Con un dato sorpresivo, el Gobierno pelea la campaña económica con la oposición
Aunque comparada con una base débil, la producción fabril saltó arriba del 6% y Macri ordenó a la tropa reposicionarse detrás de la cifra para robarle su bandera más firme a CFK, Massa y Randazzo.
Cuando la oposición tenía al oficialismo casi contra las cuerdas en el cuadrilátero de la campaña económica, un dato sorpresivo le permitió al Gobierno correrse, tomar distancia y reposicionarse con algo de fortaleza. El espaldarazo se lo dio la industria, uno de los sectores más golpeados por la recesión, la suba de tarifas y la caída del consumo. El Indec dio a conocer el Estimador Mensual Industrial (EMI), que en junio tuvo un alza de 6,6% contra igual mes del 2016; y una mejora del 2,9% si se mide contra mayo de este año sin estacionalidad. Todo con un fuerte impulso de autos, construcción y actividades agropecuarias. En paralelo, el organismo que conduce Jorge Todesca comunicó algo que ya se venía considerando una mejora. El Indicador de la Construcción (ISAC), tuvo un repunte superior al 17% interanual y del 3,1% intermensual.
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Rápidos de reflejos, en Casa Rosada instruyeron a los ministros de áreas vinculadas a la economía a salir a capitalizar el logro. Lo hicieron el jefe de Industria, Francisco Cabrera; y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, siempre activos en redes sociales. Cuentan incluso que en el entorno presidencial lo celebraron como el primer gran logro de la gestión Cabrera. En este escenario, en el Gobierno creen que el EMI es un indicador que se sostendrá en el tiempo, posicionando mejor al oficialismo ante las banderas de la recesión que agitaban con razón los principales candidatos de la oposición. Hasta alguno se animaron a predecir que, quizás, octubre encuentre al país con crecimiento en todos los rubros menos el consumo. La apuesta es fuerte, porque el indicador es aún débil y no muestra una lógica real, pero sirve políticamente para confrontar con Cristina Fernández, Sergio Massa y Florencio Randazzo, la tríada que resolvió jugar la Legislativa en terreno de la crisis.
Este indicador, con estas características, es un escenario similar al que le planteó la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA) al jefe de Gabinete, Marcos Peña, la semana pasada, cuando mapearon nacionalmente la realidad de los brotes verdes y la crisis sectorial. En diálogo con Letra P, el jefe de la cámara alimenticia Copal, Daniel Funes de Rioja, explicó que “se llegó al piso y se rebotó, veremos si esto se transforma en tendencia. Es un buen dato no consolidado”. Uno de los vices de UIA más cercanos al Gobierno agregó que “hay aún mucha heterogeneidad, entendemos que ahora tiene que haber un arrastre a los sectores pyme y economías regionales, que vienen más lentos”.
Precisamente este es uno de los inconvenientes del indicador: no refleja aún una marcha fuerte en la industria pequeña y mediana, que sigue con problemas. Pero sí está bastante mejor que meses anteriores, con la salvedad de que las comparaciones con 2016 son odiosas dado que fue el peor año para la economía en mucho tiempo. En la sectorial, el Indec expresó que de los 12 sectores del EMI, 11 mostraron crecimiento interanual en junio: la producción de Minerales no metálicos fue el sector que más creció (+18% i.a.), impulsado por la producción de cemento y vidrio. El sector de mayor ponderación, Alimentos y Bebidas (pondera 22%), subió +3,2% i.a. impulsado por Bebidas (+17,8% i.a.) y Carnes Rojas (+9,3% i.a.). El sector automotriz anotó su segundo mes de variaciones interanuales de dos dígitos (17,4% en mayo y 15,9% en junio). El último ítem que destacan en el oficialismo es que se consolidó también el crecimiento en las industrias Metálicas Básicas y Metalmecánica explicada por la producción de laminados no planos, producción de bienes durables (línea blanca) y maquinaria agrícola.