El presidente de la Corte de Suprema, Ricardo Lorenzetti, creció hasta el cetro máximo de la justicia argentina pero nunca terminó de abandonar su Rafaela natal, a la que regresa habitualmente y donde también despunta el vicio de la política. Esto lo hace, según un diputado provincial santafesino, con las peores prácticas. “Es el poder real, concreto, el símbolo más temible del poder en Rafaela es la sombra de Lorenzetti y sus contactos”. Las palabras “censura” y “persecución laboral” envuelven su figura y lo definen, denunció el legislador provincial de Santa Fe Carlos Del Frade.
Del Frade ingresó hace pocos días un proyecto de declaración en la Legislatura santafesina en el que manifiesta que “algo está muy mal en Rafaela en relación directa” al presidente de la Corte. Por ese motivo, le pidió a sus pares el acompañamiento en la iniciativa que declara su “preocupación” por los hechos de “censuras” soportados por los periodistas Emilio Grande, Natalia Aguiar y Gerardo Zanoni, y por la “persecución laboral” sufrida por el doctor Carlos Chiapero, todos en la ciudad de Rafaela, “como consecuencia de sus trabajos e investigaciones” realizados sobre Lorenzetti.
Grande es periodista del diario rafaelino “La Opinión”. El sábado 12 de marzo de 2011 en su espacio radial de FM Mitre, cuenta el denunciante, sostuvo que “hay una mano negra en las entidades médicas rafaelinas” y agregó un comentario de las “presiones” de Lorenzetti sobre jueces de la ciudad. “A las 48 horas le comunicaron que no disponía más del espacio”, detalló Del Frade a Letra P.
“A la semana siguiente, desde otra radio, FM Red del Plata, informó sobre por qué tuvo que mudarse de emisora y la respuesta fue la misma. Lo echaron. En una tercera radio decidió no hablar más del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación”, añadió el diputado.
Del Frade es uno de los diputados del Frente Social y Popular, un partido de izquierda. Reconocido periodista y escritor en el Gran Rosario, saltó a la arena política y se convirtió en un dirigente muy respetado. Este año intentará llegar al Congreso de la Nación como diputado.
El legislador reveló a la vez que, en su momento, el obispo de Rafaela le preguntó a Lorenzetti por qué Grande fue censurado en distintas oportunidades. “Tengo amigos en Rafaela que a veces se exceden en sus celos por cuidar mi imagen”, respondió el titular de la Corte.
La periodista Natalia Aguiar, por otro lado, autora del libro “El señor de la Corte”, no pudo presentar el libro en Rafaela. Incluso su producto no está en los escaparates de las librerías locales.
Por su parte, el también trabajador de prensa Zanoni, que debía acompañar a Aguiar en la presentación del libro, tuvo que irse de la radio "ADN”.
MÉDICOS TAMBIÉN. Cuenta Del Frade que los casos de censura que vienen sucediéndose en Rafaela no solamente están centrados en algunos periodistas, sino también en “prestigiosos” médicos de la ciudad, como el caso de Carlos Chiapero.
Después de haber integrado durante 12 años la mesa directiva de la Asociación Médica, seis de los cuales se desempeñó como presidente, Chiapero “sufrió las consecuencias de haber denunciado al doctor Lorenzetti por su sociedad con los dueños de la salud privada de la ciudad”.
“Luego de 34 años de ejercer la profesión acá en Rafaela, me encontré con que me negaban la autorización para internar y operar al 70 u 80 por ciento de mis pacientes. Presenté una denuncia ante el IAPOS (Instituto Autárquico Provincial de Obra Social) en Santa Fe y, si bien la asesora legal me dio la razón y ordenó que me autorizaran las internaciones de sus afiliados, continuaron negándome las autorizaciones. Volví a Santa Fe y cuando le pregunté al entonces director del IAPOS sobre quién tenía el poder de decisión, si el gobierno socialista o los empresarios de la salud, me contestó: “Ellos””, sostuvo Chiapero en una carta que le envió al diputado.
Del Frade castigó durísimo al presidente de la Corte. “Es la expresión individual más fuerte de negocios mafiosos que se fueron constituyendo en los últimos 60 años a través del negocio de la salud privada”, bramó.
El periodista recordó que en sus comienzos, como abogado laboralista, Lorenzetti se asoció con un “neo feudalismo”, un grupo de familias que “maneja los sanatorios” en Rafaela y representa “un poder en sí mismo”.
“A partir de ese momento, el juez dio un vuelo de desarrollo nacional del negocio, él es muy inteligente, muy hábil. Con ese poder terminó siendo presidente. Ahí cocinó una usina de poder muy fuerte, empezó como abogado laboralista, trabajaba indistintamente para la UCR y el PJ en Rafaela, se relacionó como muchos sectores empresariales, fue abogado defensor de Apreme SRL, una gerenciadora del PAMI, y no paró más. Era un hombre con mucho poder”, añadió el diputado.