones del titular de la UCR, los ministerios de Desarrollo Social, el brazo del gobierno que negocia con los movimientos sociales, y Seguridad experimentaban una leve tensión por las tareas distintas que desempeñan y que se entremezclan: el primero entrega dinero del Estado a las organizaciones para cubrir las necesidades de los sectores más vulnerables y la otra área gubernamental reprime cuando estos movimientos marchan o se organizan para protestar contra el Gobierno o sus medidas.
Bullrich le bajó el tono a ese cortocircuito y marcó que no tiene diferencias con la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley. Por esa razón, sostuvo que tanto la funcionaria como el resto de los dirigentes de Cambiemos coinciden en la visión de poner el ojo en la "caja" de las organizaciones sociales y en el reparto del dinero que envía el Estado.