Al tope de la lista de tareas pendientes que tiene la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, en su libreta de trabajo para 2018 figura la cobertura de la vacante en la Suprema Corte de justicia bonaerense (SCBA) que se produjo con la jubilación del abogado y docente peronista Juan Carlos Hitters, en el ya lejano octubre de 2016. De todos los nombres en danza, hoy por hoy, pocos tienen chances. La jefa de Estado bonaerense "quiere nombrar a una mujer en el cargo", confiaron fuentes judiciales a Letra P.
Hay dos requisitos legales insoslayables para acceder al puesto. Ser abogado y nacido en la provincia de Buenos Aires, pero desde la Corte ya dieron señales de que el perfil académico de los postulantes es otro requisito sine qua non a evaluar. El elegido debe formar parte del campo de la docencia judicial o haber publicado trabajos de doctrina y jurisprudencia.
Otro dato que no es menor: la Corte no cuenta con un especialista en la rama del derecho penal. Por allí puede pasar una de las claves para la elección del nombre a ocupar el cargo. La batalla del estrado cortesano es dura para el oficialismo, que podría tener revancha en la Casación bonaerense, pero eso es harina de otro costal.
Hilda Kogan, la única mujer de la Corte bonaerense.
Vidal está "muy conforme" con la gestión en la presidencia del tribunal de Hilda Kogan, quien durante el año que pasó le garantizó resultados como cabeza del Consejo de la Magistratura a la hora de remover magistrados caídos en desgracia de la opinión pública. Un dato que no es menor: por primera vez en la historia bonaerense, durante 2017, dos mujeres estuvieron al frente de dos de los tres poderes republicanos.
"La gobernadora quiere profundizar ese camino; busca equiparar la presencia femenina en las oficinas donde se define el poder y las políticas bonaerenses", deslizó una fuente con asidua presencia en la gobernación bonaerense. "Lo único claro es que Vidal quiere mujeres en la justicia; el resto está por verse, todo", relató el interlocutor. De alcanzar esa meta, la mandataria podría compensar, un poco, el desequilibrio que ella misma produjo, con sus propias designaciones, en la primera línea del Poder Ejecutivo: Vidal no tiene una sola ministra en su gabinete.
CONTEXTO. La salida de Hitters se dio en el primero de los años de gestión de Vidal, etapa en la que la gobernadora aún estaba conociendo los botones del tablero de control del poder. Ya había comenzado subterráneamente la campaña electoral de 2017 y no era momento para abrir un nuevo frente de tormenta.
Vidal apostaba a que durante 2017 se produjera alguna vacante nueva en la Corte. En especial, esperaba la jubilación del ministro decano, Héctor Negri, que, con sus 77 abriles en la libreta de enrolamiento, está en condiciones de acceder a la jubilación. Pero el magistrado no tiene pensado pasar al sector pasivo.
Del resto de los cortesanos, el único que cumple 75 años en 2018 es el duhaldista Eduardo Néstor de Lázzari, quien, según sondeos que hicieron operadores de la Gobernación a fines de 2017, tampoco tiene intenciones de abandonar el cargo.
Los ministros Kogan (73 años, actual titular de la Corte), Eduardo Julio Pettigiani (72), Daniel Fernando Soria (61) y Luis Esteban Genoud (71), aún están lejos de alcanzar la edad para que el Ejecutivo pudiera pedirles la jubilación, aunque, por años de servicio, todos están en condiciones de retirarse voluntariamente.
Bonaerense, abogada y peronista. Vidal barajó a Leguizamón, pero no tiene pergaminos jurídicos.
LOS NOMBRES. Desde que se produjo la silla vacía, hubo una serie de nombres que sonaron para el cargo. La mayoría de ellos, varones. Solo dos mujeres aparecieron en carrera, pero una ingresó rápidamente a boxes y su suerte parece sellada a quedarse allí.
El abogado platense -actual integrante de la Fiscalía de Estado provincial y ex concejal radical- Miguel Berri fue uno de los posibles candidatos. Otro nombre que sonó fue el del fiscal de Estado, Hernán Gómez. A esa lista se sumaron el ex asesor general de Gobierno Marcelo López Mesa; el presidente de la Cámara Segunda en lo Civil y Comercial de La Plata, Agustín Hankovits; la camarista de San Isidro María Fernanda Nuevo, esposa del intendente de ese distrito, Gustavo Posse; el camarista de la Casación Penal Fernando Luis “Pipi” Mancini y el abogado platense Pablo Perrino.
La otra mujer fue la ex senadora nacional María Laura Leguizamón. La dirigente peronista es abogada y nacida en suelo bonaerense, pero desde la Corte advirtieron que su escasa presencia en el campo de la literatura judicial es una barrera infranqueable para ocupar el cargo.
Esta lista de nombres quedó en suspenso. Vidal quiere una mujer en el cargo, que, en lo posible, no esté "contaminada" por la política y que posea un currículum intachable. Con ese perfil en mano, los rastreadores de talentos judiciales del PRO están en la búsqueda de la persona.
Ni pan ni torta. López Mesa llegó a la asesoría general pensando en la Corte. Se quedó sin nada.
ESCENARIO. La cobertura de la vacante no será fácil para Vidal. Desde el radicalismo (hoy socio minoritario en la alianza Cambiemos) reclaman ese lugar como "pago" por los "sapos tragados" en los dos años de gestión que lleva el macrismo, tanto en el ámbito nacional como en el provincial. Y, siempre que pueden, los operadores boina blanca recuerdan los pocos espacios con que fueron beneficiados en el reparto de cargos y cartas de poder.
Desde el peronismo y el massismo siguen de cerca y con suma atención esta trama. Los garantes de la gobernabilidad en la provincia también quieren ese sillón judicial y recuerdan que fue dejado por un "Massa compañero".
En sus tiempos de garante de gobernabilidad, Massa propuso al camarista “Pipi” Mancini.
Ante este panorama, Vidal está en una encrucijada. Necesita, al menos, otra vacante para tener margen de maniobra en la negociación con los actores políticos de la provincia más grande del país. Pero ese espacio vacío en el estrado no aparece.
Algunos, muy osados, se animan a vaticinar una fuerte embestida contra uno de los jueces peronistas de la Corte. Tienen en carpeta una causa judicial muy caliente para el poder, pero jugar esa carta sería romper todos los puentes de diálogo con históricos del PJ bonaerense. Si bien se evalúan costos y beneficios, por estas horas se imponen holgadamente los más prudentes.
Hay algo que es seguro. La estrategia será definida en la mesa chica que para este tema integran Vidal, su jefe de Gabinete, Federico Salvai, y su ministro de Justicia, Gustavo Ferrari. Podría sumarse a ellos en la ronda de consultas, el procurador general, Julio Conte Grand. Habrá, claro, un llamado a la Casa Rosada, pero sólo al máximo nivel: de Vidal al presidente Mauricio Macri. Los que vayan por la silla vacía de la a la Corte deberán tener cita o llegada al más estrecho círculo amarillo.