PRECIOS SIN CONTROL

La estampida inflacionaria derrumbará hasta 16% los salarios privados

Es el peor resultado desde la gran crisis de 2002. Los trabajadores estatales perderán aún más y los informales serán los grandes perdedores. Preocupación por la pobreza y la indigencia.

La Confederación General del Trabajo (CGT) prepara un paro general para el mes que viene, que apuntará a horas con movilización e implicará un crescendo del conflicto social, pero el reclamo de una reapertura general de paritarias no evitará que los salarios reales caigan este año hasta un 16% en el sector privado y al menos un 18% en el público, derrumbes no vistos en el país desde la gran crisis de 2002, cuando no había paritarias. Obviamente, esos son promedios, ya que en los sectores más castigados por la coyuntura y en los que haya representaciones sindicales menos representativas, los retrocesos serán mayores. Y ni que hablar de lo que ocurrirá con los trabajadores informales, los grandes perdedores del momento.

 

El futuro inmediato no parece traer mucho alivio, ya que la recesión aguda hace que las empresas no tengan espalda para mejorar mucho los ingresos de sus empleados y, para peor, ya trazan planes para enfrentar un comienzo de 2019 también con actividad en caída e inflación todavía muy alta.

 

Una ronda de consultas realizada por Letra P entre economistas y consultoras de referencia arrojó un panorama preocupante para los ingresos de la población.

 

Después del índice del 6,5% registrado en septiembre, que lleva el acumulado en el año a un 32,4% y el interanual a 40,5%, la inflación ya se ubica como la principal preocupación de los argentinos en todas las encuestas.

 

 

De acuerdo con el último estudio de Gustavo Córdoba & Asociados, ese es el principal problema del país para el 28,4% de la gente. Además, cuatro de las cinco mayores inquietudes son económicas, con la corrupción en segundo lugar (19,5%), seguida del endeudamiento, el desempleo y la pobreza. En tanto, para Query Argentina, la inflación es el desvelo del 43% de los argentinos, seguida por el desempleo (28%).

 

¿Qué hay que esperar, entonces, en materia de precios para lo que queda del año? ¿Qué en términos salariales? ¿Y qué puede pasar en el comienzo de 2019, con toda la incertidumbre que implica una situación cambiaria aún en vías de estabilización, pero con la carrera electoral como un factor capaz de cargar el ambiente de nuevas tensiones?

 

Rodolfo Santangelo, titular de MacroView, le dijo a este portal que la inflación se proyecta en un 45% para el año, con salarios reales privados retrocediendo alrededor de un 13% y los de los trabajadores estatales, un 18%

 

Gabriel Zelpo, economista jefe de Elypsis, señaló, por su parte, que “mantenemos nuestra proyección de inflación del 47% para el año. Tenemos octubre por encima del 5% y entre 2,5% y 3% para los últimos dos meses”.

 

“Vemos los salarios avanzando un 36% en el período”, añadió, lo que arrojaría un retroceso promedio del 11%. El de Elypsis es el escenario más benévolo que trazan las principales consultoras.

 

Al respecto, Zelpo espera, de modo similar a lo que creen en el Ministerio de Hacienda, que los salarios “comiencen a recuperarse a partir de diciembre”.

 

Para Ecolatina, “en un escenario optimista, la suba de precios rondaría 3% mensual en el último bimestre, por lo que, a pesar de la profundización de la recesión, la inflación tardaría en desacelerarse, acumulando 11% en el cuarto trimestre del año. Como resultado, el IPC Nacional subiría en 2018 entre 47% y 48%, muy cerca del 50%”. Además, “no se observa todavía una reapertura generalizada de paritarias que eleve significativamente el costo laboral antes de fin de año, lo que se explicaría por el creciente temor a la pérdida de empleo y a la espera de las cláusulas de revisión, pautadas en la mayoría de los acuerdos para enero”.

 

Matías Carugati, economista de Management & Fit, no arriesga qué puede pasar con los salarios, dada la pugna por una reapertura de paritarias. Sin embargo, afirmó que “la inflación va a cerrar este año en un 48%. Octubre tiene un piso de entre 4 y 5% y difícilmente caiga muy por debajo del 3% en noviembre y diciembre, porque se vienen aumentos de precios regulados, más la inercia propia del momento”.

 

“Si el frente cambiario se estabiliza definitivamente –señaló-, el panorama para 2019 puede mostrar desinflación, pero llegando a un 25 a 30%, dependiendo de cómo vengan las paritarias, la actividad y el tipo de cambio, entre otras variables”.

 

“Lo cierto es que los salarios van a terminar perdiendo feo contra la inflación. El año próximo deberían recomponerse algo, pero no lo suficiente para volver al nivel anterior”, aseveró.

 

La ex ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires Silvina Batakis le dijo a Letra P que “el año va a terminar con una inflación del 50%, como vengo sosteniendo hace rato. Y los salarios van a quedar entre un 6 y un 15% abajo en el sector formal, dependiendo del rubro. En el informal se va a perder más de 15%”.

 

“Más allá de lo técnico, uno hasta podría hablar de una suerte de ‘hiperinflación’, si se tiene en cuenta que vamos a tener más de 50% en un año y más de 100% en tres”, añadió la economista peronista.

