El voto de los desencantados, el tesoro más preciado
En Cambiemos admiten que la situación económica declinante transformó la geografía del voto bonaerense. Irrumpen el voto vergonzante a favor de CFK y el “voto miedo” a favor del oficialismo. Datos.
Detrás del silencio absoluto que el jefe de Gabinete Marcos Peña impuso a todos los equipos de campaña sobre los números de las encuestas, existe una preocupación que, por estas horas, tiene más importancia que el resultado que pueda cosechar Cambiemos en las primarias de este domingo. La incógnita tiene que ver con el comportamiento que pueda adoptar la franja de votantes desencantados con el oficialismo, y aquellos que todavía no saben por quién votar. Para la mayoría de las fuerzas políticas que disputan voluntades bonaerenses, ese botín gira entre el 12 y el 15% de los votos.
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“Respecto de los indecisos, se supone que cuanta más gente vaya a votar será mejor para nosotros. Para hablar de números vamos a esperar al domingo. Los desencantados, o aquellos que dejaron de votar a Cambiemos lo sabremos ese día, así es que hay que esperar a ese resultado para saber la estrategia a seguir. Por ahora, lo único que vemos, son unas primarias muy ajustadas”, explicó a Letra P un miembro del equipo de campaña bonaerense del oficialismo, que no violó la regla de silencio impuesta desde la Rosada sobre algún número que corrobore las estimaciones conceptuales que deslizan cerca de la gobernadora María Eugenia Vidal.
Sin embargo, la dimensión de esa masa de votos es el objetivo electoral de Cristina Fernández de Kirchner desde que lanzó el sello de Unidad Ciudadana (UC) y luego instaló su candidatura. En el discurso oficial de Cambiemos, “CFK está concentrada en su voto duro, un 30% que la votará de cualquier modo, pero se trata de su techo, no tiene opciones de sumar por encima de ese porcentaje”, piensan en Casa Rosada, con la certeza de que ese techo del kirchnerismo es el piso de Cambiemos.
Del otro lado de la disputa, en el equipo de campaña de UC confirman que el volumen de los indecisos está dividido entre “gente que no sabe a quién va a votar y mucho voto vergonzante de gente que no dice a quién van a votar". "El voto de CFK es gente que no quiere decir que la va a votar por miedo a la censura social -explicó un operador kirchnerista-. Y enfrente está el voto miedo, de quienes la están pasando realmente mal, pero por miedo a estar peor van a votar al Gobierno, y tampoco lo dicen”.
La geografía de ese tironeo entre macristas y kirchneristas ya arroja algunos contornos que son reconocidos por oficialistas y opositores. El sur bonaerense, sede de la tercera sección electoral, es la zona que arroja los peores números para Cambiemos, en un proceso de toma de decisiones, donde el gobierno estaría perdiendo voluntades en los grandes núcleos urbanos, especialmente a causa de los estragos que genera la política económica del oficialismo.
En el oeste y norte bonaerense, las predicciones también son coincidentes. No existe un marcado predominio de CFK, ni una declinación pronunciada para los postulantes del oficialismo. “La primera sección será el único lugar donde habrá una elección de tercios. Cualquiera puede salir primero y tercero, la diferencia es muy poca”, aseguraron fuentes del massismo y del kirchnerismo.
Por fuera de los tres cordones del conurbano, las estimaciones van desde el silencio de Cambiemos, a algunos poroteos del kirchnerismo. “Francamente estamos bien en lugares donde esperábamos malos números. Cristina mide 25 puntos en Mar del Plata y en Bahía Blanca, zonas que eran puntos muy fuertes del oficialismo”, confiaron desde UC.
En el interior bonaerense están puestas las expectativas de Cambiemos para equilibrar una mala cosecha en el conurbano. Pero hay cabeceras, de más de 120.000 habitantes, donde las estimaciones no generan tranquilidad para la Casa Rosada, sino preocupación ante la existencia de un desencanto que ya votó por Cambiemos en 2015 y que en esta oportunidad caería en el voto en blanco, es decir, no votaría por nadie más.
Esos lugares, están identificados en Bahía Blanca, Coronel Suárez, Azul, Olavarría, Junín, Tandil y cabeceras agroindustriales que alojan a los grandes propietarios del campo. En esa zona del voto más duro y conservador del campo, según explicaron distintas fuentes, “hay mucha gente decepcionada porque no les alcanza con la reducción de retenciones y la eliminación al maíz y al trigo. Quieren menos impuestos, menos impuesto inmobiliario, menos cargas sociales y como no se concretaron esas promesas, ahora puede pasar cualquier cosa: que voten en blanco o vuelvan a votar por el Gobierno. Si optan por el voto en blanco, el Gobierno no podrá exhibir el poderío que espera mostrar, y si lo hacen, es porque compraron la expectativa que ofrece el Gobierno vinculando una nueva promesa a cumplir en 2019”, analizó un observador experimentado sobre la pelea cuerpo a cuerpo en tierra bonaerense. En su lógica, si el Gobierno lo logra torcer ese enojo, este domingo podrían aparecer números altos para el voto en blanco en zonas donde Cambiemos aguarda un fuerte espaldarazo.
Si esa composición del malestar y el desencanto se confirma, habría una conjunción de votos de la clase media urbana y rural que votó a Cambiemos en el ballotage de 2015 y que está defraudada porque esta peor que hace dos años. “Esa clase media urbana puede votar a UC para castigar al Gobierno, pero lo más seguro que sea capitalizado por (el candidato del Frente Renovador Sergio) Massa, o por (el postulante de CUMPLIR – PJ Florencio) Randazzo”, explicó otro analista consultado.