El resultado definitivo de las elecciones primarias arrojó una ventaja de 20 mil votos de Cristina Fernández de Kirchner sobre Esteban Bullrich en la carrera por las bancas de la provincia de Buenos Aires en el Senado. Ante esa escasa diferencia, el gobierno de Mauricio Macri aplica filosa ironía para hacer un análisis preliminar de un escenario que ya habían pronosticado en la previa y al que ahora se subirán para recrear, en un marco de extremo cuidado e intimidad, el festejo de la noche de las PASO: “¿Cristina va a festejar una victoria por 0,2% de votos?”.
“Los kirchneristas se quieren morir”, ironizan en el oficialismo. Los números del escrutinio definitivo que publicó la Cámara Nacional Electoral muestran un desenlace que el comité de campaña de Cambiemos preveía: un resultado de paridad absoluta con Unidad Ciudadana.
Si bien no existe el “empate técnico”, la figura permite explicar políticamente que el triunfo de CFK, por escasísimo margen, no mueve el amperímetro de las primarias. En la noche del domingo 13 de agosto el búnker de Costa Salguero estalló de algarabía con un rotundo festejo de Cambiemos. Sucedió antes de las 22 y la carga de votos mostraba una ventaja de Bullrich en la provincia de Buenos Aires y un buen desempeño nacional de la coalición de centroderecha.
Los referentes que subieron al escenario del complejo ubicado en la zona norte de la ciudad jamás explicaron si festejaban un triunfo bonaerense, nacional o el crecimiento del espacio. Sólo se limitaron a colmar de risas y alegría las pantallas que transmitían en vivo. Sin embargo, como el foco de la campaña estuvo y está puesto en Buenos Aires, se descontaba que el festejo incluía un triunfo en la madre de todas las batallas electorales.
Pasaron las horas y el escrutinio provisorio empezó a marcar una marcada crecida de CFK. El conteo se frenó pasadas las 5 de la mañana y la diferencia entre Unidad Ciudadana y Cambiemos era menos de un punto, por lo que el festejo en Costa Salguero quedó, al menos, desmedido. El Gobierno temió quedar en ridículo e intentó explicar que jamás se habló de la provincia de Buenos Aires, mientras en el búnker kirchnerista sacaban pecho y se subían al grito de guerra de Cristina, entrada la madrugada: “Ganamos la elección”.
A quince días de esa noche, el oficialismo supera el mal trago y los números le sonríen: se confirmó que la diferencia es mínima y eso acota el festejo de CFK.
El resultado definitivo del escrutinio le permite a Cambiemos recrear ese clima festivo pensando en un crecimiento de acá octubre que le posibilitaría derrotar a Cristina y ganar la elección en la provincia de Buenos Aires.
“Probablemente sea una elección muy ajustada en octubre. Hay que trabajar mucho para ver cómo hacemos para ganar la elección”, evaluaron voceros de la gobernación porteña en diálogo con Letra P. Cambiemos festejará íntimamente el resultado final y no dará muestras de análisis de la elección en público. Para nuevas declaraciones políticas relacionadas con lo electoral habrá que esperar hasta el 17 de septiembre, fecha en que se inicia la campaña, según fijó el cronogram electoral.