 

Leandro Ziccarelli, coordinador del Observatorio Monetario-Financiero del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) no espera una inflación anual menor al 45%. “Por eso, con una pauta salarial del 25%, en el mejor de los casos, estamos hablando de una caída del salario real entre puntas del año del orden del 16%”, señaló.

 

“No hay antecedentes de un año tan malo en materia salarial: después de 2002, viene este. En 2002 no había paritarias, pero el pass through (el traslado de la devaluación del peso a precios) fue muy bajo”, continuó.

 

 

 

En referencia al escenario para el 2019 electoral, Ziccarelli arriesgó que “el Gobierno prepara un 2017 bis. Un año con rebote estadístico, con una inflación a la baja y con un salario que recupera poder de compra, aunque hay que hacer algunas salvedades. La primera, que en lo que hace a actividad, el primer trimestre va a estar perdido. Y segundo, que el arrastre inercial es más alto, porque se llega a fin de 2018 con la inflación subiendo, no bajando como en 2016”.

 

“Si continúa este esquema macro, vamos a un año de más recesión, con la actividad cayendo en comparación con 2018, al menos en los primeros tres trimestres. Y hacia una inflación bajando al 25% aproximadamente, con paritarias que, con suerte, le empaten. Va a haber aumento de pobreza e indigencia y menos empleo”, indicó.

 

En  efecto, uno de los datos que más preocupa, incluso en la Casa Rosada, es la evolución de los precios de los alimentos. Estos acumularon en los primeros diez meses del año un incremento del 35,8%, superior al índice general del 32,4%. Transporte, otro ítem sensible en la canasta de pobreza, lleva un 47,4% y el Gobierno prevé nuevos incrementos; y lo mismo ocurrirá con el gas y los combustibles líquidos.

 

“Entramos en la etapa de ‘malaria’, si tuviera que definirla de alguna manera. Y ese es el escenario bueno, si no se vuelve a escapar el dólar en el año electoral. El modelo está atado con alambre”, cerró el economista del CEPA.

 

Gustavo Reija, director de Mecronomic, proyecta una inflación anual del 44%, con una caída de salario real promedio del 15%. Dado el nivel de recesión imperante y las tasas que se mantendrán en estos niveles, veo difícil que el segmento pymes pueda hacer correcciones salariales”.

 

Reija aludió, además, a otro fenómeno que es necesario tener en cuenta: el modo en que la caída de las ventas está reprimiendo remarcaciones de precios aún mayores, algo que, tarde o temprano, llegará.

 

“El diferencial entre el índice de inflación mayorista y el minorista está siendo absorbido a través de una reducción de márgenes. Eso ocurre por la presión de la recesión, con un último trimestre muy complejo, que llevaría la caída del Producto interanual a aproximadamente un 3%. A este escenario se suma un nivel de riesgo país que no mejora y pone en evidencia la imagen que desde el exterior se tiene sobre el programa de ajuste”, explicó el hombre de Mecronomic.

 

En ese sentido, el INDEC reveló que la inflación mayorista se disparó un impactante 16% el mes pasado, lo que lleva el acumulado anual a 66,1% y la diferencia con la minorista a 33,7 puntos porcentuales.

 

 

 

Amílcar Collante, del Centro de Estudios Económicos del Sur (CeSur), le dijo a Letra P que la inflación ha tenido una aceleración que preocupa. Aun con números desciendan en el último bimestre a la mitad de lo registrado en septiembre, vamos a estar con una interanual del 48%, que es un registro récord”.

 

En ese contexto, “el salario real promedio va a caer, como mínimo, entre 10 y 13 puntos, dependiendo de qué sector de la economía miremos”.

 

 

 

En relación a lo que viene en materia de precios, afirmó que “va a quedar mucho arrastre inflacionario para 2019. Considerando eso y suponiendo que haya calma cambiaria, la proyección es de 27 a 29% para fin del año próximo”.

 

Por último, Victoria Giarrizzo, directora de la consultora CERX  e investigadora de la UBA, espera para este año que la inflación se estacione en el 45%. “En lo que respecta al salario real, la última actualización, que hicimos el mes pasado, nos daba una pérdida de poder adquisitivo del 14% en el año”.

 

 

 

“Las empresas están muy ajustadas para subir salarios y los empleados no presionan mucho porque les tienen miedo a los despidos”, añadió.

 

“Hay que tener en cuenta lo que pasa con los salarios en negro –siguió Giarrizzo-, que están subiendo muy poco. Ese es el sector que más pierde en todo esto. Repito: hay mucho temor en las empresas a perder el trabajo, porque el empleado ve que no se vende nada”.

 

“Hay mucha inflación contenida por la recesión”, coincidió con Gustavo Reija. “Comercios, industrias y el sector servicios no están ajustando precios en función de sus costos porque si lo hacen, no venden. Así, lo absorben con menos rentabilidad, van achicando sus negocios. Por ejemplo, un comercio que tiene tres locales, cierra uno y pasa a vender más en negro u online. En la industria están rotando personal por turnos: una tanda trabaja quince días y la otra, los otros quince. Así achican costos transitoriamente. Eso implica que en algún momento esos costos se van a trasladar a precios”.

 

“En nuestro informe de Expectativas de Inflación Empresarias, de este mes, vemos que para 2019 no se espera mucha desaceleración de la inflación. Si este año cierra en 45%, el año que viene estará cerrando entre 35% y 40%. Y eso con suerte, pensando en que no empeoren las cosas, algo que no estoy nada convencida”, remató.

 

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